REPERTORIO AMERICANO 41 ría rarísimo que alguien se ocupara de esos nuestros fantasmas, que a veces, como en el caso de Manuel, cobran materia, y que con más poder que otras actividades, nos quitan el fastidio de un país, llevándonos a otro, al del artista, al de Manuel Cano de Castro.
Max Jiménez.
Puntarenas, Costa Rica, Julio de 1945 Apuntes y sus Las cogedoras de café de don Manuel Cano de Castro no necesitan como en la realidad, usar sombreros para protegerse del soi; cogen el café bajo la sorabra de las ojivas vegetales. sus fisonomias actitudes, tampoco las he visto en los campos sino más bien en los bajorrelieves de las metopas de los templos, en las procesiones sagradas y sugieren, no la vecindad confusa de los ríos en el trópice, sino Cogedoras de café el rumor mediterráneo hecho de claridades.
La naturaleza y la vida el artista las ve a través de su temperamento y de su cultura asimilada. Así esta litografia de que hablo me parece estar hecha por una sen tes bajo la lluvia, parece dibujada sólo con que con técnica muy diferente, ese sentido sibilidad depurada a través de los Museos. el temperamento del que confirma en la del paisajista chino en que el elemento huAsí como aquella otra en que aparecen gen naturaleza su estado de alma; tiene, aun mano cuenta dentro de lo cósmico, tanto o tan poco como una rama seca, un poste telegráfico, una piedra o una flor.
Don Manuel Cano de Castro ve a través de la estética que el se ha formado, usa la lente de su cultura artística y la gracia de su comprensión humana. Costa Rica no es sino como la ven los artistas: una concepción podrá ser más válida que otra, pero al fin y al cabo enseña a ver la realidall; poder aislar en la naturaleza es dar unidad, a lo que se llega solamente cuando se captan las cosas esenciales entre la barroca veglatación de lo superfluo.
Manuel Cano de Castro no sufre el complejo de Francia, se formó en París en la época de las grandes batallas estéticas. y no le molesta la inmensa sombra que proyectan sobre nuestra generación los artistas que parecen haber monopolizado la expresión de la época. Nos debatimos entre la ardiente curiosidad por consultar una tradición importada y el empeño de forjar la nuestra Manuel Cano de Castro lleva en su linea reminscencias del cubismo y de los maestros franceses que formaron la escuela de Paris y el lirismo y la intimidad de profundizar lo cotidiano valiéndose de todas las técnicas que conoce con la profundidad del que ha entregado al arte sus años.
Francisco Amighetti.
Ecuyère et Clown Puntarenas, Costa Rica, Julio de 1945 Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica