Anarchism

238 REPERTORIO AMERICANO Cuaderno de notas quinas todo el tiempo, lo mismo en el ocio que en el trabajo. Idiotas y máquinas que se creen civiSobre el trabajo lizados y hasta dioses. Lo primero es hacerles en tender que, durante las horas laborables, no son Por Alfonso Reyes.
más que idiotas y máquinas. Lo que hay que de(Es un recorte de El Nacional, México, enero de 1940. Atención del autor. cirles es esto: supuesto que nuestra civilización es lo que es, no hay más remedio que pasarse ocho Observa Mauriac que los verdaderos anar pongan, sea; pero que me pidan que crea en él horas de cada venticuatro como algo intermedio quistas, los anarquistas en estado puro, aquellos y lo adore, en mí o en los otros, eso jamás. Preentre el imbécil la máquina de coser. Sé que es cuya sublevación no reconoce por fuente ni la mi fiero saber que camino entre sombras, a engañarmuy desagradable, que es humillante y repugseria, ni el odio, ni la envidia, se encuentran más me solo figurándome que eso es la luz del día.
nante. Pero no hay otro remedio, ya que sin escomúnmente en los salones que entre el pueblo. De nada sirve vivir si hay que trabajar. Aquel to todo el edificio de nuestro mundo se vendría Es una manera indirecta de decir lo que, en po magno acontecimiento del que todos tenemos deabajo y, todos nos moriríamos de hambre. Por eso cas palabras, puede expresarse así: el verdadero recho a esperar la revelación de nuestra vida, ese tenéis que trabajar estúpida y mecánicamente y anarquista es el holgazán. Por eso la holgazane acontecimiento que acaso no ha llegado aún para pasar después las horas de ocio como hombres ría lo disuelve todo y lo primero de todo, la mo mí, pero en cuya trayectoria me busco a mí mismujeres verdaderos, más o menos complicados seral. Cuando un accidente del motor detiene, en mo, no puede merecerse al precio del trabajo.
gún el caso. No mezcléis las dos vidas; mantened mitad del campo, a una partida social de mediaEn fin que como dice la chuscada española, el tabique que las separa. Lo único de veras imna educación y pasa el tiempo y no queda más el que inventó el trabajo no tenía quehacer.
portante es vuestra vida auténticamente humana que esperar, las costumbres mismas, corroídas del Leopardi declara ea sus Pensamientos que con en las horas de ocio. Lo demás es una inmunda ocio, tienden insensiblemente a relajarse. Hay tra sidera la felicidad como propia del estado de na tarea que es fuerza cumplir. no olvidéis singubajadores e idealistas que se creen anárquicos sin turaleza y como imposible para el civilizado. Que larmente que es inmunda, y que si no fuera porque serlo. No puede ser anárquico el hombre capaz éste, habiendo desarrollado irremediablemente su sirve para alimentaros y para mantener intacta la de esfuerzo de sacrificio. Yo no podría llamar sensibilidad y, por consecuencia, su percepción del sociedad, no tendría la menor importancia ai la anarquista a ese viejo sublime que parece arran dolor, lo mejor que puede hacer es buscar pasto menor relación con la vida humana. No os encado a una página de Galdós, personaje hecho a esa sensibilidad aturdiéndose de trabajo, como gañen esos canallas que, en lindos discursos, hapara el monumento y para el poema hasta por el le hace la civilización europea. Lo que me recuer blan de la santidad del trabajo y de los servicios nombre que le cupo en suerte: Mauro Bajatierra. da los últimos años, tan tristes, de Francisco cristianos que la gente de negocios presta a sus Cuando entraron en Madrid las primeras tropas de Icaza: se le veía siempre trabajando; iba de semejantes. Todo esto son meros embustes. Vuesde Franco, este Mauro Bajatierra que se decía una en otra imprenta con las pruebas en el bol tro trabajo rio es más que una tarea desagradable anarquista salió con su rifle a la calle, peleando sillos y las corregia hasta en los cafés, entre char y repugnante, que desgraciadamente es necesasolo contra todos, y cayó envuelto en el sudario 11 charla.
ria por culpa de nuestros antepasados. Han acude la República. El trabajo se disculpaba es mi opio. mulado una montaña de inmundicias y fuerza es El trabajo, que empieza por ser la maldición Aldous Huxley hace hablar así a los perso trabajar ahora con azadón y pala, para poco a bíblica, que en la antigüedad sólo corresponde a najes de su novela: poco irla desahaciendo y evitar que acabe de enlos esclavos y es por mucho tiempo como para El primer paso sería lograr queda gente vi venenarnos; fuerza es que trabajéis, maldiciendo el hidalgo viejocosa impropia del noble, se dig viera de un modo doble, en dos compartimentos: de paso la memoria de los insensatos que han creanifica paulatinamente hasta convertirse, con la pa en uno, como trabajadores industrializados, y en do la necesidad de ese trabajo obligatorio. Relabra de Pierre Hamp, en el nuevo honor. El in otro como seres humanos. Idiotas y máquinas du conoced que se trata de algo infecto, tapaos las tegro y sabio Benedetto Croce afirma en alguna rante ocho horas de las venticuatro verdaderos narices, trabajar las ocho horas y concentraos desparte que el verdadero sentido de la vida no es seres humanos el resto del tiempo.
pués para ser verdaderos eates humanos, auténtá en el placer, ni siquiera en la felicidad, sino en. no es esto ya lo que hacen todos? ticos y completos. No lectores del periódico, no el trabajo. La felicidad, en efecto, es un sub pro. Claro que no! Viven como idiotas y má aficionados al ajedrez, no man áticos de la raducto. Ay del que la busca directamente! Ante diofonía. Los industriales que dan a las masas el suicidio de cierto enamorado del mundo, cuyo diversiones estandarizadas fabricadas en seу caso analizaba yo en algún libro, me escribía Unarie, están esforzándose por convertiros en unos muno: Esos que aman la Vida, así con mayúsimbéciles mecanizados, tanto en vuestros esparcicula, acaban suicidándose.
mentos, como en vuestro trabajo. No hay que Ahora que sólo se acostumbra habla: del tradejarse. Hay que esforzarse por ser humanos. Esbajo en especie de materialismo histórico, como si to es lo que hay que decir y enseñar a la gente, el trabajo fuera sólo un problema de organización Hay que convencerlos de que esta magnífica cisocial (y claro está que también lo es y que hay vilización industrial no es más que un mal olor, que atacarlo urgentemente. no estaría de más y que la verdadera vida, lo que significa algo, sóconcentrarse a reflexionar sobre el trabajo como Este Seguro GARANTIZA LA lo puede darse lejos de aquélla. Mucho ha de cosa moral, o como vivencia psicológica, segúcz pasar antes de que puedan cceciliarse una vida creo que se dice.
EDUCACION DE LOS HIJOS limpia y el hedor industrial; aun puede que sean En cierta reunión de supra realistas, en no inconciliables. Está por ver. Entre tanto, no hay sé qué teatro de París (donde, por cierto, me más que atacar las inmedicias pala en mano y hacían sonreír la falta de auténtico humorismo soportar el olor estoicamente, tratando, en los inla puerilidad de aquella gente, habituada cotervalos, de hacer una vida verdaderamente humo yo estaba a las explosiones de gozoso capricho que a cada rato estallaban en el Ateneo de La Educación es la única herencia Es un buen programa. Pero no espero que Madrid) alguien habló de la dignidad del traba real y verdadera que un padre pue le dé a usted los votos en las próximas elecciones.
jo, y otro le grito desde el público: de dejar a su hijo. Sí, ahí está la cuestión: Todos se pondría El trabajo no tiene dignidad. El trabajo en contra. Porque lo único en que todos están de es una porquería. No hay que trabajar. Abajo acuerdo, conservadores, liberales, socialistas bol el trabajo!
cheviques, es en la excelencia intrínseca de la peste André Breton, jefe de los supra realistas, Sírvase consultarnos su caso industrial en la necesidad de suprimir, por la dice en su Nadja: particular. estandarización y la especializac ón, toda hue que no me vengan, después de esto, a lla de virilidad o feminidad en la raza humana.
hablar del trabajo. Quiero decir, del valor moral Estamos a sus órdenes.
No olvidemos que han hablado los personadel trabajo. Me veo forzado a aceptar la idea del jes de la novela y no el autor en primera persotrabajo como una necesidad material y, en este sentido, soy el más ardiente partidario de que Banco Nacional de Seguros.
na. Es evidente que en todo esto se mezcla la nose procure su mejor y más justa repartición. Que ción del trabajo con cierto resentimiento, tan juslas sinientras obligaciones de la vida me lo imto como rencoroso, contra la explotación indebiSEGURO DE EDUCACION mana. Este documento es propiedad de la Biblioteca electrónica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica