Calderonismo

130 REPERTORIO AMERICANO y los mendigos; no hablan los que embriagarse con lo bello y con Mingos y los Revulgos. No gri la luz; después se pueden abrir las tan los provinciales que ven invadi puertas para que entre la inquisida la casa del señor, de mercaderes ción. La razón ha de ser esclava de y de prostitutas. No levantan sus la verdad. Dejemos para los cojivoces los ermitaños que en el mun trancos, la tarea de barrer los desdo han sido, contra las deshonesti perdicios. Esperemos que las condades de las hembras y la livian tingencias políticas se deshagan padad de los varones de su tiempo? ra saber que la verdad estaba donLas resonancias de estas coplas que. de estaba la moral de los hombres.
dan diluídas, con novísima origi En la voz de León Felipe se desnalidad, en la poesía de León Fe cubrirán las voces de los hombres lipe. Cuando León Felipe toma las de buena voluntad. Si se aguza el Tiendas de los corceles que giran oído, entre el clamor de su poesía, del carromato que va al Infierno, se percibirá el grito del obrero, el él sabe que van a salvarse sólo los clamor del campesino, la oración que tienen virtud de ascensión. El del maestro, el canto del poeta, el sabe que el carro partirá veloz, y evangelio del apóstol y el alarido seguirá el camino del Infierno; pe del manso que tuvo rabia frente al ro sabe también que los llamados mal por Dios se detendrán un instante, La obra de León Felipe no es en la línea del horizonte y ascen sino la expresión de la arquitectura derán. Con qué melancolía mirará de un hombre vinculado a la arqui.
entonces León Felipe como se pre tectura de la humanidad. La biocipitan por los caminos de abajo los grafía de León Felipe no es sino un juglares y los copleros y los egoís capítulo de biología. Su voz guartas y los que no tuvieron hambre da la resonancia de todas las voces.
de justicia y los sádicos y los sodo Cuando esta voz estalla es porque, mitas que no conocieron ni hom en algún rincón del mundo, un lábre ni mujer porque eran eunucos tigo ha herido la espalda de un déde espíritu y de cuerpo!
bil o la mano de un niño.
La personalidad de León Felipe por ahí va León Felipe. Va ha de crecer más todavía en la con por esas calles de Dios; va distraíciencia de la sociedad que nace. do. Dejémosle pasar. Si nos llama, Hoy, algunos, no la ven porque es ajustémos el paso a su paso. potá cerca. El arco iris sólo se ve des co hemos de sentir la emoción de de lejos. No vale hurgar un piojo que estamos cerca de uno de los entre los cabellos de un ángel. Po últimos hombres que quedan en la bre del que se atreva a maldecir al tierra, dispuestos a gritar su verdad sol por las manchas que le descu en medio de las tinieblas de las cobra. Si supiera que las descubre bardías.
gracias a su luz. De él será por siempre la oscuridad. Primero hay Ermilo Abreu Gómez.
de honor fuera, no mataría! Ante el caso de la desdichada que cae, deberíase averiguar si de ella es toda la culpa, pues, a lo mejor, el esposo que tanto se siente ultra jado, se ha portado con ella como un extraño.
Perdonar es hermoso! si no se tiene la virtud del perdón, puede recurrirse a la separación; pero, al asesinato, qué horror. mía, o de nadie. qué exclamación más imprudente. Cuánto mejor es esta otra: mía con todo amor, o de otro.
Aquella manera aludida de reparar el honor de la doncella engañada, tampoco es cristiana, ni humana. Obligar al rufián a que se case o que muera, es un disparate. Sujeto tan repugnante no es digno de casarse ni de sufrir el martirio.
Culpa ha tenido, sin embargo, aquella mojigateria de la gente que llena de defectos y de prejuicios niega consideración al marido burlado, al padre desgraciado y a la mujer engañada. De aquí ha nacido la necesidad de lavar la mancha con sangre! hablamos de la relatividad de la moral y de la necesidad de lograr otra valoración de aquellos actos que se tienen por inmorales, sin serlo.
Cuántos son los que van de mujer a mujer y resultan puritani.
simos cuando tocan la suya.
De todos modos, bueno es admitir que, hoy, aquella exagerada ponderación del concepto honorable, en cuanto a lo que se refiere a las relaciones entre marido y mujer, y entre el galanteador y la doncella, ya ha perdido la rigidez de antes, y acabará por perderla más, gracias a que hemos llegado a una edad en que el derecho a amar se ha hecho extensivo a la mujer. Si antes, en vez de arreglar los padres las uniones de las hijas, hubieran sido éstas las que se hubieran unido al hombre amado, los esposos engañados hubieran sido menos y los crímenes pasionales, también. Algo hemos ganado; pero distamos mucho, aún, de aceptar la libre elección del hombre por la mujer. Una mujer declarándose. Qué locura! Y, en cambio, que humano y qué hermoso! El matrimonio, todavía, padece por falta de mutua comprensión. No se dan casos en que ante el dolor de uno el otro canturrea. Si fuera autoridad, recomendaría la lectura de la novela de Flammarion Estela a todas las jóvenes. Cómo interpretarían la valentía de la protagonista, muchas señoras? Y, sin embargo. podrían señalar una unión más perfecta?
Lorenzo Vives.
Alajuela, Costa Rica. Hacienda San Lorenzo Marzo de 1943.
Editorial LOSADA Ultimos libros recibidos Ramón Pérez de Ayala: Troteras y y Danzaderas. Novela. Es la Ira. edición argentina José Luis Romero: La crisis de la Re.
pública Romana. Los Gracos y la recepción de la política imperial helenística. Obsequio del autor. De la Vida y de la Muerte (En el Rep. Amer. XVIII Del honor Cuesta arrancar de la voluntad este deseo de auto culto que ha recibido nombres varios. mi entender, el honor debería consistir en un anhelo de vivir conforme a las más exigentes reglas morales.
Somos muy exagerados en cuanto a exigir y muy poco cuando de otorgar se trata. Con el nombre de honor tomamos ciertos sentimientos que bien poco tienen de honorables, y hasta en su defensa se han cometido crímenes repugnantes que la sociedad ha dejado impunes.
Es un hombre de honor, a mi entender, el que cumple sus deberes; el que es fiel a su palabra; el que no daña al prójimo, ni en sus intereses ni en su reputación; el que cumple sus promesas; el fiel esposo y el padre preocupado. En cambio, se confunde este rico dón con aquellas groseras derivaciones del egoísmo: amor propio, orgullo, soberbia, vanidad.
El honor es magnífica manifestación de los espíritus selectos: todo lo otro, en cambio, es indicio de primitivismo. Hasta los celog se hacen entrar en la categoría de los sentimientos dignos, siendo, como son, la prueba de la existencia de una mal interpretada dignidad herida.
El honor a lo calderoniano es el reverso de aquel otro honor que hemos apuntado, porque es una aberración del recto proceder.
Nunca el crimen puede aceptarse como una reparación de la dignidad ofendida. Precisamente el bien llamado crimen pasional habría de ser castigado severamente por basarse en una desigualdad de fuerza. Casi siempre se mata a la adúltera: muy pocas veces al amante, porque la mujer no se vuelve en contra del matador, y el otro, sí.
Es execrable que en los tiempos presentes se absuelva al asesino que obra en defensa de su honra. El tribunal juzgador debería indagar si el sujeto que se siente herido en su honor no ha robado, no ha difamado, no ha practicado el adulterio. Si verdadero hombre Morris Gingsberg, Profesor de la Universidad de Londres: Manual de Sociología. Traducción del inglés de José Medina Echeverría.
Es un panorama completo de los actuales problemas de esta ciencia.
José Bergamín: Caballito del Diablo. En este libro se juntan tres libros juveniles del autor: El cohete y la estrella (1923. Caracteres (1826) y La Cabeza a pájaros (1925 1930. Alfonso Reyes: La experiencia literario. Coordenadas. Ensayos.
Federico García Lorca: Poeta en Nueva York. Conferencias. Prosas póstumas.
Es el tomo VII de las Obras Completas, recopiladas por Guillermo de Torre.
Victoria Ocampo: 338171 La aventura espiritual de Lawrence de Arabia. En las Ediciones SUR. Buenos Aires.
Roger Caillois: Sociologia de la novela. En las Ediciones SUR. Buenos Aires. 1942.
Estas obras las balla en la Librería de Trejos Hnos. en esta ciudad. Este documento es propiedad de la Biblioteca electrónica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica