328 REPERTORIO AMERICANO lágrimas del gran Que Francia ha triunfado en esta inmensa guerra gracias a la clarividencia y y a la energía de sus estadistas y generales, es un apotegma fuera de discusión tan pronto como se contemplen y examinen imparcialmente las egregias figuras de Poincairé, de Clemenceau, de Delcasse, destacadas junto a las de Joffre, de Toch, de Petain, para no citar sino seis nombres de la enorme constelación de politicos y militares que con su sabiduría y con su esfuerzo han conducido al pueblo francés a la victoria, han cooperado en la obra de salvar a la humanidad entera de una catástrofe y han abierto con mano firne la puerta de una nueva civilización en el mundo. Cuando la asamblea nacional die Versalles eligió Presidente de la República francesa a Raymond Poincaré, los dogos de la guerra no aullaban siquiera en sus cubiles negros: dormían calladamente, hartos de pitanzas prusianas, listos y nutridos para despertar y combatir a la hora necesaria y bajo la voz de mando de sus amos. Francia velaba, velaba siempre, es cierto, pero creeríase hoy que preveía la Georges Clemenceau tragedia inmediata, porque al solucionar el problema de la sucesión presidencial de Las Clemenceau Armand Falliéres en 1913, no dió el más Por Guillermo Vargas alto honor republicano a un simple decorativo, sino a un genuino representante (De La Información. San José, Costa Rica, 22 de diciembre de 1918.
Envio de Doña Odilia Facio de Vargas. suyo, a un intelectual, a un patriota, a un hombre en toda la extensión de la palabra tura de un meteoro único y fúlgido del lo, al poner hasta el último destello de su símbolo y dechado de la virtud francesa; cielo moral de la humanidad. El Hér ciencia a su servicio, dijeron que su fin a un ciudadano ilustre, fuerte, sincero, cules helénico ha quedado eclipsado por estaba próximo: dijeton en el seno de la enérgico, que ha sido en la guerra un gran Fernando Foch; nada son los doce tra confidencia que su organismo de acero, consejero, que ha sido el estadista viril que bajos mitológicos a la par de las maravi gastado por casi cincuenta años de acse necesitaba en el Elíseo para pilotear la llas de potencialidad, de destreza, de in ción de vida intensa, resistiría mes meinaudita tempestad nacional e internacio genio, de olímpco atletismo, que el férreo ses, unos pocos meses más. seatenciado nal. Delcassé, el tremendo demcledor y mariscal ha realizado para ahogar entre a muerte por la naturaleza, allí está Clieconstructor, hoy retirado de la escena ofi sus brazos de acero al dogo tudesco lleno menceau, erguido como un gigante, como cial, había dado los primeros golpes de arie de rabia. su lugarteniente Petain, ha un gladiador que hubiese estremecido a te a la fortaleza alemana, al edificar pacien igualmente aplastado bajo sus pies de Píndaro, como un terrible tigre de Circatemente con un tesón de espartano antiguo cíclope al nido de víboras siniestras de sia, el ojo fosforescente, el músculo deliese inconmovible y grandioso monumento la Selva Negra, cuyo silbido por fin se neado y esbelto, la garra abierta y el histórico que se llama la Entente. El fué apagó. mientras sorprenden al mundo salto siempre propicio a la contienda. Sus el precursor y el profético evangelista de los crujidos del derrumbe alemán. Todo setenta años floridos son una juventud los tiempos nuevos y gracias a su concep eso es tan heroico, tanto trasciende el quasi secular, son una existencia de talla ción genial, a las visiones de su mirada resplandor de este grupo de hombres a homérica, es un héroe que lleva del brazo de águila en el campo del universo civiliza infinitud, a grandeza, a inmortalidad a Francia, en medio de esta tormenta, y do y a la potencia avasalladora, la hora de que apenas es suficientemente sólido el que la lleva y la pasa por todos los esla guerra no sorprendió a Europa atada pedestal de los siglos para soportar maña collos y las sirtes con el orgullo, con la de pies y manos, en actitud propicia al na los bronces y los mármoles de su im fe, con el amor del hijo que conduce a la dentellazo traidor de Berlin. Delcassé, perecedero recuerdo.
madre, del compañero que salva a su comrepetimos, está retirado, pero no oscurecido Mas ¿cómo encomiar bastante junto a pañera, del novio enamorado que le arrey es una de las personalidades más espec ellos al gran patriarca Clemenceau, bene bata su novia a la muerte. Si, cuando ese tables de esta lucha entre el idealismo y mérito de la patria universal. Qué titulo, tigre ruge, no ruge con las entrañas, sino la brutalidad, entre el mal y el bien con qué palabra, qué giro podria expresar quicon el corazón.
frontados en pugilato definitivo. Joffre, zás con más acierto nuestro intimo pensa Los días pasan; las clepsidras cuentan por su parte, podría llenar por sí solo la miento, que confiar en que el futuro las minutos y amontonan eternidades. No immás gloriosa página de la existencia de generaciones nuevas de todas las naciona porta: Clemenceau continúa en pie. Qué su pueblo: aquella impertubabilidad ante lidades de la tierra, volverán en los mo fuerza misteriosa lo galvaniza? La única el desastre, aquel mutismo sacerdotal, mentos de suprema crisis sus ojos hacia él, posible en él: el amor a Francia, cuyo salaquella fe ciega, aquel espíritu de sacri y los volverán a todas horas con venera vador acaba él de ser declarado. El triunficio, aquel cálculo sereno, aquel estoicis ción y agradecimiento, para llamar padre a fo de Alemania le habría fulminado como mo patriótico de los días horripilantes de ese coloso, a ese anciano singular que está un rayo; pero jamás dudó de los destinos agosto y setiembre de 1914, que movieron predestinado a morir con el alma y con el de la patria; jamás agachó su cabeza; jasu brazo para cortar de un tajo la cabeza corazón en perpetuo, primaveral floreci más temblo en sus manos la tricolor bande la sierpe alemana que rodaba sus an miento?
dera. Siempre tuvo fe, siempre fue llos en las riberas del Marne doblemente Hace ocho meses los médicos del priprovidencial, todo ello queda a la al mer ministro, al auscultarlo, al examinar(Concluye en la págira 336)
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