78 REPERTORIO AMERICANO La cusita de dor Miguel me enseña su naricita y sus ojos que me var.
LA CASITA DE DON MIGUEL (En el Rep. Amer. vuelan cantando. Tendré que hacerme duende y entrar por las ventanas, tal vez. Cómo lograré colarme, pajaritas de papel, en esta pequeña casa, perjeno ingenioso en que el niño con el anciano jugaron al gay saber. Don Miguel Se lleva el viento a los chopos mi voz, en reclamo fiel; con amargura y lamento mi voz, en el claro viento.
Para don Joaquín y su (nuestro) Repertorio iDon Miguel. No está don Miguel? Me asomaré a las ventanas u ver s; adentro se ve.
Nadie, no, que no se ve. Esta casita de cuento trazada sobre el papel, será la de don Miguel?
Silencio. Las pajaritas Crece, crece la casita, crece hasta llegar a ser esa gran casa de ideas construida por don Miguel.
Sésamo, ábrete! Ahora si largamente pasearé por las estancias en donde piensa y vive don Miguel. Dibujo de de Unamuno)
Carlos Luis Sáenz.
Costa Rica, 1940 que biente no con MAX JIMENEZ estratosfera de indiferencia o menospre(En el Rep. Amer. cio, ha caminado sin ver a Miguel Angel, a Chabas, a Rodin o lejos del poema grieEstamos frente a un hombre cuya obra ar ríe, revelando, eso sí, en seguida, una filogo, del drama inglés, de la novela españotística ha sido harto discutida dentro fue sofía personalísima, robusta como él, en la o a prudente distancia de los de hoy.
ra de los linderos patrios. Es alto, grueso, donde esa sonrisa está pronta a subrayar Imposible. Una expresión propia se adquierobusto. Ofrece, indudablemente, el aspecto ciertas verdades y ciertas incoherencias re, ante todo, en el conocimiento de quiede quien ha podido hacer lo que ha queri él marca. Una ironía sana y bien centra nes nos precedieron o son nuestros contemdo; y ya sólo ello imprime, en quienquie da salta como un pájaro en sus frases lapi poráneos. Cuantas más vidas conozcamos, ra, personalidad inconfundible, sea en el darias, sintéticas, justas, sin comentarios en en gozando de libre albederío y siendo mando, sea en el arte, sea en el mero capri que abundan los follajes de sombra incierta inmunes a las influencias ajenas, tanto me cho. Quien se basta a sí mismo, en talo o los recodos hacia remansos en zonas de jor confeccionamos la propia. Estamos cual plano de la vida, por tal o cual razón, espejismo. Quien lo oye comprende que es frente a un axioma. esto ocurre insencamina, cuando no erguido, sin cuidarse de sincero.
siblemente, ni se siente ni se palpa el prolos pliegues de la pletulancia, sin preocr La necesidad lespiritual ha sido en Max ceso y cuanto más imperceptible es el proparse del aledaño hostil.
un imperativo y, obediente a él, la ha plas de quien la ostenta; y de manera tan natuceso tanto más sincera y digna es la actitud Dueño de sus ansias, este hombre, pues, mado como la ha sentido y como la ha queri ral, que no valen perifollos ni postizos.
como antaño lo hicieron quienes sentían do, sin atingencias, sin modelos, sin retory podían dar forma al deseo de ensanchar ta ad hoc y sin previos croquis. Se desenLas esculturas y las pinturas de Max, los horizontes, Lucrecio para citar alguien tendió en cierto modo de todo y creó lo Jiménez son la implantación de una persoha estado en muchas partes del globo. suyo. Empero, no vaya a creerse que pasó nalidad que se desprende del medio amPero, digámoslo que de una vez, sin afán de en avión sobre el ante ya existente o que, para repudiarlo, sino el que lo viese el vecino salir de su entre cortinas de humo o perdido en afán de mostrar una idea conforme la inenviar un mensaje de cada latitud y poner cuba en el espíritu. No podríamos decir en sus manos al regreso un souvenir graciocon otros que la desmesura en el dibujo so y petulante. No señor: viajó por necesiDEUDA SALDADA responde a una afición de singularidad inodad espiritual, y como él ha podido dar (En el Rep. Amer. portuna, ni que el autor lencubre con sus líneas excéntricas un desconocimiento abso siempre gusto al espíritu, sin mayo Una vez tú me diste las primicias luto de los trazos geométricos, de la persrets contratiempos, no de otro modo se ha de un amor que llevabas en tu seno: ajustado a su destino.
fueron míos tu rubor y tus caricias pectiva o del relieve natural. Sería aventuVolvamos a Max. Conozcámosle más de y bebi de tu miel en vaso pleno.
rado afirmarlo. No podríamos tampoco manifestar que existe deformidad en sus ficerca, aun cuando sea someramente.
Pasó el tiempo y un alto en el camino guras. Max procede en otra forma: exageLo vimos en su casa, en su estudio sirvió para mirarnos frente a frente: ra, hincha, recalca y, sin embargo, dentro en el centro o en el pasillo donde nos junyo tenía sed: tú envenenaste el vino de esta técnica que desconcierta en el pritó algún motivo análogo. Solo o dentro del y yo bebi otra vez, siempre sonriente.
mer momento, vese el ajuste con que están tumulto, siempre emergió su vigorosidad Si una vez fui deudor de tus favores ensambladas las piezas y los matices del interna y externa con sesgo interesante que ya te pagué tus mieles cuadro. Las hombres, en determinados mono hubo de disonarnos. Saluda con afecto con tu crueldad y con mi humillación. mentos, sentimos, al soplo de la alegría o interrogativo. Su voz gruesa, como la de un al golpe seco de la pena, el deseo de volar, ultrabajo, presta cierta sensibilidad ama La deuda entre los dos está saldada; de ser duros, o que seríamos ogros o que beble, casi sacerdotal, al saludo al diálogo.
en aquel vaso yo no bebi nada: ríamos ángeles; y si alguien entonces quino ha habido más que una equivocación.
Diríase que nos interrogará si hemos essiene interpretarnos en el lienzo, haría muy tado con Dios. habla de esto de aqueRomán Jugo.
bien en dibujar un pájaro, una roca, un llo, emite un parecer, se duele de algo, sonSan José, Costa Rica, IX 45 salvaje o un querubin del cielo al modecasa, una o tus flores Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica