Communism

86 REPERTORIO AMERICANO vano. que a solicitud Sus Salvador. Dedúzcase entonces el número de muer die ofrecerles ni un trago de agua. La piedad era Empezó la delicada obra de selección, la bústos que dejó la hecatombe en el agro izalqueño. ahí delito penado con la muerte.
queda de ejemplares vacunos y nativos que dieAyes largos, ayes cortos, ayes de niños de pe ran tipos lecheros. No creía tal vez don Gabino Mañana de sangre cho. gemidos, quejas, contorsiones. todo en en el tipo de toro importado.
Respondia el vacío, respondía el es Acostumbrado el hombre a estudiar su proEn Nahuizaloo sucedió algo insólito, que es panto.
pio medio, le negaba a la sangre vacuna expantó a los mismos interesados en matar indios. Ese día murieron más de quinientas personas. tranjera la virtud de completa adaptación al El Comandante llamó a los sobrevivientes de Los agonizantes permanecieron (me habrán medio Intuyó que la raza vacuna criolla era un lugar. Les dijo que para repartirles salvo engañado los testigos oculares. hasta el si la llamada a revolucionar la cría y a dar los conductos, algo como un perdón, como un TO guiente día sin asistencia médica.
mejores toros y las vacas más lecheras.
concedo la existencia. Llamaron a la indiada orTras improbos esfuerzos dió torunos que me.
denándoles llevåran a los niños y a los ancianos.
La otra versión: recieron aplausos de los expertos; terneras gra.
Del monte bajaron, medrosos, aterrorizados, los que esa matanza a pleno soi fué ordenada por ciosas que eran segura promesa de vacas de priniños, con sus familiares. Era una dolorida, des.
el gobierno, con el objeto de infundir pánico y mera categoría muda y enferma caravana de mujeres, de niños, de galvanizar al país entero. Cuanto más visible fuera este caballero progresista, al dueño de El viejos andrajosos, pálidos, enfermos de paludisla reacción más se afianzarían en el poder los Canelo, donde hay técnica hasta para que nazca militares.
mo, una caravana de fantasmas humanos.
un ternero, donde los cerdos duermen en nidos En días de fiesta, al llamo del tambor legenHay otro hecho semejante que parece demostrar calientes y beben agua limpia, y comen. dichodario de la raza, habían bajado también al pueque la carnicería de Nahuizaico fué premeditada.
sos. guineos majonchos y camotes sancochablo riendo y charlando en su dulce lengua pipil, dos, donde el maíz no se le da crudo al animal, almidonados y limpios.
La matanza de Juayua donde al novillo se le baña en agua criolinada, Pero esa mañana traficaban más ensimismados. donde no se laza la vaca para no volverla asusAfirman don Gabino Mata, más callados, más lúgubres, más sombríos. Ditadiza, a este civilizador de bestias le fue ríanse cadáveres en marcha. en efecto lo eran.
llamaron a los campesinos a la ciudad, pretextandable actuar de modo sobresaliente en los dias do lo ofrecido a los de Nahuizalco: la cédula.
Eran agonizantes a los que habían de antemano de la matanza.
condenado a morir asesinados.
Afirman también que don Secundino Mata, Humanizado por el continuo vivir entre nohermano de don Gabino, le suplicó a éste que no Dice uno fusilar, y aunque el término signivillos, sintió desgarraduras de alma al pensar en fica muerte, dentro de lo bárbaro es siempre mesacrificara a los peones que los habían chiniado la forma canibalesca que los indios hubieran a los dos ellos. Le recordó que esos peones no eran nos horripilante que si uno dice asesinar.
empleado para matar inocentes e ingenuos terLos indios bajaron, llegaron a la plaza dende comunistas; que durante largos años les habían nerillos, y porque amaba franciscanamente servido con toda fidelidad.
entre guardias nacionales y soldados de línea fuevacas, se horrorizó ante el empuje comunista ron encerrados.
Ofreció don Gabino que no los matarían.
que no llegó a El Canelo, pero que pudo llegar.
De la Hacienda el Canelo y sus contornos baLos infantes se acogían al seno materno cuanjaron los campesinos. Iban confiados en la pala bino, el ganadero franciscano dispensador de caAsí, el supersensible y superhumano don Gado miraban los pelotones de soldados de mirada bra del patrón, al que mecieron, cuando niño, en torva. Los hombres, estoicos hasta lo indecible, si ricias a los animalillos recién nacidos y a las los brazos.
bien palidecidos, co temblaban. Las mujeres no Trovillas parturientas, se indignó, con justa insabian ni llorar, y porque los niños no escandalidignación, se irguió nazarénico, y en nombre de sucedió.
zaran con sus gemidos, los envolvían bien, hasta los santos derechos de la vida porcina y caballar, casi ahogarlos. Si aun mamaban, dábanles el seno pidió guerra sin cuartel pata todos los indios flácido. Quizá pensaban las indias que el silencio Que en un recodo del camino, en sitio escogido salvadoreños. El franciscano don Gabino miraba amansaría a los chacales. Mal habían calculado. por los asesinos, en un lugar donde toda huida la salvación del país en el exterminio de los indios Llegó la hora marcada en los destinos indios, resultaba imposible, mataron a todos los peones salvadoreños.
la hora negra, la de sangre, la que por siempre de los hermanos Mata.
Si algún lector pretende negarle a don Gabino acusará a los autores de la hecatombe de 1932.
Dicen que don Leandro lloró al constatar que la nitida visión de los problemas raciales de El su hermano lo había engañado. Verdad o menti Salvador, lea en la prensa del año 1932 las afirDos versiones hay. Juzgue el lector.
ra, el hecho cierto es que no volvieron maciones de don Gabino, Pedia él la destrucción El Comandante de Nahuizalco dispuso que la hogares los viejos servidores de don Gabino. de todos los indios.
indiada reunida en la plaza amenazaba sublevarse. Si no eran comunistas los peones de don Ga Los visionarios, los grandes, se adelantan siglos Conste que ningún indio pertaba ni un alfiler. bino, o si no lo eran todos. por qué los mataron? en sus concepciones y predican en desierto y Ordeno, pues, que funcionaran las ametrallaSea juez el lector imparciai.
en el mar. No los oyen, no los siguen. No podia doras mataron sin compasión mujeres, hombres don Gabino ser excepción. Habló y no lo escuy niños. Se confundieron las sangres de todas las Los sentimientos piadosos y las grandes charon, y no pusieron en práctica la muy humana edades, saltaron los miembros separados de los ideas altruistas de un rico idea del dueño de El Camelo. No emparedaron los cuerpos, rodaron cabezas. Se vieron las faces ochocientos mil indios que habitan el país y son conservando todavía el gesto de horror o de pena, Digamos aquí unas palabras en elogio de don la vergüenza del ladino que en cinco siglos no o de esperanza y hasta la sonrisa de la fe que le Gabino, personaje destacado en la vida agrope pudo civilizar, porque jamás lo ha intentado forofrecía penitencia al santo patrón.
cuaria de El Salvador, ganadero a quien la pa malmente, a la raza india, La matanza fué bajo el sol de febrero, sol tria le debe grandes favores.
Hubiera sido épico todo aquello. Tal vez en bravo a las diez de la mañana. Muchos vieron Ha viajado y conoce más de un país civilizado.
una llanura, tal vez en la playa más espaciosa, tal la matanza. Vieron el hacinamiento de cadáveres, Hombre de rara visión, se enamoró de las vavez dentro de una ciudad!
la grama seca, enrojecida por la sangre, y lo más en ellas puso su fe, por dadoras de riLuego el desfile: ochocientos mil reos de tohorripilante: agonizantes a quienes no podía na queza.
das las edades, amarrados.
Luego la ejecución.
Tal vez recordando al rey asirio querrían dejar ANTONIO URBANO las pirámides, las montañas de muertos, visibles, para que gozaran con el espectáculo ideal los ojos de don Gabino Mata. tal vez incendiarían los promontorios de muertos y arderían estruendosamente, saludando al héroe de Juayúa, que así les pagaba a los indios lo mucho que habían trabajado en sus haciendas.
TELEFONO 2157 APARTADO 480 Perdió el mundo un espectáculo nuevo. Perdió el país la única probabilidad de ascender a la categoría de país civilizado y de ser en América la única República donde no hubiera un solo indio.
SAN JOSE, COSTA RICA El Salvador sería la Meca de las peregrinaa sus aran cas EL GREMIO ALMACEN DE ABARROTES AL POR MAYOR Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica