HitlerNazism

REPERTORIO AMERICANO 45 fueron por siempre libres.
Ese Hombre no descansa!
Ese Hombre es tan dinámico que al contemplar construye y al ser su alma una arma con todos los calibres, con el alma construye y con el alma destruye: construye templos de oro donde ora la verdad; destruye las cavernas que habita la maldad. Será que ese hombre es Dios. Será que es Satanás?
No es Dios ni es Satanás, pero es un Superhombre!
Alma de los combates planeados con paciencia!
Faro que guía a los pueblos por rutas de esperanza!
Una estrella que el caos transformara en un hombre! ya sobre los mares o ya cruzando el aire dirigirá la acción en cada conferencia.
Es un sol en Teherán, una águila es en Yalta y en Céimea un león.
La eliptica es de plomo, de acero, cobre y hierro, y el universo entero como ši fuera un perro siguió a Roosevelt sumiso temblando de emoción.
Barcos y tanques, pólvora para matar más hombres, para salvar más tierra.
Cada sitio el temor, el tremendo temor de Hitler: temor que es algo así como la síntesis de nueva destrucción, o se diria el asomo de la inmensa avalancha de la desolación.
Temblo el Fuerer ante ello pero no de coraje: fue su temblor salvaje tan sólo de tertor!
y castigar a un tiempo la infamia del Japón dándole un golpe maestro directo al corazón.
Había que seguir prestando ayuda a los amigos; La muerte da la vida. La vida está en la paz!
Reveses en Bantan, Luzon, Cebu, Manila. Norte América heroica, Norte América brava le brinda al mundo vida e intenta darle más!
En tanto el yanqui muere grabando en la pupila la intención del nipón de hacerla un dia su esclava.
Mac Arthur, un motivo para un poema épico.
salido de la mente de aquel glorioso anciano; y en el desarrollo de su programa bélico, Mac Arthur es la espada y Roosevelt el destino.
Para ambos el Pacífico no es misterioso arcano; para ambos los obstáculos se apartan del camino.
Oh gloriosas y nobles fulgurantes hazañas: solita Norte América triunfando del Japón, y se cubren de gloriu las feraces montañas de Manila, Bantán, Marianas y Luzón.
Se oye un sordo rumor. Algo ugita la altura.
No es tormenta. Es que el Cosmos cansado lanza un goito y en la extension ilimite de todos los espacios donde los dioses tienen sus azules palacios se ilumina la comba sombría del Infinito.
Al rodar por los astros es más firme la voz que ha salido de lejos: no se sabe de dónde, pero estrellas se escapan de los labios de Dios y a esa voz, otra voz que es del hombre responde. Habla Tácito, o sea: habla ahora la historia: hace falta otra antorcha más hermosa en la gloria.
No es preciso forjarla: ya ilumina lo alto. la antorcha que es Roosevelt, llegó al Cielo de un salto, derramó entre los astros su brillante fulgor, y la América yanqui y la América Hispana hoy, ya Roosevelt arriba despachando con Dios, lo escuchan y lo siguen, y el nazismo feroz a quien ya no le llega la luz de la mañana, perdido en las tinieblas sucumbe de pavor.
Una noche sin astros y una Isla dormida; el primor de sus playas fulgura entre las brumas.
Hawaii: istas de azur. Oahů se siente herida.
Pearl Harbor, el suspiro de la muerte veloz mientras en espirales se tragan las espumas el torbellino en llamas de aviones enemigos.
Un nuevo libro escrito por la mano de Dios: un nuevo libro que dice. Alevosia, Flagelo: crimen horrendo y negro que no perdona el Cielo.
Roosevelt quedó perplejo por aquel golpe audaz.
había que seguir con Francia, con Rusia e Inglaterra enviéndoles soldados y material de guerra Francisco Villalobos Rojas.
Alajuela, Costa Rica, abril de 1945.
ANTOLOGIA DEL POBRE Por Pablo Antonio Cuadra. En el Rep. Amer. a Alfredo Sancho a regar la pequeña llanura de su imploración.
Por eso, a veces, una moneda penetra como un clavo Traspasa la delicada palidez de su esperanza.
La fija al árbol, a la cruz, ya para siempre.
Tú has crucificado la mano de ese hombre.
Debajo de tu moneda cae una gota de sangre. Una gota de sangre!
ELEGIA AL MINERO ¡Cuántas cosas suceden por la cólera de los Así se lo llevaron. árboles, Así lo incorporaron a su cólera.
por la rebelión iracunda de las piedras!
Lo amaron hasta reducirlo a la sustancia. Ellos han dicho: Murió bajo la tierra. a la indignada sustancia de las hierbas.
Tres dias se convocaron los átomos. Ven, le habían dicho, las enfurecidas moléculas del mundo, asimilate a la tierra, las que miramos distraerse en los paseos de congrégate a la esperanza de las cosas. la luz precipitaremos la consumación, volando derribaremos.
en el recreo iluminado de los aires. Cuántas cosas sucederán por la cólera de los árboles, Ellas se convocaron en el día de la ira!
Yo miré después el cuerpo enteramente cubierto MENDIGO por infinitos átomos de tierra como sedientos Su mano era la última embajada de su miseria.
que se adherían a su piel besándola.
En su mano estaba su mirada Descubri sobre el rostro como una vertiente seca.
la señal del labio de la piedra Estaba su corazón que se apretó a su mejilla como una madre como una ciudad destruida.
delirante.
La había tendido a ti Su pecho ahuecado como quien envía a su último hijo por insaciables abrazos de la materia.
Fué dificil arrancarlo al lejano país de la vergüenza.
de aquella poderosa posesión.
Tú nunca comprenderás esa tormenta Ven, le habían dicho, que azota con su viento insufrible tu sudor doloroso no lo podemos soportar.
la desolada comarca de su mano.
Demasiado gemido brota de tu cansancio. No comprenderás la aridez, Eres un hombre y dueles.
la indignada negación de la sangre FORASTERO Entonces yo cantaba Mi boca es una herida antigua y no hay silencio que cicatrice la dolorosa protesta de su llaga.
Entonces yo cantaba. tú me preguntaste Por qué no callas?
Por encima de vuestro grito no se verán las Caves Encierra el dolor del Hombre en una estrella aparte que no haga gemir a los laudes.
Tu Maestro sufrió con resignación y era un Principe indiferente cuando pisaba la zarza y la amapola.
El pobre debe soportar. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica