REPERTORIO AMERICANO 277 Rogelio victoria. no de periodistas exclamo: Hombre, lo que le el ministro Juan Marinello desde Cuba, el emhan hecho a Pablo! El Maisterio de Relaciones bajador de la URRS, Constantino Umansky, el Exteriores decidió llamarlo en vista de sus di Lic. Emilio Portes Gil y el Gral. Lázaro Cárdificultades con el embajador del Brasil denas y después los discursos de varios oraFué el propiocónsul quien confirmó la noti dores: cia. Si bien no expresó la causa, era cierto que Lic. Alfonso Reyes: intachable ciudadadejaría el consulado de su país y abandonaría no del mundo y profeta de la esperanza y la la República. Sus amigos decidieron ofrecerle un homenaje de despedida. La idea cristalizó el Lic. Vicente Lombardo Toledano: viernes pasado, cuando 1, 500 personas se reues sólo un gran chileno; es un gran poeta de nieron en los amplios salones del Frontón México, América y un gran hombre de América.
en cordial cena. Ocupando sitio de honor en la Neruda, a su vez, horas antes había concluído el poeta sonreía con satisfacción a quienes un joven, En los muros de México, que leyó conmovido al finalizar la velada: tenía más cerca: el embajador de su país. Adiós te digo, pero no me voy.
Oscar Schnake; el pintor José Clemente OrozMe voy pero no puedo co; el escritor Alfonso Reyes, el dirigente obrero decirte adiós Lombardo Toledano.
Porque en mi vida, México, vives como una Sin poder ocultar la emoción que lo embarga(pequeña ba, escuchó la lectura de los 106 mensajes de águila equivocada que circula en mis venas, adhesión y simpatía que le llegaban de todo y sólo al fin la muerte le doblará las alas el mundo el Dr. Juan Negrín desde Londres, sobre mi corazón de soldado dormido.
mesa, 33 15 de Setiembre de 1943 Fiesta de Estandartes Sotela De Amalia, su compañera. Envío de la autora. Una sonrisa, la más afable; un gesto cordial que se tendia para todo el que llegaba; una frase de aliento para todos y para cada uno; unos brazos que se abrían a toda hora para estrechar en ellos al amigo. Manos generosas de artista! latgas manos delgadas que tantas veces besé. Cuántas veces la tuve entre las mías! manos de linea aristocrática que con efusión yo besaba, mientras él, con un gesto complacido respondía cogiendo entre ellas mis mejillas, para darme un beso que sabia a panales. y luego, cogidos de las manos dirigir.
nos los dos complacidos y felices a la mesa de trabajo. Mientras ávidos mis ojos seguían sus líneas, su pluma corría y brotaba el poema como chorro de agua pura. Poema que iba siempre encauzado a las conciencias. Su voz suave. aquella su voz de timbre tan amado iba marcando la cadencia del poema que en mi oído resonaba como música divina y asi las horas se pasaban en comunión con el Ensueño, esperando siempre, él, ver en mis ojos la aprobación de su poema. Yo vivi su obru.
En cada verso suyo latió mi corazón! En cada verso suyo se unieron nuestras almas. Nuestras almas. que aún siguen unidas.
Todos los minutos de mis días son de él. Ahora está conmigo a todas horas. nada hay ya que pueda arrebatár melo, ni afanes coti.
dianos, ni amigos, ni deberes. Largas, largas horas comulgan nuestras almas que no se han separado. El está conmigo! Fué muy intensa nuestra vida, la muerte no puede dividirnos.
Su corazón fué dulce, su voz fué de miel para mí, sus manos como pétalos sedosos. No fue para la Sulamita del Cantar de los Cantares más blanca la túnica de lino del leyendoso Rey que para mi su alma generosa que vivió la divina virtud de la alegría. Pero aquella alegría que fué suya, no fué un regalo de los dioses, fué el premio de una gran victoria. Yo vi ro.
dad por sus mejillas lágrimas, yo vi convulsionarse su pecho muchas veces por tremenda ingratitud, y unos minutos después sacudir su sentimiento y reír, como si nada lo hubiera amargado hasta las lágrimas; yo lo vi bendecir al Creador después de haber logrado serenarse en un dolor, yo, que conocí los más recondi.
tos secretos de aquella alma; que me sumergi en ella como en un mar con hervores de pleamar; yo, que muchas veces probé del acibar que sus labios sorbían mientras sonreía su rostro para dar a otro su alegría, o para incli.
narse solicito sobre el hijo tierno que pedia su ayuda; yo que tantas veces incliné mi fren.
te a un tiempo con la suya en un acto de adoración ante el altar, y sen! entonces el calor de su sien junto a la mia, hoy la inclino hasta tocar la tierra odorar do su memoria y besardo su recuerdo vivo.
