Democracy

106 REPERTORIO AMERICANO Canto de Victoria (En el Rep. Amer. Murieron los últimos ecos cercanos en la tumba ignota de vivas y salues.
de las aguas claras.
Cesó el vibrador tintineo de platos del aureo metal.
La trompeta augusta silenció en los aires ¡Victoria! que alcanzan los bravos marinos franceses los ritmos sonantes de un ritornelo marcial.
hundiendo en los mares sus vidas y escuadra. subieron voces ¡Victoria! que brilla en la Historia contando los hechos gigantes, del Mundo por obra las gestas logradas, do los que en un día esculpen vocablo sin par.
las bajas causadas ¡Visión de Esperanza. al fiero invasor.
Antorcha, fanal Alguien galoneado se empinó arrogante. Victoria de Francia!
diciendo el arrase completo, la eterna, inmortal.
el fuego constante, Victoria de Francia el triunfo en el reto, jy de la Humanidad. la justa venganza que cobra el honor.
Que capte el espacio, de nuestras palabras cuando serenado de entre los heroicos los vivos loores.
brota voz de genio reconquistador, Que vuele con alas potentes de regios el gove suicida contando de Francia condores.
que ahoga en Tolón, la mítica gracia del verso. antes de entregarse el hálito estoico el ritmo valiente y sonoro con la su elegancia que canta el martirio y el triunfo de vieja lección.
de la Democracia. Victoria del Mundo i¡Esa es la Victoria. suma un viejo entre nimbos de Gloria!
calvo de lungas patillasiQue aún queda en la Tierra i¡Esa es la Victoria. doblemos rodillas quien sepa con un estoicismo profundo, corearon a un tiempo mil voces ardientes.
con una pasión ideal. Si es digno de gloria, forjar con su alma y su sangre quien lanza al contrario de muerte y destrozos la magna epopeya las negras simientes, de la Independencia más se la merece, que esa es la Victoria!
y de la libertad. sepultar erguida la carne aaechada Ciana Valdés Roig.
antes de rendirse, Santiago de Cuba Marzo de 1944.
Romance de la sangre sangre caída. los rebeldes salvadoreños en su semana heroica.
Claudia Lars.
Yo levantaré la sangre, Yo levantaré la sangre ila sangre de mis hermanos! desde la muerte a mis labios.
Irá pon sitios de ausencia ¡Porque para eso estoy viva donde hay nombres sepultados. y me ha sido dado el canto!
Iluminada otra vez.
De nuevo en rumbos exactos.
Claudia Lars.
Con todo el fervor de ayer y toda la sal del llanto.
México, abril de 1944, Ya ve Don Joaquito, este romance que escribi cuan.
do supe de la muerte de Victor Marin (a quien quebraron todos los huesos, y que murió como liente) lo mismo que la de otros desgraciados, resultó profético. Al cabo de un mes ha caido el hombre.
Ojalá que se convoque a elecciones libres ¡No queremos militares.
un vaYo levantaré la sangre. la sangre de mis hermanos. La que ha corrido, desnuda, bajo metal y soldados.
La que subía en el aire. por altas nubes girando, y al derrumbarse quedó hecha de sal en los párpados. Sangre de los hombres libres. Imán de rumbos marcados!
Yo levantaré la sangre desde la muerte a mis labios, y en ellos, ya resurrecta, continuará lo empezado.
Por cuatro puntos precisos brillarán cuatro relámpagos, sobre seguro trayecto nuevo gesto y nuevos pasos.
Compactas voces saliendo de muros de cal y canto; ignea Custodia que lleva adentro nombres sagrados, y capitán del momento un ángel de Viernes Santo.
No tiemble la rosa leve ni cambie su afán el pájaro.
No pregunteel niño al miedo la razón de lo jurado. Ya están ciegos de tormenta los que vientos desataron. Ya se les cerró el camino. Ya están sus dias contados!
Descubran seres sin culpa culpa cubierta de engaños, porque el silencio despierta y los muertos se han parado. Cuscatlán. tierra pequeña, siempre, por fuerza, sangcando. Tierra de flor macerada, de jadeo y aletazo. Qué bien te miro, de lejos, corazón del Centro. campo de rebeldías maduras y de hombres arrebatados!
Si tus sueños han caído se alzan en otros espacios, por derribados más firmes, por perdidos, encontrados. tus hombres. tierra mia!
para la meta o el tránsito llevan bandera de muertos clavada en el puño amargo.
Ya verás îtierra en cadenas!
a los muertos levantados.
Ya verás la sangrie de hoy precipitada en mil brazos.
Con el color de la noche queda el tiempo señalado y no podrán defenderlo ni flechas de Sagitario.
Piélago de sal Como la gaviota Piélago de sal, yo voy por la ignota bello y caprichoso, man de mi destino.
quieto, proceloso espúmeo y triunfal!
Ansiosa camino tras de la quimera; Yo soy la gaviota sobre de la ola rondando en el mar.
móvil y parlera, El viento me azota, frágil, traicionera, me quiere cansar.
meciendo la yola.
Descanso en la yola, barquilla que va Bendita ribera y sola.
cuando yo te alcanzo llena de fatiga!
Qué dúctil la ola! un suspiro lanzo De enana a titán, si una mano amiga, meciendo la yola me estrecha sincera.
que impulsa Jehová!
Yolanda Caligaris de Estrada.
San José, marzo de 1944.
muy trémula Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica