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REPERTORIO AMERICANO 135 por José III Editorial SENECA ¿Que he pintado un cuadro lúgubre? Esa Varsovia 35 México, México es la realidad. Estamos ante una revolución mundial; hasta que una nueva fuerza la transObras en venta: figure, continuará siendo una revolución hacia abajo. Es una revolución hacia abajo porEl problema social de la leEspaña, aparta de mi este cápra, por el Dr. Julio Beliz, por César Vallejo. 50 que el altivo período moderno ha sido un período de transición que no consiguió engenjarano. 50 La mujer, el amor y la vida, Memoria del olvido (Poedrar el ethos capaz de impulsar al hombre ha3. 50 por el Dr. Torre Blanco 50 sías) por Emilio Prados cia adelante, hacia ese mundo maduro de inEnfermedades venéreas, por el tegra democracia industrial que la máquina y Nabi. Poema)
Dr. Julio Bejarano 50 Carner nuestra tradición del alto destino del hombre 50 hacen obligatorio. Esta es una revolución de Espejo de alevosías (Inglateinercia, de reacción, pues tal es la única al Disparadero español (el alma rra en España. por ternativa a lo que siglo y medio de pensaen un hilo) por José BerDzelepy. 00 miento liberal y radical no logrará realizar: gamin 00 Niebla de cuernos (Entreacto un programa para llevar a la madurez la rePoesias líricas de Gil Vicenvolución orgánica hacia adelante. El probleen Europa. por José Hema es cómo revoluciona: la revolución.
te. Selección y notas de rrera Petere 50 Dámaso Alonso) 50 Aquí, en los Estados Unidos, estas palabras Paseo de mentiras, por Juan tienen un sentido. Que no tienen ahora en la Concordia y discordia, por de la Cabada 50 Alemania prosternada, en las igualmente prosJuan Luis Vives. Traternadas Italia, España, Francia. que tamducción de Laureano SánFray Luis de Granada: Matavilla del Mundo. Selecpoco tendrían aquí si limitásemos la prueba a chez Gallego (encuaderlas tendencias y evidencias de superficie, o linado en cartoné)
14. 00 ción y Prólogo de Pedro Salinas mitásemos la capacidad del hombre a la de 50 Piedras Blancas (Experiencia un factor económico social. Solamente tendrán de la Muerte) por Pablo Karl Vossler: Literatura española del un sentido si rehacemos en términos moderL. Landsberg 00 nos la creencia en la libertad humana; si creeSiglo de Oro. 75 mos (como creían nuestros abuelos) cue el Con el Adr. del Rep. Amer. Calcule el dólar a hombre puede transfigurar sus condiciones somáticas y su vida mediante un principio eterno yacente en sus adentros. Porque los hommos sino repetir los errores del superficial si humildad puede acaso hacer creadoras El esbres lo creyeron así bubo una historia humaglo xviii y el acomodaticio siglo xix, cuya co píritu racionalista y empírico puede perfectana; porque los hombres dejaron vitalmente secha está bien a la vista en Europa.
mente urdir la lógica de todo lo pasado; pero de creer en él después de Descartes ha habido Acaso diréis: Dadnos un programa prácti no podrá jamás predecir el futuro. En esta diesta revolución regresiva. No es este el momen co. Francia, habiendo traicionado a la Repú rección, se levanta ante él una incógnita: la to oportuno de entrar a examinar el sentido blica Española, ha caído por debajo de España. cifra misteriosa de la libertad humana.
de la libertad humana; ello nos llevaría a la Hitler profana París, capital del Occidente. La magia, dicen los indios, es un cambio de metafísica y la religión, temas para los cuales Inglaterra, nuestro único bastión allende cl actitud. Con un cambio de actitud hacia nueshay poco sitio en nuestras revistas. El lector mar, lucha sola. Dadnos un programa práctro destino como hombres y como americanos, que acceda a honrarme provisionalmente con tico. Si con ello queréis decir una solución en este momento que el hado nos concede, algo la benévola suposición de que esto es algo inmediata, en ese caso dirigíos a los demago semejante a la magia puede ocurrir. Podemás que una cháchara, debe acudir a mis ligos. Hay ciertas medidas que podrían tomarse, mos armarnos, podemos entrar en la guerra; bros. Aquí, lo único que puedo decir es lo y que deberían, sin duda, si no queremos emupero estos actos frustrarán seguramente si tesiguiente: la creencia en la libertad humana lar las estúpidas disposiciones pre guerra de memos armar al mismo tiempo el pueblo contiene dos formas de acción: personal y social. Francia e Inglaterra. Así, por ejemplo, debetra su explotación económica y lo que es La forma personal significaría una revolución ríamos declarar un estado de emergencia napeor aún psicológica; contra nuestros proen nuestra actitud individual, tanto emocional cional, ayudar a Inglaterra hasta que ésta puepios nazis, los explotadores situados en los como estética y religiosa. La forma social sigda prescindir de la ayuda, barrer todos los altos puestos que vociferan alrededor del panificaría una revolución social; o sea, en este consulados alemanes, nidos de espías en el país, triotismo para extraviar nuestros temores, y caso específico, mientras nos rearmamos o en rompiendo las relaciones diplomáticas, sujetar la contra sus secuaces y asalariados en los coletramos en guerra, significaría que tendríamos Industria a un sistema de servicio obligatorio gios, los periódicos, las artes, que continúan no sólo que conservar, sino que ampliar nues. lo que implica el librarse de una vez de los predicando la santidad y el único bien del tras libertades civiles, costare lo que costare, Knudsens. y entonces, y sólo entonces, levan confort. Debemos luchar, no creyéndonos tirando a la vez por la borda de nuestra po tar un ejército que, como medida normal de ni un ápice mejores que los alemanes éste lítica de hombres de negocios y empezando a paz, es una vergüenza y un peligro. Pero todo fué el embauco que corroyó el entendimiento instaurar esa justicia económica con la cual no esto no constituye un programa práctico para de Francia e Inglaterra, cuyas juventudes no puede coexistir el sistema capitalista. Pero la llegar a una solución; todo esto no son sino patardaron en percatarse de la verdad, cuando ya dificultad estriba en que no podermos enca sos elementales hacia la salud. El único prograera demasiado tarde sino con la conciencia minarnos directamente hacia esas finalidades ma práctico que podemos permitirnos hoy día de lo innoble de nuestra civilización, de la insociales a menos de aceptar un sentido de la los americanos es el renunciar a toda conclusión mundicia que yace debajo de nuestra brillante libertad humana que todos nuestros credos lipragmática. El precio de la libertad humana cultura, de nuestra responsabilidad en la exisberales y empíricos se empeñan en negar: un es el renunciar a la seguridad misma de la tencia de aquello contra lo cual lucharemos sentido de la naturaleza del hombre que tiene vida. El precio de nuestro maravilloso destino ahora, y de nuestra grandeza a causa del Dios forzosamente que revolucionar nuestros valo humano es el sentirnos humildes ante las tique vive en nosotros.
res estéticos y sociales. De otro modo, no harenieblas que hemos creado y que nuestra No sé hasta qué punto este cambio de actitud operará su magia en la vida americana.
Refiriéndose al intenso debate que en los Estados Unidos han provocado las resPero sí es seguro que ningún remedio menos ponsabilidades en el desastre de Pearl Harbor, The New Republic dice: El gran radical podrá ya desviar el presente rumbo pecado de Pearl Harbor es un pecado del cual la América es responsable. El pecado desastroso de los Estados Unidos hacia una de la complacencia, del exceso de confianza y optimismo, de la inercia, de la repughumillación no idéntica, pero sí análoga a la nancia a abandonar nuestro suave y fácil sistema de vida. Era muy trabajoso e incóde Europa. Los fascistas han trazado claramodo mantener patrullas de vigilancia durante las 24 horas del dia; como lo es presmente su línea en un triple frente, luchando cindir del automóvil, reducir la ración de azúcar, ceder una parte de las rentas para contra la justicia económica, contra la democracia poltica, contra la dignidad humana. Su la preparación de la guerra, suprimir muchas otras cosas frivolas y suntuarias. Tenemos éxito se debe a su unidad absoluta y a la paque tomar la guerra en serio, y debemos hacerlo con toda rapidez. Calibán. En El Tiempo. Bogotá. 26 II 42. Pasa a la pág. 143) 1 Este documento es propiedad de la Biblioteca electrónica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica