DemocracyFascismTotalitarismYolanda Oreamuno

182 REPERTORIO AMERICANO Pasajeros al Norte como hambre, acompaña su progreso y lo permite, sólo con la unidad de los pueblos de América se grita, en un contacto de drama, que se va mientras que el totalitarismo es un conjunto de puede forjar la emancipación americana. estirando, estirando, hasta romperse cuando las normas impuestas. La democracia es sensi Así es González Videla en la vida pública alas del avión han sobrepasado las más densas bilidad, dignidad, justicia. El fascismo es vio y en la intimidad. Su ideología, democrática, su capas atmosféricas, y se internt en el aire enrarelencia; por eso denigra y esclaviza al hombre, lo misión, servir. Chile entero confía y espera.
cido de la altura. Entonces quedamos varados estandariza lo embrutece para que sirva con en la nada.
precisión de automata, a los objetivos de su Magda Arce. Porque el avión no camina. Ni proporciona máquina y de sus instintos de conquistas guefalto de punto de comparación inmediato, la rreras. 6)
New York, Invierno de 1944.
menor sensación de velocidad. Abajo apenas Confía en la evolución de la nueva demohay un paisaje tambaleante que cambia con lencracia: La nueva democracia dice para pretitud. El paisaje se inclina, casi se voltea, las (1) Meireles, Cecilia. Entrevista a González Videla.
sentar un frente inexpugnable a la propaganda colinas se pierden en llano, y destacan las Diario Manha. Rio de Janeiro, Setbre. 27, 42.
y penetración de la estrategia totalitaria, debe montañas, los lagos y los ríos, como únicos adaptarse a modernos métodos y tácticas. Debe (2) Mistral, Gabriela En Correio da Manha. Rio de personajes del espectáculo. Señoreados por el disciplinar la libertad, colocando la autoridad mar.
ΕΙ que se sienta engrandecido por la alJaneiro. Agosto 29, 42.
al servicio de la justicia social. La democracia rura, embriagado por el espectáculo y que no debe realizar su propia revolución ampliándose, vea temblar algo en su ánimo desconcertado (3) Salinas, Pedro. Literatura Española del siglo XX.
prolongándose, de política en económica. La por el cambio instantáneo, violento y doloMéxico, Ed. Séneca, 1941.
Revolución Francesa realizó la primera etapa; la roso de proporciones, es un imbécil o un pepast guerra hará la segunda. 7) Meireles, Cecilia. Entrevista a dante. Ver para abajo da espanto, y sólo la con visión panamericanista cree y siente al González Videla. Diario Manha. Rio de Janeiro, costumbre del aviador que se siente señor de igual que Bolívar, Higgins y San Martin que Setbre. 27. 42.
su vehículo puede desvirtuar la vertiginosa impresión.
En la cabina del avión, todos tratamos de actuar con naturalidad. La indiferencia es la pose más elegante, es la pose del conocedor, del inmutable. para lograrla, nos acoPor Yolanda Oreamuno.
modamos en los mullidos sillones con un cier(En el Rep. Amer. to ronquilo de satisfacción. Una mirada larga de adelante para atrás, da el tono de la concurrencia.
Todo el que se embarca en avión es una que la gran aventura haya dado principio. ECrujen los cables, se desestabiliza el aparato Pena que vuela. Nadie que no tenga un nudo sos segundos son de una tensión insoportay toda la estudiada postura naufraga en un en el corazón, un asunto urgente por resol ble. Dilatamos el beso, el abrazo o el apre gesto desesperado que se agarra a los brazos ver o un véreigo que lo empuje, deja la so tón de manos de la despedida, para colocarlo del asiento buscando solidez en lo incierto de lidez de tierra firme por la zozobra cortante del justamente al borde del viaje, en la precisa un bajonazo de muchos metros que nos leavión.
inminencia, como para que algo, cálido aún, vantó pluma. Se enciende una luz El lamento nostálgico del barco es cable que nos ate a lo irremisible. luego Pasajeros de alarma frente a los pasajeros y un rótulo no se rompe entre el que se va y el que queda. Para el norte viaje 503, con rumbo a Maluminoso reza: Ate su cinturón de seguriEl hueco negro espeso y maloliente entre el ta nagua, Tegucigalpa, Guatemala, Tapachula y dad. Nos amarramos al asiento todos, los injo del muelle y la panza del vapor es una espe México, sírvanse pasar.
diferentes y los miedosos.
Tanza tenida horizontal hasta el infinito que Lo hemos dejado todo. Zumban las héY aquí estoy yo, nudo de angustia, una se va haciendo verde, verde, conforme se ale lices, varan, vuelven a zumbar, y sobre su. con mi silla, una con mi temor, vasto oído ja. Nada queda absolutamente roto cuando sonido electrizarte pasa, goma contra pavimento, arhelante para los rugidos del viento, para los parte un barco. Se recuerda con fruición me el ruido pastoso de las ruedas en la pista. golpes de la lluvia en el cuerpo metálico del lancólica el último abrazo y la palabra con Nos vamos Algo muy hondo y vital nos avión del que soy parte. para mugir poderosonante del blanco pañuelo en la distancia. jala a tierra, algo que se descuaja, al partir, algo so, isocromo y palpitante de los motores y de Pero la aritmética partida de un avión que está más allá del llanto, mucho, pero mulas hélices. Aquí estoy yo, en lo más grantiene un crujido de angustia. Casi somos nú. cho más fuerte aún que la presión sentimental de y lo más frágil, sensible a la llamada de meros ante la frialdad elegante de los emplea de las personas que quedan abajo y que se han la tierra que me reclama, yo, que he vertido dos del aeropuerto. Ni siquiera está enfrente, hecho de pronto, sin transiciones, microbios el horror de oi parar mi corazón en las nce para irse acostumbrando a ella, la silueta del en la distancia. Es la elemental unión del homches insomres, que he trasladado mi sensiaparato. Se distraen los postreros instantes to bre con la tierra que ha privado hasta enbilidad de la corriente de mis arterias, al comándose un high ball en la cantina, rehu tonces en su vida y que sólo una situación razón mecánico y a la pujanza automática del yendo los recuerdos y consultando la efectivi can antinatural como el vuelo se atreve, retan avión. lo oigo con desesperación, anhelante, dad de un preparado contra el mareo. Nadie do el infinito, a romper. Es la tierra pujando temiendo y esperando el momento en que el quiere saber que parte. Se oye ronca, y descontra el vacío que reclama su presa, es la ruido sin modulaciones se altere, en que todo conocida una voz en el micrófono del salón: violenta lucha de los elementos por una vícdeje de ser y en que quebrándose la rutina del El avión del norte está a la vista. Todos cima que pretende, contra todo, escaparse a sonido se quiebre la estabilidad orgullosa, tecorremos, nos ponemos nerviosos, nos angus los dos. La tierra, la que pisamos siempre, mible y desafiante. Aquí estoy yo, apretada en tiamos y crece voraz el deseo de que ya haya la que nos dió comida y sustento, la que nos mí misma, juntas las rodilllas, disimulo de espartido, de que todo sea irremediable, y de cubrirá un día, no nos quiere dejar ir, y panto, de azoro, de humillación. Aquí estoy yo.
Junto a mí un americano, rubio y pálido, sin alteraciones lee un libro. Está en la página 204. Lo busqué para sentarme junto a él ANTONIO URBANO porque supuse, muy sabiamente, que no me iba a hablar. Con su cara seca, hosca, desleída, es imposible que hable. si un americano lee un libro, menos hablará. Pero soy yo la que tengo que romper mi propia consigna para rogarle, en español, que me ayude a sostener un vaso en que voy a vaciar una medicina.
TELEFONO 2157 APARTADO 480 Quizás no entienda mis palabras, pero adivina mi gesto, y sin decirme nada, me ayuda.
Yo me recuesto de nuevo y él fijo en su libro, sigue silencioso y pálido.
SAN JOSE, COSTA RICA Un rato después se apaga la luz de alarma, se sueltan los cinturones y la calma vuelve EL GREMIO ALMACEN DE ABARROTES AL POR MAYOR Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica