REPERTORIO AMERICANO 219 Los vecinos de Palo Grande Por Anastasio Alfaro. En el Rep. Amer. 360 Recuerdos de San Miguel y del río Jorco. у En 1776 doña Josefa Fallas vende, por veinticinco pesos, un pedazo de tierra, en el paraje llamado Palo Grande de Aserri, lindante por el Norte con el río Jorco y al Oeste con una zanja que bajaba para la sabana. El Palo Grande era seguramente algún cedro dulce o un árbol de guanacaste, porque ambos tenían en aquel tiemро mayores de un metro de diámetro, los cuales rajaban con hacha y labraban tablas hermosas, que les servían de camas; del guanacaste hacían yugos y ruedas, de una sola pieza, para las carretas, aprovechando además las ramas como lena: la tabla de cedro dulce que guarda el Museo Nacional y el árbol de guanacaste plantado en nuestro Parque Central son verdaderos testimonios de estas lucubraciones antiguas.
Las tierras de Palo Grande eran una faja al Sur del río Tiribi, desde Patarra hasta Alajuelita, donde están las poblaciones de San Miguel los Desamparados, entre los valles de San José de Aserri. Uno de sus pobladores, don Ramón Lorenzo López, marido de doña Manuela del Re sario Monge, tenía once hijos: Manuel Antonio, casado con Rita Aguilar; Jacinto, casado con María Rojas; José Cayetano, marido de Juana de la Cruz Villegas; Juan Maria, casado con Juana Calderón; Angela, esposa de Juan Morales; José Miguel, Baltasar, José Antonio, Juan, José del Espíritu Santo y Concepción.
El grabado que publicamos presenta una jovencita, vecina de San Miguel, descendiente con toda seguridad de esta familia, por llamarse Amparo Morales López, aunque esté separada por muchos años de Juan Morales de Aogela López, pues en los pueblos pequeños los enlaces familiares perduran a través de los tiempos, alternando apenas el orden de los apellidos.
En 1721 era Juez de los Valles de Aserri, Curridabat y Barba, el capitán Francisco de Morales y ante él otorgó su testamento el Alférez José de Quesada, natural de Málaga, e hijo legitimo de Bartolomé de Quesada y doña Juana Jiménez Ruiz. Fué casado en primeras nupcias con Francisca Sánchez Pereira, de la cual le quedaron tres hijas: doña Ana, casada con Domingo de la Puerta; doña Francisca, esposa de Gaspar Arias Alfaro y doña María, casada con José Murillo, también malagueño. En segundo matrimonio con doña Ana Jiménez Maldonado e Hidalgo, tuvo al Teniente José; Juan Hilario, casado con Josefa Ugalde Rodriguez; Lorenzo, presbítero; María Manuela, esposa de Sebastián Sando val, y Petronila.
Bien puede asegurarse que todos los Quesada de Cartago, San José, Heredia y Alajuela proceden de la cepa malagueña, de carácter afable, hcoesto y laborioso, que luego se extendió por toda la meseta central del país, hasta llegar a las llanuras de San Carlos.
El éxodo de los cartagos se hacía por el camino de las amoladeras, sobre los terrenos del Capitán Juan Solano, que colindaban al Poniente con los de Palo Grande. Uno de los vecinos antiguos era don Anselmo Monge Quesada, hijo legítimo del Capitán Francisco Monge Gómez y doña María Quesada Madrigal. Era casado con doña Micaela Rojas Ureña y tenia cinco hijas y un varón, llamados: Gertrudis, Josefa, Maria Trinidad, Francisca, Eugenio y Cayetana.
De don Francisco Monge, hijo legítimo de Felipe Monge y Bernarda Gómez, casado con doña María Quesada Madrigal, vivian diez hijos en 1748, a saber: María Francisca. Teodora, José Angel, Gertrudis, Manuel de la Cruz, Francisco, Manuela, Juan Pablo, don Anselmo, casado con Micaela Rojas Ureña y Antonio, marido de doña Juana de Dios Umaña Guerrero.
Otro vecino destacado era don Cristóbal Mondescendientes perduran en Aserri, formando una ge, marido de Gabriela Elizondo, con la cual te ca:ta de médicos farmacéuticos distinguidos, nía ocho hijos: Antonio, Romualda, Pablo, Leó inclusive dos señoritas llenas de dulzura profenida, Dámaso, casado con Cayetana Ureña; Pau sional, una Doctora en Medicina, graduada en lina, Juana y Cornelio, marido de Felipa Mora. Bélgica y otra Profesora de Farmacia.
Un camino hecho al Sur de Cartago, para ir al Uno de los vecinos de mayor importancia, a Cantón de Tarrazú, se conoció siempre con el fines del siglo pasado, fué don Mariano Monnombre de la vereda de Comelio Monge, que ge Guillén, casado con doña Ceferina Guerrero conducía al yacimiento de esmeraldas.
Trejos, con la cual tuvo ocho hijos, a saber: FeLa facilidad de comprar tierras baratas en el licitas, casada con Francisco Muñoz; Remigio; valle de San José favorecía la salida de familias Rafael, marido de Juana Garbanzo Ureña; Mahacia el Oeste y también el deseo de tener mu riano; Luisa, casada con Joaquín García Caldechos hijos y yernos que pudieran cultivar los cam rón; Maria; José, marido de Calixta Madrigal pos: el Alférez Juan Miguel de Cervantes com Mora Benito.
pró en 1721 una caballería de tierra, lindante Don Jerónimo Monge, casado con doña Ildepor el Norte con el río María Aguilar, por la fonsa Guillén, eran los padres de don Mariano.
suma de treinta pesos; por el lado de Tibás se de don Juan Monge Guillén, vecino de Patarra compraba la caballería, con sitio para vivir, por y doña Paula Monge de Monge, abuelos legiveinticinco pesos solamente; así se explica que San timos de nuestros estimados amigos Joaquín GarJosé creciera como la espuma y más cuando se cía Monge, Francisco María Núñez, Juan José hicieron cultivos de café, aunque se pagara a Monge, Amado Naranjo y don Fernando Mucuatro pesos el quintal, puesto en Puntarenas. ñoz, todos dignos de la mayor consideración.
El Alférez Andrés Arias era hijo legitimo de Otro de los factores que favoreció el creciGaspar Arias doña María de Monterroso; es miento de la población en el valle central fué la taba casado con doña Isabel de Alfaro Hidalgo y división de la propiedad entre los herederos de catenía once hijos: Felipe; el Capitán Gaspar; To da família, así no se formaban grandes fincas, más; el Capitán Nicolás; José; el Capitán Mi sino pequeñas viviendas, donde cada cual podía guel; Manuel, Juan Antonio, Angela María, Cos. tener una suerte de caña, algunas vacas, cabame y Nicolasa. Con nueve hijos varones y tan llos, cerdos y aves de corral, que hacían fácil tos militares se acentúan las dotes de mando, que la vida y luego procuraban construir una ermita, perduran por largos años, pues hasta el Presbítero una escuela y otros servicios de la comunidad.
José María Arias, uno de sus descendientes, em Por regla general establecían sus viviendas puñó las armas, cuando se presentó la oportuni cerca de una fuente o riachuelo, que les permitiedad en Alajuela.
ran tener agua para llenar todas sus necesidades; Otra familia numerosa era la del Hermano luego vino el establecimiento de acequias, que Gaspar Monge, casado con doña Brígida Quesa construían sin muchos instrumentos topográficos, da, que tenían nueve hijos: Francisca de la Cruz, ni grandes ingenieros titulados: un hombre inAntonio, Pedro José, María Petronila, Eusebio, genioso, como don Eusebio Rodríguez, era lo Andrés Felipe, Francisco. Andrea Juliana y Ma bastante para construir un templo, hacer un puennuel de Jesús.
te o dotar de agua potable una población. AlguEmparentados con los Monge estaban los Fa na vez tuve oportunidad de ver un hombre desllas, pues doña Cayetana, hija legítima de Ansel calzo traer el agua del río Tambor hasta un tramo Monge Quesada y doña Micaela Rojas Ure piche, con sólo una cruz de reglas, una cuerda y ña, fué casada con José Nicolás Fallas, con el un nivel de agua, para darle a la zanja el declive cual tuvo cuatro hijas y dos varones, que se lla necesario; y después de trabajar dos o tres semamaron: Lorenza, Antonia, Rufina, Juana, Ma nas, llegó el agua al trapiche, con un recorrido nuel Antonio Francisco Fallas Monge, cuyos mayor de dos kilómetros, sin que nunca se haya y Este documento es propiedad de la Biblioteca electrónica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica