Yolanda Oreamuno

180 REPERTORIO AMERICANO Versos que me gustan (Envío de Yolanda Oreamuno, en San José de Costa Rica. SONETO TERESA Teresa en cuya frente el cielo empieza como el aroma en la sien de la flor: Teresa la del suave desamor y el arroyuelo azul en la cabeza.
Teresa en espiral de ligereza y uva y rosa y trigo surtidor; tu cuerpo es todo el tío del amor que nunca acaba de pasar, Teresa.
Niña por quien el día se levanta, por quien la noche se levanta y canta en pie sobre los sueños, su canción: Teresa, en fin, por quien ausente vivo, por quien con mano enamorado escribo por quien de nuevo existe el corazón.
Eduardo Carranza. Colombiano)
Alba luz, voz presente, en la distancia lejos Voz en horas que marca el reloj sin carátulas del tiempo.
Voz azul, van rodando tus ecos cual caravana de tordos camellos, que llevan a lomos procesión de sueños.
Alba luz, alba luz tu voz! La oigo y la veo: sonido áureo material como tu cuerpo. Recuerdas? Como tu cuerpo: desnudo en tus siete velos, punzando la noche pezones erectos. Nardo y luna sonoros, te has hecho, Alba luz: voz azul, presente. pretérita en el tiempo prisionera aquí en el caracol del recuerdo.
Centeno Güell. Costarricense. MATERIA DE LA SANGRE Yo conozco tu intima estructura, arroyuelo de instantes, tallo leve donde florece el sueño y no se atreve a doblar tu precaria arquitectura.
Arbol de llanto, rio de amargura, surtidor de tristeza, rama breve donde se posa el alma, que se mueve, alada, con su cuerpo de dulzura.
De mi madre rosal perecedero eres la flor, rodando por mis venas llamándome mi nombre serdadero. aunque siento tus, tácitas colmenas zumbar dentro de mí, soy prisionero atado a tus recónditas cadenas.
Jorge Rojas. Colombiano)
ROMANCE DE LA VOZ AZUL Madurez de la muerte (En el Rep. Amer. Del libro Altanoche, próximo a publicarse. Toda la noche de espadas negras, contra el viento rapaz del oro de la arena, los hombres fabricaron una aurora contra la lluvia verde, envasada en el verde puro de las botellas, máquina de coser cordilleras.
para una sed crecida en las gargantas Estos muertos están conmigo y atizada en la flama de las lenguas.
en geometría de línea recta, Aurora de agua y aire, infantería de ángeles de cielo y tierra, con fusiles de niebla como esperada no venida, para matar estatuas vivas como venida nunca entera.
de gozo en lunas llenas.
Mientras tanto crecieron colmillos en las lianas, Estos muertos están conmigo bastos en los sarmientos y puños en las piedras. en creciente de mar, pampa y meseta, En un lagar de angustia, de alga, raíz y liquen, tantas heridas fueron pulpa y piel de cerezas, de triomba y torrentera, y tantos ojos amarillos, al norte, al sur, al este y al oeste racimos de uvas tiernas.
de la angustia unigénita, Desde entonces los hombres andan borrachos árbol del grito, del vino de la muerte ligera, trueno domador de centellas, sin sal ni sol del mundo, almáciga del huracán piafante a horcajadas en la arcilla prieta, y del océano en resaca de hembra.
sin tacto de los días, los meses y los años ¿Qué pueden nuestras manos en este calendario de candela, diestra y siniestra plantados los laureles de los huesos lirondos contra esta madurez de la muerte como arcos de una orquesta, en zafra de tormentas?
y la boca baldia Si hay un reloj menudo que nos roe, sin hambre vegetal de fruta, moza o estrella, burbuja con las patas de abeja sin memoria de miel en cántaro y una fugaz respiración de hormiga, y miel en pechos de colinas frescas, el corazón de almendra, duros de calcio y quemantes de fósforo, cada vez más enfermo flor, resina y madera.
de altura eterna.
Gonzalo Escudero.
Violones calcinados Quito, Ecuador, 1940.
por los bengalas de una fiesta, si al menos estos brazos izaran las gaitas de los vientres en las cuerdas Prosa de los dorados intestinos contra las nubes forasteras. En el Rep. Amer. contra el humo pirata de paisajes, sin embargo al molieresco Monsieur Jourdain no le faltaba razón. Quién, sia haberlo mal aprendido, supo alguna vez que la prosa es cosa diferente del verso? En realidad es ésta una noción tradicional, sin mucho fundamento en la naturaleza esencial de las cosas. Quien habla en prosa está recitando versos. La excelente prosa de todas las lenguas posee una estructura armó nica, una composición de verso libre, de sustancia musical. Su diferencia yace, no en la naturaleza, sino en la distribución del ritmo. Prosa sin ritmo no existe. Puede haber una desventurada distribución de este ritmo, ya por falta de cido, ya por falta de emoción, ya por carencia de remontados pensamientos. Porque esto, noble pensamiento y viva emoción, son consustanciales con el ritmo.
Nacen con un halo de música. la forma labrada para contenerlos puede ser verso o prosa. Si hay una distribución graciosamente simétrica del ritino, brota el verso. Si la gracia de esa simetría se disipa un tanto, la prosa surge. La prosa es, pues, un verso más libre; es la natural progenie del verso.
En ninguna de las literaturas antiguas o moderAlba luz, tu voz, trino leve, perdurable en el recuerdo, llota, llora, en el roto silencio, insistente como niño enfermo Voz azul, oída siempre.
Voz material como tu cuerpo.
Beba cervera SELECTA De malta y lúpulo. Este documento es propiedad de la Biblioteca electrónica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica