246 REPERTORIO AMBRICANO Entre cactus y riscos y breñoles, conduces tu ganado a la alquería, sin saber que te acechan los puñales.
John Keith Co.
Roja y negra. En la crus del campanario ondula majestuosa, todavía, la enseña de tu credo libertario.
MEDIODIA ¿Será o no será? En el lejano confin del horizonte, se columbra algo que quiere ser. El sol alumbra y se desprende de la espiga el grano.
San José, Costa Rica AGENTES REPRESENTANTES DE CASAS EXTRANJERAS Cajas Registradoras NATIONAL (The National Cash Register Co. Máquinas de escribir ROYAL (Royal Typewriter Co. Inc. Muebles de acero y equipos de oficina (Globe Wernicke Co. Implementos de Goma (United States Rubber Export Co. Máquinas de Calcular MONROE Refrigeradoras Eléctricas NORGE Refrigeradoras de Canfín SERVEL ELECTROLUX Plantas Eléctricas Portátiles ONAN Frasquería en general (Owens Illinois Glass Co. Conservas DEL MONTE (California Packing Corp. Equipos KARDEX (Remington Rnad Inc. Maquinaria en general (James Motley, JOHN KEITH Socio Gerente RAMON RAMIREZ Socio Gerente La luz se aviva. Se dilata el llano.
De la nube que pasa, en la penumbra, se ve vagar el corazón. Deslumbra con su frutos maduros el manzano.
El aire es tibio. La fogata humea.
Brota un canto de ave en cada rama y la mula de noria cabecea.
MOTHERINE WEITERESTERE TERRIER Oro de sol y albor de nieve funden odio y amor en una sola llama, en la que cielo y campo se confunden.
Abre sus flores el mirto.
Sus flores abre la malva. con su aroma stave el valle entero embalsaman.
Al llegar al pie del monte, con qué donaire lo escala.
No le arredran los abruptos peñascales ni las lascas.
RAYA LA GOLONDRINA Raya la golondrina la flor azul del cielo.
Preside con su alcgre trinar la primavera y giran caprichosas las aspas de sus alas en torno del oscuro balero de su rueca.
Zunban la mosca y la abejo.
Croan el sapo y la rana.
con los colores del iris su tela teje la araña Al posarse en lo más alto de la divina montaña, me confunde con la noche de diamantes constelada.
Taladra los cerúleos vitrales de las frondas.
Hace un alto en las torres gemelas de los templos y avanza cautelosa con tenue blando giro y en los nevados copos prende su punto negro.
En el chorro de la fuente el cristal se deshilacha.
Las mariposas son pétalos de amapalosa deshojadas. en un ansia indefinible de infinito, sueña y calla.
Un milagro se realiza; de su cuerpo brotan alas. Qué manos infantiles con sonrisa abrileña impulsaron la grácil hélice voladora?
La mañana es jocunda; el verde verde tierno y todo se penetra de dulzura y aroma.
Ora en los troncos ocultos, ora saltando en las ramas, los pajarillos alegres sus melodías desgranan.
Por la vía de Santiago, bajo la luna de plata, va el aligero Pegaso de mis sueños y esperanzas.
VAGAR NOCTURNO El sol con sus rayos hesa la frente de la montaña, por cuyos flancos descienden rios de oro y de plata.
LA CUBANITA DEL CAFE MANHATIAN En la amorosa llanura de tierno pasto alfombrada, duerme la siesta el caballo de mis sueños y esperanzas.
Purpúrea rosa de fuego.
Morena, clara morena.
Morena de mis amores.
Espejo de la belleza.
Es noble, dócil, gracioso. Con qué sencillez se enarca!
En su blancura relucen el impetu y la arrogancia.
Rajo la noche encantada de tu oscura cabellera, en tus ojos resplandece el fulgor de las estrellas.
El nocturno silencio se diluye en la diafanidad de mi ternura.
Te llamo y no respondes. Me parece que el sonoro misterio se ha dormido en la sombra cuajada de diamantes.
La cristalina esponja de mis sueños se comprime y desangra gota a gota.
Las palmeras extiendenme sus manos y yo oprimo sus manos en mi pecho.
Una estrella me mira dulcemente.
No hay malicia en el rictus tembloroso de su rostro de impúber colegiala. veces ms exaspera la importuna mirada de los árboles perversos, la estridencia azarosa del silbato del velador y los fosforescentes ojos de los coleópteros descalzos.
De repente se escucha el alarido y el trepidar de un tren que es imposible saber a dónde va, y que atraviesa el túnel de la noche, socavando los filones de oro del misterio.
El espiritu viaja conmovido en alas de nostálgico cenzondle y, al sentir la caricia del desmayo, se despierta gozoso con la rima de sus sueños de plata, en los rosales frescos y sonrosados de la aurora.
Mi caballo mientras duerme, sueña escalar la montaña; mas le parece imposible, la ve tan alta, tan alta.
Dos diminutos pendientes exornar tus dos orejas.
En el matiz de tu rostro la sonrisa se despliega.
Quiere besar el azul.
Bañarse en la lontananza.
Confundirse con el cielo.
Ser la divina montaña!
Cuando ries cómo lucen los dos collares de perlos de tus dientes marfilinos del color de la asucena!
Al desperta se incorpora y contempla el panorama.
En su memoria revive su sueño: flor de albahaca.
La escultura de tu cuerpo la envidiaran las sirenas.
Al andar ;con qué donaire derrochas sal y pimienta!
EL CABALLO LA MONTANA Declina el sol y la tarde se va cubriendo de gasas.
El crepúsculo violeta se estremece y se desangra.
Eres el fuego del trópico.
El sol fluye por tus venas.
Eres una viva llama. no te doblas ni quiebras. Antonio Castro Leal Los palos en el valle se funden con la esmeralda.
El cielo es claro y sereno, sereno cual la montaña.
Con paso firme y seguro, por la este pa solitaria, el caballo de mis sueños se dirige a la montaña, Cuando al concluir las labores escurre el reloj de arena, el alma posa en un pie, soñando en ti, sandunguera. Este documento es propiedad de la Biblioteca electrónica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica