REPERTORIO AMERICANO 135 cxtrañas y proliferantes. Las novelas traían pero sí graves dificultades en la empresa de Sí! Muéstranos lo que te regaló. pidió la idea de que eran odiosos e inmorales los editar un semanario de ideas. La afición a el hermano menor.
matrimonios de conveniencia. Se hablaba en los hechos, a los diseños, es insistente, goza La voz gruñona de la tía también se dejó los folletines de la redención de la mujer per de apetito insaciable y llega en sus aspiracio oir: dida o de la rehabilitación de los criminales. nes a lo indecoroso hasta en las páginas de ver, a ver ese presente de Pascuas.
Ahora la tendencia es a fijar el hecho prin avisos.
La joven se quedó helada. No, nada le había cipalmente en forma gráfica, seductora y sin En la tentativa de hacer un semanario sin dado Ernesto, ni ella hasta ahora había pensado lugar a equivocos. El puesto que antes ocu ideas el creador de Tine ba oblenido, éxito en más regalo que en el grato regalo de su compaban en los diarios Faguet, Chesterton, Ju resplandeciente. Cualquiera puede hacer un pañía.
les Lemaitre, Games Stephen, Ojetri, ahora periódico sin ideas. Basta un Mamatoco. Ha. Nada respondió con acento indiferente.
lo llenan con igualdad y plenitud las histó cerlo con ideas es aventura muy cargada de Nada. No seas bromista! dijo la rias gráficas, con el beneplácito de las inte riesgos no sólo económicos sino también de prima sorprendida y decepcionada. Eso no es ligencia primordiales.
carácter social y religioso.
posible!
Hay, pues, no precisamente un peligro. Bueno, no es una obligación dar para Nochebuena. No es una obligación, pero sí es una IN MEMORIAM costumbre arguyó la tía y no resulta muy caballeroso, que digamos, sobre todo tra(Homenaje póstumo a Margarita Esquivel)
tándose de un hombre de posibilidades, no hacer ningún obsequio de Pascuas a la muEl mundo femenino costarricense ha visto Temprano empezó a conocer el desgachacha que corteja desde hace meses.
con dolor desaparecer a uno de sus más rrador suplicio de los desencantos. No re Callen. exclamó Leda templando de ira.
altos valores del arte. Margarita Esquivel cordó que la juventud debe vivirse con rojas agregó luego con voz más sosegada, aunRohrmoser fué una juventud nerviosa, ve. sonrisas en los labios y un nido de sonoras que se veía en sus ojos una expresión de anihemente, bañada de exquisiteces. Tan bue esperanzas dentro del pecho.
malillo acorralado. Pues han de saber que na como la mañana: tan buena y dulce El Destino, cruel a veces con los mor si me hizo un regalo, y magnifico por cierto.
como el canto del ruiseñor en las alboradas tales, tronchó la vida de esta angelical mu Sólo que como son ustedes tan curiosos, no de oro de la primavera. Pero vino al Mun jer. No le dio tiempo a desarrollar su obra lo voy a mostrar todavía, sino hasta dentro do con la marca torturante de las almas artística. Su fecunda obra artística!
de dos horas por lo menos.
selectas.
ms palabras la consuelen y la exal.
Poco rato después Leda se acordo de una La seguí en su trayectoria de la vida. En ten. Mis palabras son ecos fieles de un cocomisión que le había encargado una amiga el fondo, serena y acogedora como los re razón sensitivo que ama y sueña en todos de provincia, y salió nuevamente, no sin admansos, plácida como un vuelo de torca los momentos, de un corazón que siega vertir antes con un guiño picaresco: ces, tierna como el canto de las alondras. jazmines y estrellas en los áridos desiertos Dentro de un rato los dejaré con la boca Le faltó una cosa: lograr la meta de sus abierta al ver el regalo de Ernesto que tengo de la adversidad.
sueños secretos.
Le faltó una voz que resoaquí guardado en la cartera. Margarita Esquivel Rohrmoser se nos se marchó.
nara en las naves gentiles de su alma con fué del Mundo en una mañana bañada de sol.
acentos de fervor devoto. Le faltó una maMás tarde, ya de regreso, y después de que Fué a buscar más espacio a la Eternidad.
no fuerte e idealista que se posara en las su tía y su prima empezaron a burlarse disuyas temblorosa de pasión, cálida de gozo.
ciendo que no había tal regalo, Leda mostró Carlos Fernández Mora. triunfalmente la hermosa cruz de brillantes.
Le faltó unas pupilas ávidas de visiones Lo ven?
etéreas que buscaran en las suyas el secreto exclamó Leda. Es una joya (Envío del autur, maravillosa, verdad? decían que Ernesto no de la Eternidad.
Costa Rica, 1945)
era un caballero. Es el más caballero de todos! luego, sintiéndose cansada de repente, se retiró a su alcoba.
Un cuento de Myriam Francis Tristemente contempló la joya, y dando un EL REGALO DE NAVIDAD suspiro se la puso al cuello, y se miró al espejo. Lucía maravillosa la cruz, sobre el raso (Envío de la autora. Cartago, Costa Rica, 1945)
marfileño de su piel, colgando de un hilo de platino tan fino que era casi invisible. Luego, Temblorosa de frío. Leda se arrebujó en las se quedó dormida. Su última mirada, aquella con lento ademán, Leda se quitó la joya y la sábanas, y después de titubear un rato se denoche de Navidad, fué para la cruz de brillancolocó en el estuche, que dejó abierto sobre la cidió al fin a extender el brazo para apagar la tes.
mesa de noche. Después, casi sin darse cuenlámpara. Su mano tropezó con un rico estuche ta, dirigió su mirada hacia una gaveta del tode terciopelo azul, que abierto sobre la mesita La víspera de Navidad, Ernesto la había llacador. Allí, en una cajita con llave, había de noche, dejaba ver una hermosa cruz de mado por teléfono.
estado guardando, desde hacía cinco años, todo platino y brillants. Quizá el frío de la joya Te veré mañana, Leda. le había dicho.
lo que lograba ahorrar.
hizo temblar más la blanca mano, que, sin. No, mañana no fué la contestación de ¡Cuántas privaciones, cuántos deseos nunca apagar la lámpara, se retiró vivamente y se ella, sin saber por qué.
satisfechos, a través de años y años, se habían apretó contra el pecho de su dueña. Levantan Pero se vieron convertido, al llegar esa Navidad, en aquella do un poco la cabeza de bucles castaños. Leda Para Leda no había momentos más gratos espléndida e inútil cruz de brillantes!
miró vagamente la cruz que rutilaba cual si que los que pasaba junto a Ernesto, olvidada fuese una cruz de estrellas.
de todo, menos de la dulce felicidad de estar No pudiendo contenerse más después de a su lado. No pedía nada a la vida, como un esfuerzo de varias horas por aparentar ale no fuera el humilde placer de ocupar un pegría, sintió un nudo en la garganta, se le nu queño lugar en su corazón.
blaron los ojos y estalló en sollozos. Lloró con Caia la tarde de ese día cuando regresó a Revista Continental de Filosofía una angusia infinita, como si todo el dolor su casa después de un rato de deliciosa charla, Publicación bimestral dirigida por del mundo se hubiera agolpado en su pecho. mirando caer la nieve a través de los cristales Sollozaba amargamente, convulsivamente, con de la pequeña confitería. Al llegar, una voz riMARIO BUNGE honda tristeza, como nunca había llorado en sueña exclamo: su vida, a pesar de que se decía a sí misma que Colaboraciones de investigadores de Mira, mira lo que te han traido!
no tenía motivo para ello.
Leda, curiosa. miró hacia donde le señatodo el Continente El ruido de la calle traía hasta la alcoba la laba su prima, que le había salido al encuenSscrición anual: 10 ma, o dólrs.
o Número suelto marg.
jocunda alegría de la Nochebuena. Luego las tro. En una mesa, amontonados en desorden, campanas anunciaron con su voz de bronce el había varios paquetes, cariñosos regalos de sus 80 Cts. de dól.
nacimiento de Dios Niño, y más tarde los rui amistades. Dando exclamaciones de alegría, los Giros y Cheques a la orden de dos se fueron apagando poco a poco. Leda, fué abriendo uno por uno.
Adolfo Moringo, Garay 431, Bue con el alma estrujada por la angustia, y ven. qué te ba dádo Ernesto. interroa nos Aires, Rep. Argentina.
cida por un cansancio más moral que fisicogó la prima MINERVA o Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica