CommunismJoaquín García Monge

REPERTORIO AMERICANO 95 da pluma de Ud. que, después de haber sido tanto tiempo árbol de fertilidad creadora, se ha convertido en tronco robusto y añoso para cobijar bajo su sombra a las nuevas promesas literarias de América.
Román Jugo.
LUNA, DIABLO YO.
Del brazo del diablo a la luz de la luna, pascamos buscando tu amor en la bruma.
Reflejos de incendio miraba en tus ojos, recuerdo inconsciente tus dos labios rojos.
ser esto Luna, diablo y yo, buscando perdido el amor de ninguna. La matanza de 1932. Vielle de la pág. 87)
La víspera de morir juegani y se embroman los Te he mandado a llamar para solicitarte dos tres amigos.
servicios: que le digas al Presidente que no maten Luna es el más decidor. No tiene padre ni a Zapata ni a Luna, esos dos chiquillos que nada madre. Los parientes adinerados lo odian. malo han hecho. Estaban por desgracia, conmigo Con él se van los sueños, ia fe, la juventud, la noche de mi captura.
páginas de heroicidad en que fué el hambre actor, Yo soy el único responsable. mí deben ma Ataco lo vió nacer; Ahuachapán lo vió crecer; tarme. Están en su derecho; es su derecho burel Liceo San Luis de Santa Ana, bachillerarse; la gués. Yo los hubiera matado a ellos si los capcapital, sentarse en unos bancos de la Universituro.
dad; la vida luchar y penar; soñar también en Para mí no pido más que un poco de sol. Estoy la redención de las masas esclavas; el pueblecito casi tullido. Esta celda húmeda me hace mucho de Aculhuaca lo vió dar clase.
daño. Que me saquen al sol un rato.
Zapata es muy joven. Se casó y deja embarazada Un sacerdote llegó a darles consuelos espiria la esposa. Es también maestro de escuela. Hutuales, a los condenados.
mano en alto grado, sufre las penas de los niños Luna se confesó. De Zapata no supieron dede la barriada y dijo alguno de sus jefes perdió cirme.
la costumbre de reír. Era de poco hablar y muy Martí se negó rotundamente a confesarse. No reconcentrado en sí mismo, aceptó confesión. No creía en ella.
Es costumbre decir que los comunistas lo son Fueron vanos los esfuerzos del sacerdote. No por hambre. Puede en algunos casos pudo convencer al héroe. Es que Martí, hombre verdad, como también por hambre les sirven sin tacha sin miedo. halló su camino, anduvo muchos a los tiranos, como también por hambre en él sin vacilaciones, seguro de sí; amo y sese venden muchos escritorzuelos, como también ñor de él mismo, se enfrentó a la muerte y se por hambre muchos malos poetas les cantan a los echó valeroso en brazos de la inmortalidad.
verdugos de El Salvador.
El Jefe Supremo fué diggo de sus soldados Pero en el caso de Luna, Zapata y Martí, na hasta en la hora de morir. Les dió siempre ejem.
die podrá decir lo mismo. Pobres eran los pri plos grandes. Cogió la cuma para sacar tareas, meros, mas tenían lo suficiente para vivir, cogió el saco y fué a cortar café, anduvo con los además la Universidad era promesa de bienestar carreteros los caminos polvorosos, tras los bueyes y hasta de riqueza, puesto que tenían talento y cansados. Todos los caminos del Occidente de El hubieran sido profesionales distinguidos. Salvador lo conocían, Martí era hijo de padre acomodado. Como El apóstol Martí trabajaba como peón, y así profesional hubiera hecho lucido papel. Sin em ganaba adeptos.
bargo, los tres aprendieron que más vale servir Tenía un don maravilloso para conquistar. ideales humanos, defender a los esclavos. Bien quien lo seguía una vez dificilmente lo abandosabían que renunciando a ser estudiantes del naba.
montón se jugaban todas las comodidades que regalan las cadenas de oro a los mansos, a los ahora.
domesticados. Ellos desearch Servir a los proletarios, a la clase más desvalida de El Salvador. Y ahora, huérfana la raza, entronizados los ahí los halló la muerte de pie, serenos, fuertes, militares, corrompidos los universitarios, perseretadores.
guidos todos los que no se arrodillen, expatriados Unos días antes de ser ejecutados, Marti lla tantos salvadoreños, un enigma se presenta: mó a un amigo que tenía alto puesto en el go. Hay rebeldía en El Salvador? Hay rebeldes bierno de Martínez. Con permiso de éste el amigo todavía?
de Martí fué a ver al reo. Martí había sido El tirano y su jauria vigilan.
compañero de aulas del empleado del gobierno. No dice el pueblo nada.
Natural era que el empleado pensara que Marti Pero el Izalco truena. el Izalco es hermano Je iba a pedir ayuda para salvarse de la muerte. de una raza que no duerme, aunque esté callada.
El amigo de Martí va preocupado. Les teme a No perdemos la fe.
los militares que pueden incluirlo en la lista de Las ideas no se degüellan. La sangre mojó sospechosos. Los militares con todo y sus armas mucho la tierra de los izalcos y esta sangre mojará viven nerviosos, creyendo hallar comunistas hasta banderas nuevas.
en su misma sombra.
Sin preámbulos, Martí le dice: El Salvador, Novbre, de 1941.
Plata, fuego y yo buscando en la sombra, errando en la bruma. MOMENTOS Busqué tu figura bajo la enramada Mirada, Un extraño aroma nos trajo la brisa.
Sonrisa.
Llena de dulzura me diste una flor Amor.
Con la tarde oscura terminó el amor.
Dolor.
En la madrugada sopló mucho frío.
Hastío.
VISION Anoche, me estuvo arrullando una pena.
Por eso, no cayó a mis ojos el chorrito de arena.
Yo ví, Lo presento (En e Rep. Amer. San José, 14 de marzo de 1944.
Señor Profesor Joaquín García Monge Pte.
Mi querido don Joaquín: adjunto a la presente tengo el gusto de enviar a Ud, unos versos de nuestro común amigo Fernando Figuls Quirós.
Hace tiempo lo mostro, como producto de eso que llamamos horas perdidas y que a veces no lo son en realidad, Indudablemente hay madera de poeta en este novel escritor y algunos de sus versos, especialmente los que el titula Momentos, son verdaderamente originales, No son del estilo de los que yo, malamente pero con sana y profunda intención, cultivo y para los que Ud. siempre me ha brindado la generosa hospitalidad de Repertorio. Pero yo, como Ud. creo que toda manifestación artística debe encontrar su libre expansión y por eso, seguro de que quien los escribió merece ser conocido y estimulado. los envío a acogerse al paternal regazo literario de Ud.
donde han de encontrar bondad y comprensión. Uno de ellos no tiene título, como si estuviese esperándolo de la fecunen la tiniebla de mi cuarto una sombra, Senti, entre mis dedos pasar uno a uno tus suaves cabellos.
Crei, en ese momento, que estando contigo debia estar nuerto.
En la madrugada, sonó en una torre una campanada.
Fernando Figuls Quirós. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional. Costa Rica