184 REPERTORIO AMBRICANO 3 y PBREXENCH Antonio Montalvo.
Itinerario de Antonio Montalvo rio, así los que se delatan a nuestra urbe sanfranciscana, como los que se tejen en la gama del Por Augusto Arias.
Miraflores de Ambato, llevan su matiz al propio (Ea el Rep. Amer. tiempo que la entrañable pincelada subjetiva.
Alguna vez quisimos llamar poeta alejandriUna emoción lírica, sostenida y atemperada a nista a Antonio Montalvo. Sus Armonías Verla vez, es la que anima los pasos de este Canáculas nos sacan triunfantes. El verso de promino de Antonio Montalvo. Suele ocurrirnos sapia ilustre sirvele para avance de una épique frente a un libro de versos nos hallemos con ca nueva en la que se quedan los cuadros de la sorpresa de no encontrar poesía. Se trata, enla naturaleza ecuatorial, en Taro concierto de tonces, de repasares musicales, más o menos senmovilidad de reposo. Hay que remitir al lector sitivos, de diapasones melódicos que no han conal conocimiento del libro. Alli Baños el edénico seguido la esencia creadora de fijar en la página y tormentoso. Ficoa en donde se volverían églo.
lo que fue nuestro dolor o nuestro goce, autengas, los aceramientos de Don Juan. Allí la Feria ticados elevados en gracia de la poesía. En goyesca de una ciudad parcelada como pocas. Camino de Antonio Montalvo, dentro de un el trópico de lúbrico impulso, o la romanza que discreto tono confidencial que se aviene exactabusca, en tono nuevo, las pastorales de Teócrita.
mente con el sentido de la poesía lírica que es la En su Rincón de Romancero, sin recordar historia de un alma, las notas de un dietario en absoluto nada de los esmaltes imaginificos anímico, aún las que pudieran parecer más fugade Lorca, tan cercano y tan alto, el poeta desces, quieren peter zarse justamente por lo que cribe casi siempre con sentido terruñal. Romanla poesía es asidero aún para la emoción fugice de mi tierra, Paisaje. se dá el madrigal en tiva. Leyéndolo, pensamos en cómo habríamos tono de romance, como en delicado La Niña de de darnos a la secuela de un tormento si en nosNácat. Pero hay uno, logro de autoctonismo, otros estuviera, como presente, el garfio de una dentro de una forma de universalia: Romance pasión frustrada, y asimismo, como la evaporaMuerto que nuestro gusto llevaría a las antoción de un sentimiento doloroso, se torna casi en de algunos o el florecer prontísimo de otros, logías. La cita es pobre y el lindo romance rela dulcedumbre de un recuerdo, cuando ha sido nos extraviaran, en veces, del momento en don clama la manscripción integra: èxpulsado por la voluntad del arte que dota de de acaba una luna de oro, para comenzar una vitalidad a nuestros fantasmas internos y los des alba de afirmación o desencanto. En Montalvo Por los senderos del alba tına ya para más luengos avatares en la vida de hay una firme dirección en el proceso del re dormida en lecho de trinos, la letra. Pero la poesía lírica no alcanza, por cuerdo. Se dijera que ha querido borrar las man cien madrugadas anduve modo total, ese desprendimiento. cada poeta, chas indecisas. no es, tampoco, de los que dan con los galgos de mi ensueño, cuando lleva en si el inocultable sino de buscarse a su, melancolía o a su tristeza el tono de la. cazador en cacería en su intimidad, se revela y se biografiza. Ese non curanzd. prodigado por los poetas del noromántica de lirismo es, para nosortos, el valor de Camino, con vecientos, Borja, Noboa, acaso Fierro, y después cazando en bosque de encanto más que las excelencias formales del verso, la por Silva, melodioso y cinéreo. Templado en ho las perdices de un cariño.
originalidad de las imágenes y el proceso de las Tas nuevas, espíritu de lucidez crítica, sabe que impresiones que alcanzan aquí un ritmo de con la quejumbre es más que de presencia, de agoTodo el campo era alegría junto, habrán de reclamar al libro de nuestro tamiento estéril. Como todo buen poeta, es tamcuando en el tambor del llano, toeta, como a uno de los más significativos entre bién un poeta de recuerdo, pero no hay en el sus dianas locas tocaba, los de los últimos veinte años de la renovación suyo desmesurados resentimientos, ni sones éle galopando, mi caballo.
del canto andino. De haberlo condenado al lim gos de lágrima copiosa. si, más bien, sobre Nos saludaban los mirlos desde los verdes torreones, bo, no del ineditismo y si más bien de un rehacia los dos escenarios de su marcha evocativa, la oído a la compilación, Montalvo habría hecho tierra floral de Tungurahia y la ciudad de aventándonos las flores nal. No es la poesía cartelista. ni el verso que Quito, hecha de gusto de Colonia y de am del ritmo azul de sus cánticos.
ya deja de ser por lo desarticulado, aun cuando biciones porveniristas, de mañanas azules o tarya no sea de anotarse la verdad de que la poesia dies en cortinajes de lluvia cernida, está tendién aplaudiannos las tórtolas vive también en la magnífica anchura de la cose ese presentimiento de esperanza que conviene con la ovación de sus alas, prosa, como en el caso de Juan Montalvo, que u la longevidad de los amores, así cuando des paralelas con la música está en los ascendientes del autor de Camino. cribe como cuando recuerda. De tal modo vé loca triunfal del galope.
Verso justo y musical el de Antonio Montalvo, a la lluvia perfumando la tarde de un encanto los mismos eucaliptos en este su itinerario que va hasta 930. Verso triunfal. si Ella brota en su sendero como una que escoltaban el camino, que durará, no obstante la fácil mutación de primavera de luz, en su Sonata de Invierno para mirarnos abrían sus ventanales de bruma.
los gustos y precisamente por el natural regreso hay una paz celeste y en el vibrátil impulso de los mismos hacia una estética tersa. Verso que de su El Poema Inútil la huyente es siempre se dará a las pautas emotivas que no pereceny lu que vuelve, venciendo los nombres de las ama Reía ya la mañana que, no obstante su discreta fuga de la publi das librescas, para el encanto de su fiesta sen en la oración del cortijo.
cidad, en época de apresurados novedosismos, ha timental. aún sus lágrimas son un rocio Por su ventana de cactus sido buscado en hojas de revistas y diarios para trémulo y rutilante que cae sobre su corazón.
su voz salía a mi encuentro.
señalarse afines estados de alma o establecer la Se siente alegre, mientras la ciudad ha tomado No era ella la que mis ojos plática gustosa con el fino sentido de la inti una ducha de frío. El ancestro soleado y frualucinados miraban, midad.
tal parece precaverle de las tumideces inverna era la misma mañana florecida en su belleza.
Cuando nos hemos entrado por las páginas de les. basta para insinuar esa nota nueva en un un libro de versos, nos acomete el deseo de ir poeta de melancolia que no es, por cierto, la Después. a furto nos ibamos, en pos de su ordenación cronológica, atendiendo brumosa de Rodembach, por que está recalentada perdidos por los trigales.
sólo a las notas sensibles que muy pocas desorien por rayos subjetivos y colores alacres de paisaje.
ella: una flor de ternura, tan con su proceso marcado. La operación no es El Canto Prófugo nos lo ofrece como óleos yo, cautivo de su gracia; difícil, sobre todo en los libros de los poetas mínimos. En Angelus hay algún toque tem ambos bebiéndonos zumo amorosos, por mucho que la inquietud renovada brandesco. todos los apuntes de este poemade amor, de vida y ventura.
ella en mi copa de ensueño, yo, en la fuente de sus labios.
Suscríbase al REPERTORIO AMERICANO por medio de Así, por cien madrugadas STECHERT CO.
yo fui amigo de las albas.
SUBSCRIPTION AGENTS Hoy me muerde la nostalgia de esas venturas, y siento 31 EAST 10 TH STREET, NEW YORK, Concluye en la página 188. Este documento es propiedad de la Biblioteca electrónica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica