1Repertorio Americano Tomo XLI CUADERNOS DE CULTURA HISPANICA San José, Costa Rica 1945 Martes 20 de Marzo Año XXV. No. 984 No. 18 Otra vez Max Jiménez y otra vez con El extraño zambaje en la pintura de cuadros. Para entender qué pasa en Max Jiménez pintor, era necesario tenerlo dos Max Jiménez veces en estos dos catálogos. El segundo Por Salarrué completa el primero, sobre todo porque (En el Rep. Amer. trae cuadros a colores.
De catálogos tomamos la vida artística y fantasía, puesto que toda juventud es su corpachón de él (que también lo tiene)
aquí en Centro América, hasta hoy: de re eso en el resplandor de su frescura. y comparándolos asombrado. Son extrañas vistas, de libros. Hasta el arte de los De la Atlántida más antigua: más atrás aliaciones: vegetal animal; negro indio.
centroamericanos de nota nos llega así y de Poseidonis y su Ciudad de las Puer Sus gigantescos enanos están en plétora para ser talles tienen que ir a ponerse allá tas de Oro. de aquella Atlántida de los de materia, con el mínimum de espíritu: donde los veamos de perfil, cuando no de Atlantes que recuerdan a Atlas; de la ci nubes de tormenta a contrasol, negras y espaldas como a nuestro Toño Salazar. clópea y homérica que conoció Ulises; de fofas pero con la ineluctable orla de plata.
De Max Jiménez se recibe la esencia la mirifica era de Polifemo.
Allí montañas desnudas mirando tan de es el Max Jiménez que conocemos noso Max pinta unos atlantes terribles, para soladamente que en ello advertimos el alma tros: un catálogo, y se adivina que corres que sepamos que eran los pobrecitos niños triste de todo lo que sufre el suplicio de ponde a una exposición en París o en La de Brobdingnag, niños que todavía somos. Prometeo.
Habana, pero no hay de Max ni letra ni Los monstruosos y dulces niños de Dios Las figuras de los cuadros de Max son dirección que están, es cierto, diseñados con toda de carne abundosa y las pinta negras de Necesitamos de la dirección, lo encon claridad en estos cuadros, como en La raza, para que se sepa que está pintando las tramos así, entrando al catálogo; siguien Danza de las Horas de Fantasía. pero más carnes de las carnes; pero la corazona.
do el laberinto lleno de sorpresas de su que también se advierten difuminados en da del pintor que está diciéndonos el sepintura fuerte, sana, valiente, sincera; que los transeuntes de todas las ciudades y que creto de la vida humana y no retratando por todo ello resulta nueva sin quererlo, andarán por mucho rato con su elefantiarumberas pone en el ojo de aquellas for porque es nuevo todo lo que es flor. sis del cuerpo y del alma aunque encendi mas la tristura del indio. esto llamo yo Esto nuevo de la pintura de Max, está da la chispa del espíritu.
el extraño zambaje de la pintura de Max hecho de cosas tan viejas que ya no hay ¿Cómo recoge estos elementos Max Ji Jiménez, Negros con alma melancólica de cómputo de ellas. Vienen de cuando la ménez? Asi. andando como despacio, indios. Todas estas figuras son lindas por Historia estaba tan moza que era leyenda como por la playa; los recoge agachado eso. Les nade la hermosura de madonas como nace la florecilla humilde en la grie ta de la roca; como nace la flor del crepúsculo al pie de la tormenta mandinga.
Carnes creíamos que eran de las que vibran con lenguas de llama caribe. No son.
Son carnes vegetales, frías en la sanguaza del cactus y del nopal. Brazos, piernas, pies de nopal; sin espinas, para que la ter nura no se espine la lengua. Ojos oon silencio de estrellas solitarias; con desvío de peces timoratos. Manos como alas de humildes querubines, implumes aun; con algo de pollos en crecimiento. Bocas que no están para decir nada. Detrás de esos labios de tajada de hacha ise siente escurrir la savia amarga del dolor, por una garganta atragantada. Estamos llorando con estos monstruos de Max Jiménez como con aquella Gioconda de Walt Disney que se sentia leve como la mariposa; esbelta y llena de gracia en su hipopotámica desnudez pudenda. Hay en todo aquello la lá grima anacrónica de Heine y la que prcvoca Chaplin. lágrima sobre sonrisa.
Max Jiménez pinta estas formas humanas semi desnudas con cierto sentimiento de paisaje. Por eso tienen sus gigantes ese no sé qué de divinidades paganas o es.
píritus de la Naturaleza. Hay que ver los Pescadores en Cojimar Tierra y Pescadores en Cojimar Cielo. Son retratos de montañas familiaTela de Max Jiménez res el Nº de su católogo de París y el Pixe sich Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica