REPERTORIO AMERICANO 105 Alrededor de Maria (Eco de una controversia. En el Rep. Amer. las reperce así: Entre los asuntos de última hora que la de niño y muy inefablemente con prensa de Colombia trae, leo la controversia cusiones de la obra literaria de su amado herque se ha suscitado, sobre la paternidad de la mano.
novela María. Para complacer los deseos del editor del Siempre estamos de controversias en Co diario mexicano, me dió él una carta autógralombia! Somos un país de iconoclastas! Lo fa y también una poesía inédita de Don Jorúnico que allá crece son los políticos. Crecen ge. Todo eso se publicó en México en una y se multiplican como hongos. La política es edición dominical, sección especial del diario la mejor profesión, y, por lo mismo, la más ya referido, en julio de 1902.
popular de las profesiones. El país crece tam La poesía la conservaba sólo en su memobién, porque nadie podrá detener el crecimien ria Don Alcides, quien me la dictó. Creo que to de un árbol, de un niño! hasta los polí nunca ha sido publicada en Colombia. La comticos son iconoclastas! Su obra es destructora. puso el autor de María en la muerte de la esSin ellos, el país marcharía más rápidamente, posa de su hermano Don Carlos, muerta en mucho mejor. El país llevaría una vida más Cali en 1861, según Gustavo Arboleda. Dictranquila! en muchos de estos políticos, la cionario Biográfico) y según otras fuentes, en audacia es su fuerza mayor!
Junio de 1889. Es una muy tierna elegia. DiJorge Isaacs Isaacs fué un gran sentimental, un gran lirico, amargado, como Silva, por la estrechez Cubrid de niveas y fragantes flores de su medio; por las pasiones bajas y por la La tumba de la esposa inmaculada; envidia, planta frondosa entre gentes medioamor del poeta. Pudo haber sido la que más Dicha fugaz, desvelos y dolores cres, pobres y pequeñas. tarde fué su esposa o pudo haber sido alguna Halló de la existencia en la jornada.
Todo lo que vale, lo hemos discutido en otra adorable criatura de las haciendas vecinas.
No turbéis con lamentos y clamores, Colombia! No nos detenemos ni ante las más En cierta edad, las mujeres en la flor de los Seres que amo, su fúnebre morada.
nobles y heroicas tradiciones! Que Bolívar no primeros años, han sido siempre causa fugaz Sollozad en silencio, que despierta; estuvo en Boyacá; que Ricaurte no se sacride los más profundos ensueños y sentimientos!
Se ha dormido y descansa; no está muerta.
ficó en San Mateo, etc. Nada escapa a nuesEn una revista de Buenos Aires, se publicó tro espíritu destructivo!
Por lo que yo recuerdo, siempre me parehace muchos años la leyenda de que María Visité una vez, en asocio de un Profesor ción Don Alcides Isaacs, orgulloso en extremo vivía en Bogotá y que era una prestante danorteamericano, dotado de muy noble espí de la gloria literaria de su hermano. No es poma de esa sociedad.
ritu, la Academia Naval de Annápolis. Ba sible que haya podido hacer ni en la senecLa aludida era Doña Mercedes Holguin de jamos al sarcofago que guarda los restos de tud de los años, alguna declaración contraUribe, y nada de particular tendría que esa Paul Jones, el fundador de la marina de este dictoria de la paternidad de la obra, ante sus daima hubiera sido el sueño del joven poeta, gran país y cuando salíamos del zótano que hijos. Si alguna duda hubiera al respecto, queen los días en que concibió la novela.
guarda, bajo simbólico mármol, esos restos, el da disipada completamente con la declaración Los Holguien eran dueños de la hacienda profesor, con la ingenuidad del yanqui de bue muy perentoria que hizo en carta a la prendel Asombro, no muy distante de El Paraíso, na fe, me dice: Lo más probable es que no sa, don Santiago Isaacs, el hijo menor de Don hacienda del padre de Isaacs, que la había comsean esos los restos de Paul Jones, pero, allí Alcides y que se precia de haber sido el fiel prado de uno de los Martínez, de los ricos está la idea. Me impresionó el concepto, compañero y confidente de su padre, en sus terratenientes del Valle en esos días, cuando esa devoción a la idea, del patriota sincero, últimos días. Quién sabe qué confusión de refamilias opulentas y patriotas, por lo mismo inteligente y generoso, y pensé, en seguida, en cuerdos o de ideas hubo en la mente de su desinteresadas, contaban en los destinos del lo que pasá allá entre nosotros!
hermano Antonio, cuando hizo las declaracio país Allá todo se destruye; las históricas mura nes que le atribuyó un periodista o no sé si Recién llegado yo a Bogotá en 1904, tullas; las selvas que enriquecen el caudal de el periodista tergiversó los hechos.
ve el honor de conocer a Doña Mercedes, en los ríos; las aves, la vida silvestre, hasta la En cuanto a la autenticidad de los persu residencia en la Calle de Palau. Qué reputación de buenos funcionarios, han sonajes y paisajes de La María, la discusión gran dama aquélla! Me recibió, por lazos de sintetizado el sentimiento y el honor naciona no vale un comino. Esto también lo hemos familia con mi padre, con una gentileza sin les. En otros pueblos, se crean leyendas para discutido. Todo es real, menos la figura cenigual, que entonces yo adivinaba, pero que no fortalecer el espíritu nacional. Nosotros des tral, María, pero, esa figura estaba en el co apreciaba en todo su valor. No volví a verla, truimos realidades, pero al político audaz se razón, en el alma del poeta. Es la figura que cosa que siempre he deplorado. Murió no mule halaga, por conveniencias personales mo todos llevamos en la edad primera!
chos meses después de mi visita.
mentáneas. El espíritu nacional no cuenta! El paisaje es real. Tan real, que yo, nativo Ya en aquella época me interesaban las inLa nueva controversia sobre el autor de del Valle del Cauca, no me he atrevido a re trigas al rededor de María. Yo había leido Maria, afortunadamente, es esta vez un asun leer la novela para no sentirme triste, para no lo que en Buenos Aires se escribió sobre ella to de familia.
sentirme homesick en esta larga ausencia. Los y al preguntar a Doña Mercedes me dijo con Conocí y traté en mi adolescencia Don personajes y costumbres, son todos reales. El alegre sonrisa y gran discreción: Algún día Alcides Isaacs, hermano del autor de María. hijo del Señor de el rival de Efraim, el hablaremos de eso. Fué doña Mercedes en su Era yo un muchacho entusiasta. Los héroes y buen mozo de las patillas, que punteando la bella y florida juventud una de aquellas ilulas glorias nacionales me seducían. Un herma guitarra cantó aquellas estrofas, que empie siones que flotaron en la temprana juventud no del autor de la novela inmortal, era para del poeta, en medio de aquel paisa je ensoñamí una reliquia venerada. Así me acerqué a El ronco son de la guerrera trompa dor?
Don Alcides, un buen señor, un caballero afaLlamo tal vez a la sangrienta lid.
Sobre la aparición de María hay una inforble, que supo complacer mis entusiasmos jumación concluyente en el artículo que publiveniles.
era, según tradiciones de familia, el más tar có Luciano Rivera y Garrido. Este escritor Entonces escribía yo, y esto era en los code Doctor Martínez, dueños ellos de hacien cuenta que Isaacs decía a uno de sus intimos mienzos de la guerra de los mil días, corres das aledañas, como El Alisal, La Concepción, amigos, en vísperas de la publicación de su pondencias para el diario mexicano El Tiem etc.
obra: Yo he sentido la emoción de mi libro.
po, gran amigo de Colombia, dirigido por el María misma es el único misterio. Cuan. La sentirá el público?
Licenciado don Victoriano Agueros, muerto ya tas versiones y conjeturas se han dado a la Quien escribió aquellas páginas tan llenas hace muchos años y fanático admirador de la estampa, han resultado incomprobables. Rive de ternura, que se titulan Leyendo a Maria, obra literaria de Isaacs.
ra y Garrido, aquel otro delicado literato del es el autor inconfundible de la novela inmorDon Alcides, de un tipo inglés, más que Valle, encontró a casi todos los personajes de tal. Páginas queridas, demasiado queridas quiespañol o hebreo, lo cual prueba que por el la novela, incluso al negro Juan Angel, que zá! Mis ojos han vuelto a llorar sobre ellas!
lado de su padre había en los Isaacs mezcla era de sangre real africana.
Las altas horas de la noche me han sorprende las dos razas, gozaba con mis entusiasmos María fué una fantasía, tal vez el primer dido muchas veces con la frente apoyada sobre que a zan Este documento es propiedad de la Biblioteca electrónica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica