REPERTORIO AMERICANO 263 a te.
riel y Convivio. Le gusta editar li cense, que acaba de ser reconocida oficialbros consagrados a cuestiones de peda mente por el gobierno Venezuela que, con gogla e historia americanas, pero deja ocasión de las bodas de plata de RePara todos sus trabajos en ingeniemargen para los simplemente literarios y pertorio Americano, otorgó a García na y copia de planos, llame a los prefiere a los autores colombianos: Corne Monge una de sus más preciadas conde Teléfonos 5319 (Oficina) o 3201 lio Hispano, Dmitri Ivanovitch, Jorge Za coraciones. Habitación. lamea, llevaron allí algunos de sus ma Ojalá que el gobierno, tras de oír el nuscritos.
parecer de los doctores Eduardo Santos, Ingeniero RAFAEL ROIG La labor americanista de García Mon Luis Eduardo Nieto Caballero y Plinio Aptdo. Correos Nº 523 ge ha tenido resonancia en los Estados Mendoza que conocen la obra cultuUnidos, cuyas universidades divulgan ral americanista de Joaquín García MonRepertorio Americano empleándole co ge, acordase concederle la Cruz de Bo quierda la que contenía los despojos de mo ayuda para el aprendizaje del espa yacá.
los reyes. Atravesaron otras salas, que ñol. Intelectuales de tanta valla como Mario Santa Cruz Waldo Frank tuvieron palabras de estiformaban un interminable laberinto, hasta llegar a la cámara destinada a Semulo para la labor del malestro costarri. La Razón, Bogotá, IX. 44)
pulcro de guerreros y grandes hombres zapotecas.
En un amplio sepulcro dejaron al héUn cuento de Myriam Francis roe, sobre un túmulo de granito. Terminadas las ceremonias religiosas se retiXari raron todos, y los esclavos taparon la entrada con una enorme losa. Allí dormiría (En el Rep. Amer. Maxtla por los siglos de os siglos.
Cuando todos se hubieron retirado, una Hacía ya mucho rato que las esclavas Los guerreros habían partido en una sombra ligera y meruda salió detrás de se hablan recogido, y Xari seguía sentada expedición contra sus vecinos que les deuna pilastra. Xari que ella era la sombra en el suelo, tejiendo plumas y ensueños clararan la guerra hacia poco. Gratas para dió unos pasos, miro hacia a puerta que Las finas plumas de todos colores, de di los zapotecas eran las nuevas que llegala separaba para siempre del mundo de versos pájaros cazados en los bosques ale ban. Maxtla también había partido, y.
los vivos y se dirigió luego, serena y daños, parecían, dentro del cesto de una tarde llegóse un mensajero y Xari le tranquila, hacia el sepulcro. Devotamaguey, algo así como un arco iris apri oyó decir cómo su señor había logrado, mente besó la lápida que cubría a su sesionado por un dios que fuera poeta merced su heroísmo, darle el triunfo también. Xari iba tejiéndolas, según el ñor, con un beso de eternidad. Luego, a sus huestes. Un júbilo indescriptible se abrazada al sepulcro, sollozó quedamenarte de los maestros toltecas, en grandes adueñó del pueblo, y se esperaba a Maxcortinajes para el aposento de su señor. tla para ungirlo con las glorias de la En la noche resonaron unos pasos fuer esperó.
victoria tes y acompasados. Xari reconoció el llegó Maxtla, en brazos de algunos Cartago, Costa Rica, febrero de 1945.
paso de Maxtla, y suspiro. Ya regresaba ide sus guerreros, herido ly afiebrado. Su y la joven se alegró de sentirlo bajo el cota de algodón, aunque impenetrable a mismo techo.
los dardos, había sido desgarrada por un Siendo Xari una tierna niña, sus pa lanzazo dado de cerca; igualmente rota Camino de recuerdos dres, aztecas sumamente pobres, la ven estaba la túnica de lienzo, y Xari, llena (En el Rep. Amer. dieron ante cuatro ancianos que dieron fe de angustia, pudo posar su mirada en las del acto según la costumbre, al valiente entrañas mismas del amado, muy cerca Otra vez ante mi vista te presentas, guerrero zapoteca, padre de Maxtla. Des del corazón.
lleno de verdor hermoso, surcado de gide entonces Xari vivía en el país de Za La esclava pasó largos días con sus gantescos y elegantes pinos, tu ambienpotecapan, contenta, amando en silencio noches, más largas aún, junto al lecho te saturado con ese aroma que da la pria Maxta que acaso, acaso, no la había del herido, oyendo a los tonalpouhquis mavera. Yo, errante, peregrino, cuántas visto nunca. Ella era una esclava más. agoreros decir que el alma de Maxveces he recorrido, cansada, tus calzaque traía frutas del bosque, ponía flores tla volaría muy pronto hacia el padre das silenciosas y tranquilas. he admien los aposentos, tejía el algodón y las sol.
rado la belleza de tus casas y la fantásplumas de los pájaros. Para la esclava Xari se acurrucaba en los rincones tica hermosura de sus techumbres rojas.
él era un dios vivo, y como tal, apenas del aposento, tratando de pasar inadver Declina el sol, allá en el fondo del si osaba mirarlo. Era alto, hermoso, fuer tida, pero no perdiendo tampoco un solo caserío los celajes adormecen y se deste, y Xari temblaba de emoción al sólo detalle de lo que ala2 acontecía.
prenden lentas de la sombra las bandaoir su voz sonora. le amaba. Así, en Por las noches, cuando todos, cansa das de errantes golondrinas; en este atar.
silencio, sin casi saberlo ella, le amaba. dos, rendíanse al sueño, ella se llegaba en decer de primavera el girasol se oprime Brillaba en el cielo Citlapulli Hueyci silencio hasta el lecho del herido. Una y dan ansias de correr hacia el suelo tatlin, la estrella grande. Venus. Xari noche lo vio agitarse, tender delirando las que nos vió nacer y emprender esa case apresuró a cerrar su ventana, sabiendo maros hacia adelante y entonces Xari, tírrera loca que se da en la edad primeque la luz de esta estrella traía mala midamente acercó su manecita a las ma ra. Las inquietas y traviesas golondrinas muerte, y se durmió con su dulce sueño nos ávidas que parecían buscar algo a en su afán de cambiar de sitio han ido de adolescente. La despertó, aún antes de qué asirse. Maxtla, que no la veía en su a posarse en la torre del campanario en amanecer, un canto entonado por mu delirio, cogió la mano; y quizá sintién ruina; el monje se asoma cabizbajo, al chísimas voces. Salió y pudo ver cómo dose protegido por aquel gran amor, dur ver la cúpula enlutada exclama: Traviepasaban cantando numerosos muchachos mióse tranquilamente, reteniendo entre sas siempre! Yo contemplo ansiosa de y muchachas. Era el mes de Ocpanaiz las suyas la pequeña mano morena de imitar su vida. Oh camino de recuerdos, tli, y se celebrabar las fiestas en honor Xari.
cuánto te he soñado, tantos veranos e inde la diosa Toci, nuestra buena madre, Dos días después Maxtla había muerto viernos tus calles he pasado. Mi vida coalma de la tierra: Xari se dijo que cuando Llevaron el cadáver a templo subte mo la tarde ya declina, mis cabellos case pusiera el sol ella, adornando sus ca rráneo de Yopaa. Una larga procesión, nos ya se asoman y en cambio tu belleza bellos con guirnaldas de flores, también que encabezaban el rey, los wiyanas y aumenta. Camino tan querido, haré de tu le llevarla a la buena madre su ofrenda los dignatarios, seguía los despojos mor recuerdo una plegaria y así mitigaré mi de frutas y de palmas.
tales del héroe. Penetraron en el espa corazón. así pasaban los días, risueños y cioso santuario, atravesaron las salas Dolores tranquilos.
que servían para la iniciación de los w:yanas o sacerdotes, a cuya derecha que(En México, 1944)
Llegó el mes de Itzcalli, con sus vien daba la gran galería en donde repesaban Costa Rica, febrero de 1944.
tos y sus fríos.
los cadáveres de los pontifices y a la iz Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica