REPERTORIO AMERICANO 119 motivos del folklore costarricense (En el Rep. Amer. EL CADEJOS en las ancas, sobre el brio del asustado caballo.
Las cadenas del Cadejos, ay, ay, ay, las cadenas, las cadenas del Cadejos son largas como mi pena. va camino adelante, el potro bien sofrenado, para alargar la aventura acortándol: los pasos. Son largas como mi penal La noche se hace más negra, se apagaron las estrellas; en la tumba de mi madre crece una cruz de tinieblus.
Ya la requiere de amores y se encuentra bien pagado: bailan azufrosas luces luciérnagas en los pastos posibilitando lechos que no han sido inaugurados. La noche se hace más negra!
No me maldigan los hombres ni vengan tras de mi huella; déjenme con mi alma sola y con mis largas cadenas. con mis largas cadenas!
Vuelve la cara el jinete con el beso entusiasmado, fruto de brasa viril grávido de noche y campo, que ha de quemar la dulzura de los esperados labios, LA CEGUA Manuel de la Cruz González. caballo, va don Juan por el camino solitario.
La varonil fortaleza se le desploma de un tajo; como dos luceros muertos los ojos se le han velado; ut escalofrio de muerte lo escarcha, como a un pantano.
Sañoneros (Escena criolla. Caracas. Por Raquel Cisterna LA CARRETA SIN BU EYES La noche empieza a nacer en lus charcas de los sapos y en los tallos de las hierbas con los grillos enlunados.
El toro de la vehemencia, palido de alto verano, en las savias y en las sangres da mugidos de reclamo.
Que la moza, la mozuela, a la luna, bajo un claro de las frondas, le presenta.
calavera de caballo.
Un grito. Una maldición. los grillos, y los sapos. resuena hasta perderse un galope desatado sobre el polvo del camino, del camino solitario.
Mayo, 1944. caballo, va don Juan por el camino solitario.
Pregusta el pueblo lejano con las mozas en sus brazos, con la ruleta de besos detenidos en sus labios LA LLORONA El olor de los jarales meloso, requemado, le augura entregas rotundas de lides de amor sembrado.
Cuando anochece en el campo, cuando los yucritos lloran, y en las cañadas el viento corta su llanto en las hojas, orilla, orilla del agua llora y llora La Llorona.
Urucas en flor y reinas de la noche. Si me quieres me aguardarás a la sombra del higuerón, junto al pronte.
Están solos los potreros bajo la luna creciente; luna, luna de deshora, fantasma sobre el relente.
Los cuyeos y majafierros baten su metal de muerte; jaurías en la aldea cercana ladran furor impotente. Debajo del higueren cerca del agua y del puente. esa hora no pasa nadie.
Me aguardarás si me quieces!
Ya los grillos no cantaban en las hierbas, y la nieve de la luna se perdia entre nubartones verdes.
Silencio. Angustiu. Ay, si viene!
Más silencio. Ay, si no viene! se attaigaba en la sombra dei higuerón, junto al puente.
Por el camino sonaron cheridos de rueda y eje, tumbos me llantas sonoros flotados en desniveles. Alguien, si no El! Un boyero que por el camino viene!
los ojos y los oídos eran clavos resistentes.
En vilo por el asombro, ya que nada la sostiene, en la noche desolada vió la Carreta sin Bueyes!
Por el campo, solitario, y a caballo.
La aventura lo fulmina: rayo de lo inesperado: una fresca moza peina sct pelo bajo de un árbol a la orilla del camino herboso y apenumbrado.
Un niño de luna llena se le escapa por las frondas y se le ahoga en el agua verdinegra de las pozas. Ay, que ni niño, mi niño. Ay, que el agua me lo roba!
Todos los rios son sangre corriendo por mi congoja.
Sólo las aguas cerradas miran mis ojos donde se asoman. Ay, que mi niño, mi niñol.
Ay, que el agua me lo roba!
El azufre de la lunas riega sus hombros brazos.
sus hombros, y en el escote, el nacimiento combado de las tunas de los pechos, fautos erguidos al tacto.
Juega en sus anchas caderas un gran ritmo bamboleado como de compactas frondas cuando el viento mece el campo.
Inicia don Juan su triunfo con la mozuela a su lado, Carlos Luis Sáenz Costa Rica, mayo, 1944. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica