Marx

136 REPERTORIO AMERICANO a Lambero BMELDE LA FVENTE Un síntoma gobierna la situación contemHernández Catá, hombre del espacio poránea: desde las substancias orgánicas y el injerto de monos a la teoría de la relatividad.
El hombre quiere desbordar la parábola de Palabras en el 2do. aniversario de su muerte su existencia, ganar una prórroga a la fataPor Fernando Campoamor.
lidad, una tregua a la muerte. Los químicos (En el Rep. Amer. que juran decir verdad anuncian la albúmina artificial que reproducirá la vida en el novela el cuento se hacen nudo en la paJaboratorio; Voronof descifra en la platina sión humana, y en ella se salvan.
del microscopio las siembras glandulares que Para ganar esa partida al tiempo y a la sacan de juicio a los viejos; los físicos claumuerte, se exige, sin embargo, una cuota de suran el tiempo absoluto de Newton y agredolor cotidiano. No es la angustia metafísica gan una cuarta dimensión einsteniana.
de Unamuno, revirado violentamente contra el Pero no se han satisfecho los científicos polvo. Es la ansiedad de madrugar la vida.
con esos laberintos de células, albuminoides y En las cartas de Hernández Catá ardía siemcuantos. La fórmula vitalicia, el boleto de repre su fiebre de buen artista. Llevaba el vesidencia sin término no apareció hasta hoy en nablo clavado en la diana del pecho. Hablaba los fenómenos atómicos ni en los tubos de enen imperativo: Dígame! Recuérdeme! Escrísayo. Husmearon las minas y sondearon las abame! Vértigo de acabar para volver la guas. Se fueron a las constelaciones y trajeprimera piedra en este hombre de cordialidad ron medidas las órbitas astrales y cronomeresonante! el hermano de Maupassant y de trados los eclipses. Bajo el fogonazo de los Quiroga donaba la jornada de cada día a traaerolitos hicieron el inventario de las estregos de hiel y júbilo. cada día se pedía Jlas. Vueltos a su circunstancia mundana, cuentas rigurosas a tragos de hiel y júbilo.
protestaron su impotencia de eternidad invenEra un hombre del espacio, piloto de distando el reloj. Juan de Mairena ese hijo elotancias. Gustaba mirar a ojo de águila. Cuáncuente de Antonio Machado advertía entrista gravitación humana le hubiera enardecido tecido que el hombre no hubiera inventado hoy, viendo amanecer el derrumbe de las el reloj si no creyera en la muerte. Créerla, fronteras! Cuánta impaciencia por empotrarsin embargo, no es aceptarla. El reloj es un se de una vez al ala del futuro con sus balansegundo frente de guerra contra ella. DerrotaAlfonso Hernández Catá.
ces rendidos, ahora que el espacio empieza a dos con sus guarismos exactos, sus conceptos abrazarnos a los de acá y a los de allá en redondos y sus fórmulas lógicas, los científi Hernández Catá. El exigía el barro mudadizo, un sueño germinal de justicias universales!
cos usan una venganza legítima de reos sin el hierro que oxida la intemperie, todo el ca Un día como hoy le perdimos. La voz fiel recurso: dividen y subdividen el tiempo a su ñamazo elemertal de las fuerzas telúricas y de Antonio Barreras y la voz de familia nos antojo. un día lo descuartizan en 24 horas, lo traducía en fuerzas humanas, civlizadas y llaman otra vez al recuerdo en las primeras y minutos y segundos y todas las fracciones palpitantes, activas hasta siempre.
briznas de noviembre. Un día como hoy debió que pida el cuerpo. Así creen jugar al libre Estamos, al fin, en la punta de nuestro tener Río de Janeiro la temperatura de costa albedrío.
cono. Hemos venido trepando en espiral des meridional que pone en los óleos el pincel El artista. y ya estamos hablando de Al de la base ancha de la ciencia. Ahora en grávido de Pertinari. El viento se frotaba en fonso Hernández Catá. sin ir tan lejos, va tendemos la presencia asidua de la muerte en el colmillo del Pan de Azúcar, esa montaña más allá. No es ajeno a la fiebre de la inmor su obra. Es una manera la más vital de triste que saluda al sur Atlántico. Del Pan de talidad. Nace exactamente bajo ese signo des manejar el tema de la vida sin conjugar el Azúcar hacia arriba, quedaba el espacio. Del esperado, que es la razón y destino del arte. tiempo.
Pan de Azúcar hacia abajo, el tiempo mortal Mas, su problema no es prorrogar las sístoles Veamos entonces la historia del hombre co que las criaturas cortan en 24 partes iguales.
y diástoles. Su problema y agonía es jentenmo la historia de una sola sangre, potencial Alfonso Hernández Catá saltó al futuro en el der la vida en pleno, responder a lo mucho mente imperecedera; que viene desde las no viento de un avión. En aguas de la bahía que le pregunte su sensibilidad, traducir en ches históricas y va hacia las mañanas del radiosa murió el gran buzo de la conciencia palabras, gemidos, colores, piquetas o here mañana, sin parcelas de edades antiguas o humana, que tenía caracoles alerta por oídos jías el latido que le quema adentro, toda la modernas. Es la táctica para ganar panora y los ojos de esponja. El mar le ahogó las painquietud y embrió que ur día echarán ta ma al patio temporal que nos toque vivir. Ese labras inéditas. Allí, húmedo como su prosa, llo y fronda. Es su táctica para ganar a la hombre, sin fecha, es el abono del arte. Ser imaginaría un cuento de peces locos de alfatalidad y superar la muerte.
radical escribía el viejo Marx es tomar las gas moradas. encima de su frente, en la No usa la balanza ni el telescopio. Abu cosas por la raíz. la raíz, para el hombre, frente del cielo carioca un lucero velándole sa de la imaginación, conjuga el verbo ima es el hombre mismo. El material de Hernán en las claras nocturnas. Allí le llegó la noche ginar, vive de imágenes. Donde la materia dez Catá, su centro y periferia, era el hombre resinosa del Brasil, llama de luna sin mengua.
humilde de su esqueleto vestido toca la Vía intemporal. Con utopías y vísceras, con espe De luna llena.
Láctea con las manos y ha visto alguna vez ranzas y miedos, con arsiedades y rutinas. La Artemisa, Cuba, 1943.
el eje de la Tierra. Es un hombre que vence a la muerte con ironía.
Hernández Catá fué un vencedor modelo.
Sabía él que tanto sabía las razones cienLas horas imposibles tíficas y las razones artísticas de su victoria. En el Rep. Amer. Que la vida es un constante morir, eliminación de órganos y renovar de células, y tamHoras negras, negrura de dolores, bién, que estas muertes parciales son partes compuses de tragedia y amargura, de la vida total, así desflora el árbol, así desritmo de funeral, roche de horrores, cama la piel, así cambia sus astas el gamo.
horas de maidición y de locura.
Es el milagro de la continuidad de la subsHoras grises, fastrio en cuentagotas tancia que, la biología por boca de Weierque nos va regateando los instantes.
mann, nombra plasma germinativo. CaldeAnhelo de volar con clas rotas rón, maestro barroco, ponía estos versos en el para vivir después o morir antes!
Príncipe Constante: Horas sin alegría ni esperanza, que son las campanadas de la danza florecer las rusas madrugaron, del reloj de la desesperación.
y para envejecerse florecieron.
Cuna y sepulcrc en un botón hallaron.
Contra ellas jugamos la partida, en el juego de naipes de la vida, Esa razón, más profunda y fundamental apostando con nuestro corazón.
que la razón del hombre silvestre, tampoco Román Jugo.
razón suficiente para un artista Costa Rica, de abril del 43. era como Este documento es propiedad de la Biblioteca electrónica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica