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30 REPERTORIO AMERICANO ble. Entre 1919 y el año de gracia o de infortunio en que vivimos se ha visto algunos ejemplos de la desatentada costumbre del cuclillo. Las corrientes migratorias parecen haber sido necesarias para el desenvolvimiento de la civilización, pero de un lado traían consigo sus miserias y abusos y de otro es notorio que muchas formas de progreso son benéficas en ciertas épocas de la historia y manifiestamente perjudiciales en otras.
La emigración trajo sin duda beneficios a Europa. Los europeos que abandonaron el suelo patrio a mediados del ochocientos para venir a establecerse a América, aliviaron la condición de los que permanecieron en sus patrias y establecieron una carriente continua de remesas en dinero coritate al otro hemisferio. Con los adelantos en la rapidez de los transportes América mejoró las condiciones de las clases desfavorecidas de Europa y facilitó al aumento de la población en esa parte del mundo. El movimiento migratorio es un bien, pero es menester inspeccionarlo y dirigirlo con la mayor atención. Se ha dicho que algunos países del norte y del sur de esta parte del mundo se han beneficiado extraordinariamente con la afluencia de gentes extranjaras. Hay motivos para creer en el cambio de sentir a este respecto tanto al norte como al sur: los gobiernos han establecido restricciones que en algunos casos equivalen a la prohibición absoluta.
La guerra actual ha venido a probar que tuvieron razón los estadistas vaticinadores del peligro en materia de inmigración. la sombra de la actual degollina han surgido en América al norte y al sur falangistas, organizaciones del fascio, turbaş nazistas callejeras o clandestinas, que de haber sido más numerosas les habrían creado dificultades serias a los gobiernos del continente, como que la actual acometida contra la civilización, tuvo su origen en un caso de inmigrantes alemanes en Austria, sublevados contra una de las nuevas nacionalidades formadas de los jirones de aquel imperio.
Se cree que la inmigración aumenta el número de habitantes de un país y ello es verdad en ciertas condiciones. Argentina tenía la misma población que Nueva Granada al terminar la guerra de independencia para los dos países. La Argentina es una tierra de humanidad, sus Hanuras son uno de los mayores dones con que la naturaleza haya dotado a las naciones de este hemisferio. Su extensión superficial es doble de la nuestra. Sobre ese territorio se estuvo volcando un torrente migratorio poderoso durante cuarenta años hasta 1914. Las tierras de Colombia no pueden rivalizar en feracidad con las del Plata. Colombia no tuvo emigración digna de ser computada en cifras durante muchos años del pasado siglo, a pesar de su carácter hospitalario y de sus leyes favorables al extranjero. La población de Argentina es hoy de doce millones; la de Colombia alcanza, seguramente, a diez. La diferencia bien puede adscribrise al clima, a la feracidad del suelo, a las benéficas condiciones de vida, no a la inmigración.
Respecto al crecimiento de población cabe introducir otro argumento. El indice de desarrollo en nuestro pais es tan favorable, comparado con otras naciones, que el aumento vegetativo solamente creará un problema dentro de cincuenta años suponiendo que tal índice no aumente. Si se hace disminuir la mortalidad infantil; si se mejora, como se dijo en otro artículo, la condición sanitaria de las ciudades la población crecerá en proporciones de crear un problema.
El autor de estas líneas fué partidario de dar al extranjero toda dase de facilidades para venit a vivir activamente y con honradez en Colombia.
La experiencia de medio siglo, el estudio de las peripecias de la inmigración allí donde existe y sobre todo desviación moral causada por la guerra de 1914 y la amenaza que envuelve la presente contienda con los odios que ha suscitado, tratando sus promotores de apoyarse en libros tan desfallecidos como los del Conde de Gobineau, le han hecho cambiar de parecer. Quién sabe si de aquí a cincuenta años, en un mundo nuevo, sin fronteras nacionales, sin odios de raza, sin da competencia como base de las relaciones entre los hombres y estados, mis opiniones hayan cambiado.
Las probabilidades son favorables. Sanín Cano los campos, por más tiempo árbitro dirimente entre los hombres y los pueblos. La balanza de Thenais ocupará su puesto, sobre un plano en el que el Derecho es el natural reparador de la Injusticut, para librar al mundo del funesto temor a la opresión, a las desigualdades de fortuna y a las 1:itantes discriminaciones que introducen trastornos entre el capital el trabajo y que se imponen a la pobreza frente a la opulencia Los pueblos esperan verse libres, bajo el auevo arden, de las exacciones a que hoy están sujetos por las demandas de armamentos, cada vez más complejos y onerosos, así como del monstruo de la guerra que dejará de oprimir, como abracada.
brante pesadilla, la conciencia y la imaginación de los hombres del futuro.
En el nuevo trato que se anuncia, los hombres de todas las creencias tendrán amplitud irrestricta para rendir culto a la Divinidad, según sus corrvicciones, exentos del temor a la intolerancia sestaria de los fanáticos y a las diatribas y persecuciones de los desoreidos.
Roosevelt y Churchill, haciéndose intérpretes de sus respectivas naciones, en concepto de porta estandartes de las más altas y modemas culmina.
ciones del pensamiento pacifista y constructor, han enfocado, con certera visión, los ideales ca munes y presentes de la humanidad, en un enun ciado de principios que son como los mandamientos de un nuevo evangelio de cultura, caldeado con el espíritu cristiano y humanista de la civilización occidental.
Libertad de palabra, libertad religiosa, libertad de todo temor a la opresión y libertad de temor a la miseria, tales son las cuatro formidables colum.
nas que sostendrán el edificio democrático, moral, internacional y económico del mañana.
Como El Decálogo del Sinai y como La Ley de las XII Tablas, Los Ocho Puntos de la Carts del Atlántico, surgidos en concepto de eniblema liberador, de entre las encrucijadas de la guerra más colosal y titánica que hasta hoy ha recogido la historia, están llamados a tener muy hondas, lejanas edificantes repercusiones en el devenit de los siglos y en los fastos gloriosos de la humanidad orientadora triunfante, así como en la Etica, en la Moral, en el Derecho y en la Economía de las naciones.
La Carta del Atlántico es, en suprema del orbe, la más completa y destacada expresión de la Justicia, que en el pensamiento de versados clarividentes estadistas ha podido concebir y enfilar contra las fuerzas del Espíritu de!
Mal, para servir de coronamiento magnífico a la Victoria del Espíritu del Bien, que se avisora en lontananza, a ja luz de un nuevo y claro día.
La Epistola del Atlántico está anunciando, para post guerra, la reforma de la política de buena vecindad que ha congelado en el poder, a los dictadores hispanoamericanos, en los países que los sienen.
Una confederación de países, organizada sobre el pie de igualdad internacional, como feliz cesario complemento de La Carta del Atlántico. conforme a los someros lineamientos diseñados en la reciente Conferencia de Moscú es obvio considerar que estrangulará el anárquico aislacionismo de los pueblos discolos, en aras del supremo interés que habrá en mantener la paz sobre la tierra, en limitar los fratricidas armamentos, en ejercer el control de la asistencia debida a las naciones retrasadas y débiles y de administrar la distribución de los productos industriales dentro del sistema de equidad del porvenir.
La Carta del Atlántico, es, en definitiva, La Buena Nueva que anuncia el advenimiento de un Mundo Nuevo, con los destellos de una deslumbrante aurora, que merece el aleluya de los hom bres libres y de buena voluntad que se preocu.
esta hora у y neLa Carta del Atlántico (En el Rep. Amer. Es el documento internacional más importante punto de apoyo en el Catálogo del Atlántico, y de mayor trascendencia y alcances que se ha como plataforma de bienestar para las genera firmado en la época contemporánea, que hará ciones venideras.
memorable el 14 de agosto de 1941, fecha en La igualdad y solidaridad entre las naciones que se hizo la célebre declaración oceánica.
la reciproca cooperación entre los pueblos, proSienta las bases de La Paz Perpetua con meten ser vínculos efectivos de sólido acercaque soñara Kant y de La Gran Ilusión que es miento enlace en el mundo de past guerra.
bozara el humanismo optimista de Norman como medios decisivos para la coprosperidad Angel universal, y para evitar al género humano los En sus puntos de vista resuenan ecos de La peligros y penas de la necesidad frente a la Ciudad de Dios. en acertado y generoso empeño miseria.
por convertirse en hechos. en obra vivienteel Las perspectivas de un mun democrático que ideal cristiano de la fraternidad umana, que los pagará pleito homenaje a la justicia, como Evangelios proclaman y divulgan.
realidad y no como un señuelo de mentiras con El respeto al derecho ajeno es la paz. reza vencionales, son prestigiosas banderas de alenel apotegma de Juárez y es éste el primer prin. tadoras esperanzas, en el sentido de que, el despocipio fundamental que enarbola la Epistola del tismo atrabiliario de los dictadores de hoy en día, Atlántico, como garantia del progreso, cultura será barrido del haz de la tierra, con el debido y civilización del porvenir.
escarmiento de los opresores.
La libertad dextro de la ley, que da impulso Ancho será el mundo para los hombres libera la armonía al orden entre hombres civilizados tados de prejuicios nacionalistas y raciales, a fin y conscientes, está llamada a imperar en el nuevo de que puedan surcar aires, tierras y mares, sin mundo, en diametral contraste con el sistema obstáculos ni trabas, por todos los rumbos de la jerárquico de disciplina, de privilegio y de opre. Rosa Náutica, en demanda de bienestar y de culsión postulados por el autoritario nazi fascismo, tura, en la trayectoria para la realización de sus hoy en derrota.
destinos, La realización de las aspiraciones colectivas La fuerza bruta, signo de regulación predomi e individuales encuentra ampliu margen y eficaz nante en las relaciones de los bárbaros, no será una Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica