REPERTORIO AMERICANO 61 Versos de Pilar Bolaños (En el Rep. Amer. La presento Excepcional y admirable es el caso de esta esverso, su desdén por las limitaciones de la rima, critora salvadoreña, que proyecta su emoción y la gracia y originalidad de sus figuras y la insus inquietudes mucho más allá de la simple enteligente finura del detalle que tonalizan sus poetidad estética de sus poemas. Pilar Bolaños no tiemas y les dan, al mismo tiempo, elevación arqui.
ne aún veinte años y rara vez, en esa edad, el tectónica e intimidad humana.
artista prefiere el fondo a las formas, ni tiene la No podemos prever aún la ruta definitiva que personalidad suficiente para imprimir en sus creaella seguirá. Un talento múltiple como el suyo es ciones un sentido superior al de la alegría formal página abierta a todas las posibilidades, pero la de la belleza lírica. Ella da fundamentalmente ese madurez de su espiritu le ha abierto ya en las sentido a su poesía, como a su prosa, con lo cual que ella siga o el destino le imponga horizontes ha superado la etapa inicial de la creación ingede indudable excelencia en el ancho panorama del nua.
arte moderno.
Sin embargo, esto no es menos valiosoPilar Bolaños no desdeña el arte como fuente de ABELARDO BONILLA belleza en sí mismo, porque temperamentalmente es artista. Nos lo dicen la perfección sonora de su San José, Costa Rica, febrero del 43.
Pilar Bolaños.
y quebrando tu cuerpo para darte, por todos los que piden justicia, en pedestal humano, bronceado y palpitante.
Ya presiento a tu líder, con la bandera en alto, timoneando los vientos y sembrando en tu vientre rosa de fuego vivoalma nueva que vibre por tu pueblo vencido.
Mujer de Cuscatlán, estatua en barro fresco.
Mesón Líder cuando tú me cantas el adiós, señorita.
Que el viento acote fuerte con impetus calvajes que suena a mis oídos porque tú estás enhiesto como una bendición, sobre la roca firme de un ideal tengo para mis penas solfa de tus trinos Héroe con el destino marcado entre las manos, que llena de ternuras te veo solitario dominando la muerte mi novel emoción.
y atando en una malla las manos descarnadas Ven, sumemos las risas del pueblo esclavisado.
de tus ojos de niño, de tu boca sencilla Que el viento azote fuerte con impetus salvajes que no sabe mentir, porque tú estás enhiesto y en el ábaco oscuro desafiando la muerte, de la noche estrellada con el soberbio gesto llegarás a contar, de apresar la tormenta a leer y escribir.
que hiere tus oídos. caracoles humanosAh. discípulo inquieto que perciben la marcha triunfante de la causa.
que tienes en mi escuela un pupitre de ensueños Líder de los vencidos vel libro de mi amor, sobre el mar desolado para tus pillerías del hambre y la miseria, mi pecho se hace templo has de golpear la vida y para tus pucheros con tu verbo de fuego caricias de fervor.
y en milagro de luces multiplicar tu sangre; has de borrar os nombres que hoy engañan al mundo Estatua en barro fresco y batir tus anhelos con vigor de montaña.
Mujer de Cuscatlán, estatua en barro fresco, Traspasarás la historia manos de estrella virgen con tu voz de saeta, y boca de milagros.
lider de los vencidos, Que se abra el yunque nuevo que está mi pecho joven aun para seguirte de tu vientre trigueño y mi sangre que hierve y el viñal de tus venas para estampar tu nombre por los siglos del sobre un pueblo vencido mundo. Estatua en barro fresco, mujer de Cuscatlán, ara donde se quiebra Muchachito el ahullido del hambre; hilo donde se ensartan Muchachico moreno cuentas de llanto y queja; que vienes a mi escuela manos que prestan hueco a deletrear cor risas al silencio y al grito.
ini joven corazón, Mujer hecha lamento tengo para tus manos por tu pueblo vencido, un borrador de nubes Andas y en el asfalto dejas huellas celestes.
y para tus dibujos Tu pie, en que resumen de cielo un pizarrón.
su sangre los caminos, imprima sobre el rayo Muchachito que vienes de un pentagrama erizo.
trayendo la mañana las notas que sacudan metida como un libro el sueño del vencido.
dentro de tu bolsón, Yo te diviso, fuerte mujer de Cuscatlán, cascabeles de brisa vaciándote la sangre se quiebran en tus labios sobre nuestros eriales; al decirme maestrita inmolando tu pecho en gama de canción.
Para saciar las hambers Mesón, el de las puertas cerradas por el hambre: por tu suelo empedrado se deslizan los niños de la mano del frío y en tus gradas se enredia la risa de la muerte, acechando los ojos canosos de la abuela llenos de anemia triste, como charcos lunados.
Mesón, el de los cuartos hermanos del invierno: una tira de cielo deja ver en tu patio trece estrellas señoras en la casa del cielo, y aquí, entre tus paredes, se amontonan los hombres como estrellas malditas que escupe el firmamento.
Pareces ya cansado de rumiar la miseria, mesón: estás soñando con festines y sedas, estás pidiendo cielo para ensanchar tu patio gemelo del gusano Tienes las paderías marcadas con la ojera del candil proletario y en tu suelo rojizo hay trozos de pulmones floreciendo rosales.
Mesón, nido amasado con rencores llantos: sacude en tu guitarra las cuerdas del pecado y que tu foco enfermo no dé lu a las sombras.
Haz que se corte el agua de tu pila cuadrada para ver si despiertan de sed tus mesoneros.
Porque estás ya cansado de las toses resecas y de niños que mueren mordiendo los ladrillos.
Haz que suenen las cuerdas del pecado y del llanto para ver si despiertan al fin los mesoneros.
Mesón, con las ojeras del candil proletario, con el lomo desnudo galopando en la muerte. Este documento es propiedad de la Biblioteca electrónica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica