REPERTORIO AMERICANO 167 Cuerpo agrario y fraternal de China Por Pablo Rojas Guardia (De Revista Nacional de Cultura. Caracas, noviembre diciembre de 1943. Dice mi amigo con voz de universal quebranto, al bien y el mal, el frío y el calor, el pecho en llamas, la palabra santa: el peligro y la destrucción y la muerte. Dime de China, hermano, dime de tu hermano misterioso ausente vuelven a sonar, están sonando para la verdad y la vida.
er lengua esperanza americana ardiente; En las torres de la Patria también están sonando vuelos.
respóndele a su grito milenario con el otro misterio de tus ríos yo te digo amigo, y yo te digo hermano, que China iy basta de tus templos verdes cuándo!
de tu sombra racial y solamente siempre China sabía.
donde se aquieta y ya va a parir el mundo un hijo sin batallas. Del desierto sabia. China, Dios mío! Otra vez China, y otra, y otra, y otra vez China, del páramo iy basta cuando! del agua derramada Yo sé que China sabe que Venezuela está sabiendo, que América está del héroe golpeado sabiendo.
del poeta llameante.
Las aguas desbordadas alli primero, y solamente siempre. yo te digo, amigo, hermano de la sangre que me mancha la hora, El llanto en llamas allí primero, y solamente siempre.
hermano del pan recio que partimos calladamente La cosecha aterida alli primero y solamente siempre que América principia a saber, está sabiendo: La fuga, el fuego, el ruego, los lamentos, alli primero; y solamente de noche un gran rumor de arroz mar de ternuras (siempre cae en la cuna de mi hija Sylvia, Pólvora y papel, arroz y púrpura, un gran rumor de arroz entre los juegos de tu hijo cae, marfiles, tintas y misterios alli primero; y solamente siempre, un gran rumor nutricio y fraternal está cayendo. Dónde primero, amor, fuiste viajero?
Es un gran rumor de arroz que cae ¿Dónde primero, amor, secreto y goce?
que envuelve que nutre que agiganta. Dónde primero, amor, campana de los pueblos?
que golpea las mentes de los hombres y el vientre de las madres.
En ti el pájaro sabe hasta la exactitud la función de su canto.
Venezuela ya sabe, está sabiendo el trigo crece hasta el corocimiento.
que en los ríos de América España limpia su resentimiento Tu míto mas antiguo es un hombre que parte, tira el inglés su hipócrita carta de crédito 07 tu lección más profunda una mujer en marcha.
y un nuevo sueño ruso pugna por entregarnos su ventura.
Los dedos de la uva, la aguja del bambú, Venezuela ya sabe, está sabiendo.
el tifon que es cien olas angustiadasY Sylvia, Oscar. Armando. Luz, Antonio, crecieron a la altura del sueño han de jugar con chinos frente a sus muertos en reposo en tu gran cuerpo matriarcal. limpios, engrandecidos, luminosos, ardientesen tu gran cuerpo matriarcal en donde tierra y sexo se confunden, sin ojos de dolores, sin ruidos de metrallas ¡China, Dios mío, China otra vez, y otra, y otra, iy hasta cuándo. alegras, bellos, poéticos Yo sé que China sabe.
y ya no solos siempre, sino juntos, para siempre juntos.
Yo sé que China sabe que Venezuela está sabiendo. que América está sabiendo.
Caracas, 1943.
De Sh Huang ti hasta Sze Ma kuang, desde tu sueño antifeudal, bárbaro aún, y solamente siempre, sola para tu voz de tierra y de mujer abierta, Una sentencia de Lao desde tus días sin Confucio de agua y de miel, de aguamiel y duro cielo terrenal De todos los actos humanos, el más perjudicial y el más con hasta la expropiación territorial denable, es la Guerta. iQue aquellos que aconsejan a los Principes que te devuelve cuatrocientos millones de soldados vegetales, se guarden bien de recurrir a las armas, pues toda guerra trae, inetá sola has sido, y solamente siempre, vitablemente, una revancha! Allí donde un ejército ha pasado, años una gran madre inmensa de sufrimiento, de hambre y bandidaje, siguen fatalmente. All donde antiseñorial y antiguerrera un ejército ha permanecido estacionario, las tierras abandonadas por en cuyos senos un Dios plural canta y bendice el fruto de la tierra.
los campesinos, no producen sino espinas. Un buen general es aquel No pronuncien mis labios el laurel.
que se contenta con hacer el minumun necesario para restablecer Yo sé que China sabe.
el orden y la paz. esto, contra su voluntad. por deber, sin intenAun la tierra sabe y la mujer educa los vastos silenciosos amarillos.
ción de procurarse gloria para si, ni de acrecentar el poder de su Prin(Una mujer de tierra con ojos en donde el sabio aposenta su magia, cipe. Pues, a la gloria y el poder, suceden siempre, la decadencia y una mujer que debe oler a trópico ascendente, la ruina. Esoa en una ley ineluctable.
una mujer de música al amanecer, No es conueniente alegrarse de una victoria ni celebrarlas con abriendo el brazo, madurando el sexo, exceso: el que lo hiciere, demostraría tener un corazón de asesino.
abriendo los ojillos sobre el mundo en llamas, De acuerdo con el Código de ritos, el Emperador coloca devuelve a su función natural y mágica general victorioso, nó a su izquierda que es el sitio de honor, sino a al hombre de la espada justa, su derecha, que es el primer sitio en los ritos funerarios, el lugar del al de la fábrica en donde el hierro ćuece sus broncos designios. director del duelo. del jefe de los planideros. Pues aquel que ha heYo sé que China sabe cho matar muchos hombres, tiene también el deber de llorarlos con lá.
Hace milenios sabe, con ocio y magia, grimos y lamentaciones. Este es el verdadero papel que corresponde sin privilegios y sin aristocracia, a un gneral victorioso, el de llorón mayor. de director de duelo, y solamente sola siempre en homenaje a todos aquellos a quienes hizo morir.
del destino agrario de los pueblos.
Ya no es ceniza y llanto lo que espera.
ERRATA Acordaos de Walt Whitman: te espero, en alguna parte te estoy es perando. En el No. 976, tomo XLI de este Repertorio, correspondiente al yo digo que ya vamos: que el trigo está cortado y la rosa dispuesta, 10 de setiembre de 1944, en la página 57, la quinta estrofa del poema que hay un rumor de vino en los últimos resplandores del obús, Reclidad léase asi: que la fiesta está pronta para el recién nacido para apagar los rayos de mi remoto faro que no oyó el torvo alegear de los disparos.
sus árboles de niebla el llanto construira, Yan y Ying, Schen y Kwei, los nombres de sonidos mágicos pero de nuevo ahora tus ojos timoneles que afirman la vida en la meditación del lirio, mi zona de presencias también defenderán, 2 a un Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica