54 REPERTORIO AMERICANO voy, Gerardo Gallegos, novelista de América García Batel. Véase la tan estimada no. quien pudiera estudiarla con datos seguros, por.
el misterio de la naturaleza y como el observa.
vela Angel Guerra, tomo ppu 50 52, en que otra más accidentada, más movida y dramá dor ducho, que pone bajo el microscopio de sus la edición de Madrid, 1920. tica no creo que exista. Sin oficio, profesión ni facultades psicológicas, el anímico remolino de Galdós io presenta: carrera, obedeciendo en esto a la ley de todos diversas pasiones en contraste. Al enlazar ambos los Babeles de tres generaciones, que siempre puntos de referencia, al crear la acción, surge Aristides, primogénito, de treinta y seis hicieron ascos al estudio, había huido muy años en la época a que refiriéndome ro. La materia prima de la trama, entre los ágibien joven de la casa paterna, afiliándose a una entonces el novelista. surge de cuerpo enteparecido, de tipo noble, que era, aunque pacompania de cómicos; volvió inopinadamente les dedos de Gerardo Gallegos, se amolda, des rezca mentira, el tipo de toda la familia. De titulándose Contratista de forrajes para la comuchacho, su perfil fue comparado por alde el primer momento, al ángulo del interés.
balleria portuguesa. Obtuvo un empleo, fue guien al de un heraldo de los que se ven en los Después, sin reposo, abandona el vértice y va a Cuba, se casó y enviudó a los cinco meses: ensanchándose a través de la figura geométrica escudos de la casa de Austria, o en los monuhuyó por causa de un desfalco, y a poco fun. ganando proyección dinámica y enlazando con mentos de la época isabelina, entre yugos y fledaba un periódico en Costa Rica. Sus alternachas, Envejecido antes de tiempo, peinaba ca.
gallardía, como potros en la pampa, las más letivas de riqueza y miseria fueron extremadas: nas en la barba y pelo, y habría llevado el janas situaciones.
hábito de Calavatra o de Santiago mejor que una vez se presentó en Madrid poseyendo valio Son sus novelas ráfagas de pasión. De Bear sísimas alhajas; otra tuvo que salir perseguido muchos que To ostentan como si se cubrieran Dondon conquista un Mundo, oliente aún a por la justicia a causa de haber cedido en con una sábana. Que la vida de este hombre tinta fresca, podríamos, en tesis general, calcar Bo sa una letra, que resultó ser más falsa que fue siempre misteriosa, vida de aventurero y el comentario que hemos trazado, sin pretensioJudas. Como detalle revelador de la vanidad he.
de frustradas ambiciones, revelábase en su rosnes de haber agotado el tema, de su recio Eladio redada de su madre, conviene indicar que en tro, marcado con un sello de melancolia y canSegurd. De este libro recientemente editado, GaCosta Rica uso tarjetas que decian textualmente: sancio, como de quien ha consumido sus fuerzas llegos cambia el panorama de la acción, situanen estériles batallas. Contrastes horribles de Arstides Garcia Babella, dolo en el hirviente territorio de Haiti, durante jaba ver a cada instante en su ser moral e inteBarón de Lancaster.
sus guerras emancipadoras. Es una novela hislectual, pues si a veces desplegaba en la conver tórica, que bien podria ser, simplemente, un tro sacion entendimiento soberano y un ingenio Existe la muestra, y al que no crea esto, zo de historia. La fidelidad del ambiente, la feagudisimo, de repente caía en las mayores sim se le restregará en los hocicos la cartulina: Hay rocidad de sus hombres, la ambición, el odio plezas y estu ticias que es dado imaginar. Su más, en el periódico que tuvo por allá solia las escenas de sangre están tan diáfanamente rejuventud seria sin duda materia curiosa para firmar: García de Lancaster producidas en las páginas de Beau Dondon, que éste nos parece un nuevo Toussaint Louverture o un Christophe que se hubiese escabullido a la lupa de los investigadores, Basta leer ese magnifico libro de José María Capo, Tres Dictadores Negros, quizá la cbra más fecunda que (De Diario de la Marina. Habana. Octubre 17, 1943. Envio del autor. ilustra la vida de este trío de hombres que hicieron posible la libertad de un pueblo, en la cual su autor no pierde un solo instante la seSi sus libros los hubiera editado, por ejem plicar, deshilvanándolas, las más recias pasiones remidad del historiador, para comprender que el plo, en España, cruzarían el Atlántico desem de sus personajes, que no son más que una ré Beau Dondon de Gallegos podría ser también barcando por todos los puertos de América, bau plica, tan viva como el original, de la compli un trozo de historia olvidada entre el maremágtizados ya por las difíciles aguas del triunfo. cada naturaleza interior de los hombres de los num pasional de aquellos días gloriosos para la Su Eladio Segura, editado en 1940, habrá de Andes.
tierra de Haití.
ingresar en las antologias de las tierras de AméHasta aquí, Gerardo Gallegos luce como el lirica. Pocas, muy pocas veces, la descripcića ha terato, malabarista de la descripción, que penetra Renato Villaverde.
podido captar en toda su fuerza, como sucede con este libro de Gerardo Gallegos, la tragedia de vida que se alimenta, como en un seno inagotable, en los recodos casi virgenes de los montes americanos, en sus gargantas abruptas, en la serenidad de sus valles, en la agitación de sus La buena vencindad llanos y hasta en las crestas, siempre tachonadas (De Novedades. México, 27, de nieve, de las soberbias montañas andinas, Puede obtener una Póliza de 1944. Envio de H. Valle. Gallegos lleva el pincel de su pluma, fundamentalmente macho, a estos panoramas desconocidos, Seguro de Vida Hace un olvidado número de años que oci arrebatando de ellos sus colores impresionistas, rrió el incidente, tan olvidado como insignifi para verterlos después, en catarata de maestro, cante, de que una altiva Bolivia declarase la guesobre las blancas y ávidas páginas de su Eladio rra a una orgullosa Gran Bretaña. No eran Segura. Tanta existencia respiran los marcos en tiempos en que la solidaridad panamericana que se mueven sus personjes, que no sabemos existiera más allá del embrión de su oporsi éstos son un pretexto para presentar a aqué Ud. mismo podrá recibir llos, o si forman parte del paisaje, como las roduna vigencia, implícito en una Doctrina Monlos beneficios en la edad roe que por lo demás no fué nunca óbice at cas, como los árboles, como las cañadas los buen entendimiento entre Inglaterra y los Esderriscaderos. Aunque sólo fuera por esta mátados Unidos. Eran tiempos de validez aislada gica calidad de su Eladio Segura, a Gerardo de los pueblos y al boliviano, su situación geo Gallegos podria llamarsele el novelista de la gráfica le deparó, ante su autónoma decisión de naturaleza.
ponerse a patadas con Sansón, una inmunidad Pero Gallegos, ambicioso, no se limita este Pídanos informes de éxito. Sus hombres americanos, toscos y pasionasui generis. Inglaterra peleaba en los mares, podía atacar los puertos; pero Bolivia no tenía les, capaces de experimentar en la simplicidad de su caso particular puertas, ni acceso al mar. Carecía, en consesus espíritus los más contradictorios sentimiencuencia, de una flota que enfrentar a la de Su ros, llevan su personalidad, como la huella de un Majestad Británica. Ni ésta podía ir a buscar hierro al rojo vivo, tatuada sobre la piel. El fino pleito con la inexistente flota boliviana, ni la psicólogo que hay en Gerardo Gallegos penetra inexistente flota boliviana ir a buscar pleito la naturaleza humana, sacándola al aire que hace con la flota muy existente de Su Majestad posible la observación, cual un experto médico foBanco Nacional de Seguros.
Británica. En consecuencia, la disputa se desrense que extrae las vísceras de los cadáveres coninfló. La sanción económica impuesta fiados a su ciencia. El escritor no ahorra matices, muchacha malcriada e irrespetuosa de Bolivia, hinca su pluma a modo de escalpelo, para exno fué tan económica cuanto geográfica y texSi usted está joven enero Con muy poco costo MAS CONVENIENTE a SIN COMPROMISO a esa Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional. Costa Rica