En el de Noviembre de 1943.
Estandartes de paz entre nimbos de gloria!
Estandartes que encienden con febril emociónal trazar sobre el cielo singular trayectorialos astros que iluminan senderos de ilusión.
Son estandartes níveos, son estandartes gualda; son estandartes áureos donde solemne arde el profundo turquí del cielo y la esmeralda de la naturaleza fundiéndose en la tarde. En el Rep. Amer. Dedico este podma al ilustre maestro, al fars de la juventud pensante de América, a a don Joa quín García Monge, con la devoción del autor Entre el entusiasmo de la seda gualda, del lino que bordan las leyendas de oro, orlados de borlas de verde esmeralda van los estandartes al compás de un coro.
Es un torbellino de luz y colores; es una vorágine de estremecimientos entre el gran derroche de cantos y flores que prende en los rostros nobles sentimientos.
Los flancos recuerdan fiestas en Versalles porque entre la espuma de ricos ropajes las mujeres lindas resguardan las calles fingiendo una larga cadena de encajes.
El sol se propuso venirse del cielo y va en las pupilas marcando sus huellas: por eso el desfile semeja en el suelo una enorme alfombra cubierta de estrellas.
Mientras, dignamente dentro el abanico de rostros alegres y ritmos marciales va el gran Presidente nuestro Roosevelt tico saboreando el triunfo de sus ideales.
Sublime apoteosis de la gesta homérica con que nos deslumbra tan virtuoso hermano y ante quien se yergue para verlo, América, llevando entre aplausos olivo en la mano.
Cada alma es un himno que el fervor proclama; se pueblan los montes de dulces cantares, y como es la patria la que los inflama sus peñascos cantan y cantan sus mares.
La patria nos dice que ya es inmortal quien serenamente se internó en la Historia porque con los trazos de su obra genial un sitial de oro conquistó en la Gloria.
La Fecha y el Hombre: dos símbolos grandes. Son dos epopeyas de gran majestad que en bronce y en mármol grabaron los Andes porque son dos símbolos de la libertad.
Supremo estadista: doctor Calderón: para saludarte toda San José flota entre banderas, y su corazón Costa Rica entera te ofrece de pie.
Van los sindicatos cantando febriles bajo los arcos de lirios y rosas; en enormes filas lucen los desfiles exhibiendo a trechos típicas carrozas.
Van los campesinos del surco y la hoz.
Hijos de la tierra, singulares lampos de vida que yerguen sus frentes a Dios, puras, porque ellos redimen los campos.
Es el canto heroico de la tierra herida: el alma que tiembla vibrando de amor porque en esos hombres palpita la vida que brota del suelo convertida en flor.
Con sus estandartes van los constructores; van los albañiles y los carpinteros; van los comerciantes y los zapateros; van los panaderos y los marineros; van también los sastres y los peluqueros; van los dedicados a industrias textiles.
Ver los paladines del esfuerzo y del perenne trabajo desfilando a miles ceñidas las sienes de fresco laurel!
Ver todos los hombres que triunfan luchando: log que se desvelan cultivando ideales: los hombres que fueron parias trabajando pero que ahora tienen Garantías Sociales.
Los que no podian reit ni cantar: los que del magnate fueron estropajo pero que ahora pueden darse a respetar porque los defiende el Código del Trabajo.
Recorren los montes las ardientes voces con vibrantes vítores. Rugen las palmadas, y hasta ver los niños divierte que gocen brindando sonrisas y ardientes miradas. Francisco Villalobos Rojas.
Alajaela, setiembre de 1943. Este documento es propiedad de la Biblioteca electrónica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica