REPERTORIO AMERICANO 25 BRIXENCH nunca CLODOMIRO PICADO TWIGHT Por Antonio Zelaya (En el Rep. Amer. Algunas horas antes de irse de este mundo, vino Antonio a mi escritorio y me dejó estas cuartillas, con el ruego de que se las reprodujera. Cumplo la promesa. Fué biers on transito por la tierra. les, por su estatura. Tenía las virtudes geApenas cincuenta y siete años. Cincuenta niales: tenacidad, probidad y sobriedad.
y siete años de labor incesante, de pensar Sufrió con la corrupción del ambiente, con alto, de soledad y dolor. El placer para él la explotación de su pueblo y con el mandano tuvo nunca un significado. Apenas si rinato de las clases opresoras.
se reflejó en su sonrisa, en su eterna sonrisa Hombre de espíritu, no creyó en la suque a veces tenía por heraldos la contrac pervivencia del alma. Idealista, no se ención levísima de los labios, o el raya de gañó nunca. Su mirada penetrante y fina, luz, pequeñito y alegre, que brillaba en su fué siempre directa y clara, como el haz mirada como remate de un pensamiento luminoso de un reflector. Mas no fué un ágil, de una frase profunda, de un pene amargado, ni le alcanzó nunca la moral en trante epigrama o de un finísimo chiste. derrota del resentido. Lo que a veces paDe él podría decirse como se ha dicho de recía amargura, en sus palabras recogiSócrates, que fué ejemplar inaccesible de das por los periodistas, no era sino el sasuperiorida moral e intelectual, en la más bor amargo de la verdad. Supo proclamar, pura síntesis del hombre de ciencia del sin aspavientos y sin ambajes, sus convicciudadano desprovisto de ambiciones, pero ciones, sus ideas originales, sus análisis, a dispuesto a inmolarse con la protesta o el veces crueles. Pero se mantuvo siempre disClodomiro Picado Twight.
anatema en los labios, ante la presencia del tante del pecado de pedantería. No fué Mal o de la Fuerza.
nunca inflexible, ni jamás se proclamó juez nación. Sufría, en veces con verdadera Su primer característica actitudinal con de los demás hombres, a los que siempre impaciencia, otras con acritud, y en no posistió en su aislamiento. Como Miguel se mantuvo unido por el lazo del dolor. Pocas oportunidades, con lástima Angel nunca anduvo mejor acompañado dia odiarlos cuando los veía henchirse de in resignación. el mal de la época, e!
que cuando anduvo solo. Quizás por eso codicia o poderío; despreciaba infinita bajo clima patrio, la ineptitud de los hommismo pudo mantenerse distante y crista mente al jactancioso; era enemigo irrecon bres de las últimas generaciones que oslino. Pero nunca sintió desprecio por la ciliable de los opresores; se reia de los tentanales de cansancio y cuya incapainferioridad del medio y alguna vez dijo: pedantes. Amó a los humildes, a los infeidad para rozrlver cualquier problea. a No tengo la culpa de haber nacido en Li lices y a los abatidos; pero no a los descas importante no es obstáculo para que oculiliput; pero cuanto más débil des va tados. La ironía servíale en múltiples oca pen las altas posiciones del Gobierno, de la lido veo a mi pueblo, más le quiero, porque siones de arma para herir; pero era tam enseñanza y de la economía. Su pensamienlo quiero con lástima.
Lién el balsamo con que curaba las boridas to amasado en soledad, era un producto de En el mundo del pensamiento su pode que infería. Fué suyo ese don tan laboratorio, redestilado, quintaesenciado; rosa personalidad se destacaba, como Aqui una perpetua capacidad para sentir indig. tal vez un cultic en serie, en el cual los gérmenes no eran gérmenes patógenos, sino ideas adultas, anticuerpos, agentes de ANTONIO ZELAYA la salud del espíritu. Pero al propio tien(En el Rep. Amer. po nadie desconfió más de su propia paFuiste como un gran árbol de tronco recio labra, nadie dudó más de lo que hacía. y duro porque no conoció ni la vanidad, ni la falen cuya fronda había tempestades de viento sa sapiencia del engreído. En cierta ocasión o trinos en el alba de melodioso acento dijo: No creo que Dios descansara en el o luciérnagas de oro que ardian en lo oscurc. sétimo día; estoy seguro de que le entró una gran desconfianza de lo que había En ti descargó el rayo sus fuerzas al conjuro hecho; y dudó si era cosa buena.
de los discos adversos; pero en ningún Fué, a su manera, un político. Pero no un político de multitudes. Un político que no te doblegó. Tenías, contra el afán quería adeptos; que en vez de prometer. violento, apostrofaba; que huía del tono oratorial; entre las hojas siempre algún fruto maduro.
que no aceptaba alianzas ni se preocupó Si fuiste en tu destino la rama que fustig, nunca por sus partidarios. Su política concalladamente diste también la sombra amige, sistió en mantener una lucha perenne, sin (tu fronda en vida tuvo forma de corazón. tregua ni cuartel, contra el filisteísmo, Por eso, hacia el incierto misterio, ya par contra la incomprensión, contra un pasado tido, muerto, ayer aciago y presente inócuo. Su dejas como en el bosque el árbol que ha perspicacia le hacía ver, como por una se caído, gunda vista, los males que de lo externo un gran silencio de oro que cuaja en luz y de lo interno amenazaban la nacionali el sol. dad. La soledad le enseñó que, como dijo Manuel Segura Bovio, algo se muda en la moral, como Antonio Zelaya Castillo.
Costa Rica, Junio de 1945, mudan las religiones, la economia, las lerain. momento Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica