1Repertorio Americano Tomo XLI CUADERNOS DE CULTURA HISPANICA San José, Costa Rica 1944 Sábado 27 de Mayo Año XXIV. No. 973 No. Pedro Salinas Por Pedro Juan Labarthe (En el Rep. Amer)
chalegias PBRIXENCH (Conferencia leída por la Estación de Radio el 20 de febrero de 1944. Cumpliendo con lo prometido, hoy la Hora Poética será dedicada al poeta español Pedro Salinas, actualmente catedrático en la Universidad de Puerto Rico dictando un curso sobre literatura española contemporánea.
Hace años que venimos gozando la poesia de este alto poeta español Fué para el año trein.
ta y cuatro, justamente hace diez años, que nos cayó como un pedazo de cielo en las manos su hermoso libro La Voz a ti debida. Nos cau.
tivó al instanteLibro único, libro singular en la expresión, sin embargo el tema, el tema es cantado y recantado, el amor, pero creo que el Amor jamás había encontrado un ruiseñor que lo cantara tan bellamente como el ruiseñor es.
pañol Pedro Salinas. El libro en sí es todo un Poema, un poema quintaesenciado, un canto sensible, un canto refinadísimo al forjador de toda obra grande y eterna, al Amor.
Desde el instante en que me cayó la ben dición de La Voz a ti debida se hizo compañero mío y jamás me he desprendido de él.
Lo llevo en viajes junto con La Imitación de Cristo y Toi et moi de Paul Geraldy. Lo he recomendado como algo de necesidad en la vi.
da bella. Debe estar a la distancia de las manos amorosas, cerca de una chimenea en días de invierno o compañero fiel en las caminatas por los prados floridos; debe estar bajo cielos estrelladog o atardeceres rosas; debe estar so bre la mesita de noche y debe ser el himno de los enamorados, teniendo a veces la música de los campos a en la casa la música de Cho pín íntimo o de Liszt amoroso.
Traté de leer sus obras anteriores a ésta y tuve la suerte de encontrarlas en España. Podría y me atravería a decir que ésta. La Voz a ti debida. es superior a todas las otras. Será por el tema que llevo siempre en el ojal de mi corazón? Tal vez. Ahora, si po.
demos decir que en todas las obras de Pedro Salinas sobresale su sensibilidad mayúscula, su sensibilidad hiperfina, su hipersensibilidad. Se nos hizo cuerda finísima de un Stradivarius que hasta el arco fino del viento podría templarla.
Cajita sensible que al más leve ruido de seda y alas podría encontrar resonancia; antena at mosférica recibidora de todos los sonidos y ondas cósmicas; pulso alterado ante el tibio gol pe de sangre de la belleza, del sentir; frasquito del más fina cristal guardador de las esencias de los campos, de amapolas, orquídeas, rosa y tierra; superficie de terso lago azul en cuya superficie se reflejaría horizontalmente el cie.
lo y que se podía herir esa superficie leve.
mente con alas de luciérnagas. Pedro Salinas me dió en todos sus libros esa sensibilidad. Podríamos llamarja sublime enfermedad musi.
Pedro Salinas (1944)
Un espíritu así tendrá que sufrir horrible.
mente en un mundo de estridencias como el nuestro; en un mundo de mofa, que ríe estrepi.
tosamente ante la sublime enfermedad suya, Pero el poeta ha sabido defenderse y defender su gracia y ha cantado y canta, o mejor ha rasgado y rasga su guitarra española como nadie. y su canto sublime ha sido La Voz a ti debida.
Hemos gozado a Ruben como hemos gozarlo a Garcilaso antes. Los dos renovadores de la lírica española. Este trajo lo toscano a Espa.
ña, aquél lo galo. Ambos principes reales de nuestra lengua. Ellos marcan épocas. Son los clásicos. El modernismo de Ruben incubó mu.
chos poetas tanto en España como en América.
Tuvo grandes discípulos. Luego se ha querilo poner a Juan Ramón Jiménez como piedra también de otra época, la más reciente. La poesia desnuda, escueta, deshitratada de adjetivos, la poesía sin rodeos. Tal vez pueda ser Juan Ra.
món el principio de una época y tavez no. Si es verdad que ha tenido seguidores. Si que los tiene, pero esa poesía que se nos hace alge.
braica, musicalmente algebraica, llena de símbo.
los, no nos llena el alma. Son gotas que caen de un cuentagotas, gotas de un elixir que nos deja con deseos. Será que sentimos más como Salinas? Talvez.
Creemos que Juan Ramón tiene su puesto entre los grandes poetas. Indiscutiblemente: tro hombre de irritable sensibilidad, pero Sali nas con su libro, con su poema amoroso La Voz a ti debida ocupa hol el puesto más alto que puede tener un poeta en la lengua española en la actualidad. Joven es aun Pedro Salinas.
Cerca de nosotros está tendrán que venir las anos de imparcialidad y de frialdad y de goce para que la aclaración nuestra se haga unánime.
Se oye mucho el nombre de otros. Todavía a García Lorca por nuestra América se le quiere dar el primer puesto y a Juan Ramón se le conto.
ce más y hay quien diga que España cuenta hoy con cinco poetas de igual quilate. No estamos de acuerdo. Nuestra opinión singularísima es que España tiene esos cinco poetas, pero que hay uno alto y ése es Pedro Salinas, No vamos a cantar las producciones Hay quien se eternice con una obra y hay quien haya publicado docenas y sólo se recuerdo por número entre los mediocres poetas de su época, La obra en total y La Voz a ti debida de Salinas le pondrán y le ponen actualmente entre los más grandes y él con su cetro y corona.
Así le vemos ¿Tendrá discípulos Salinas? Tendrá inmitadores pero habría que nacer con su sublime enfermedad de sensibilidad para que se diera esa Voz o se repitiera, Goya fué Goya y toda la imitación goyesca fué canallesca en el arte pictórico. El Creco fué el Greco solo y único, Darío fué Darío único y todos sus imitadores SUMARIO Pedro Salinas. Por Pedro Juan Labartbe.
La lucha de Franco y su Falange. Por Rafael de Buen.
Canción de pena. Por Laporte Soto.
La vida es un viaje. Por uis Villaronga Simbad Bases del concurso literario. José Batres Montúfar.
Cuba honra a un ilustre centroamericano. Por José Castro.
Bandera de Honduras. Por Raf. Heliodoro Valle.
Recuerdos de Guillermo Valencia. Por Cornelio Hispano.
Nietzche, el enemigo. Por Sánchez Trincado.
Canto de Victoria. Por Ciana Valdés Roig.
Diálogo de sal. Por Yolanda Caligaris de Estrada Un cuento de Magón. Por Juan Carazo.
Canto del amor en paz. Por Pérez Perozo.
De la soledad. Por Lorenzo Vives.
El recinto escombrado. Por Rafael Cardona.
Hay que ayudar a los pueblos de Centro América. Por Mario Santa Cruz.
La Libertad. Por Alfredo Palacios.
Tus manos. Por Alomar, cal.
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