EDITOR: GARCIA MONGE 1Repertorio Americano EXTERIOR: EL SEMESTRE: 50 EL ANO: 00 o. am.
CORREOS: LETRA TELEFONO 3754 En Costa Rica: Suscrición mensual 00 SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA El suelo es lo única propiedad plena del hombre y tesoro común que a fodos iguala, por lo que para lo dicha de la persona y la calmo público, no se ha de ceder, ni fior a otro, ni hipotecar jomás. José Marli.
Giro bancario sobre Nueva York prócer para vender y revender en las escuelas públicas. Lo verá, lo observará, lo escudriñará y lo medirá con herramientas de biógrafo de crítico. No podrá aislarlo de su tiempo, ni destroncarlo del ciclo histórico que le corresponde atravesar. Fernando González tendrá que biografiarnos a Santander que con época, hombres y generaciones no logró abarcar el perímetro, la longitud y la latitud de la obra creadora de Bolívar. Esa fué la tragedia del genio, la agonía del caudillo y el calvario del gran iluminado de las Américas.
Como muy severamente lo apunta Othmar Spann, al hazte universal del jefe corresponde la obligación de los dirigidos de aceptarlo, de dejarse influir por él. Hay que merecerse el jefe. Es lo que ordena la historia. Pero semejante imperativo no es tan fácil de cumplir para la masa inerte. Nunca lo llena por completo. Esto explica la posición singular de los espíritus creadores. Porque para recibir lo grande es menester que una chispa resida ya en el pecho de quien la va a recibir. la masa se caracteriza precisamente porque le falta esa chispa divina. Merced a esa falta de receptividad, la buena disposición se convierte en su contraria, en odio contra lo grande y contra su creador; un instinto radical de la masa. Esto se muestra ya en los pequeños sucesos de la vida como describe certeramente Goethe: Fernando González Este mundo no está bien.
En balde eres probo y activo.
Se te quiere domar, Se te quiere anular.
Fernando González, agua fuertista del general Santander (De El Colombiano, Medellín, I, 40. Esta resistencia del montón impone al espíritu creador una nueva misión. El mismo tendrá que hacer de la masa una masa receptora. Ya dijimos que esto no puede ocurrir sino con mediadores. La lucha más terrible que se lleva en ese empeño es contra los genios simiescos. Se adhieren como sombra a los pies del caudillo.
Estamos seguros de que el Santander que a biografiarnos Fernando González será uno de los rostros históricos más originales, sagaces y perspicuos de la prócer iconografía nacional. Fernando González no nos regalará posiblemente un discurso patriotero y barroco sobre el hombre de las leyes. pero si nos pintará su mejor aguafuerte.
va JOSÉ MEJÍA MEJÍA En nuestra.
Sabemos que Fernando González prepara un cortante, incisivo, glacial y quirúrgico estudio biográfico sobre el general Francisco de Paula Santander. Con motivo del centenario de su muerte, naturalmente no será escasa en el país la bibliografía exaltada, ditirámbica y oratoria sobre este prócer nacional llamado fanfarronamente el hombre de las leyes. Pero fuera del fofo y sieteagostero rastrojo literario que producirá la república, nada tan urgente como la aparición de un biógrafo ecuánime del general Santander, que atisbe e indague su estampa con cenceña lealtad, y la sitúe en el plano histórico que justamente le corresponde en nuestras magnas crónicas.
El autor de Mi Simón Bolivar es un investigador de almas como pocos en el continente intelectual de las letras americanas. Fernando González no hacina fechas, ni colecciona nombres, ni cose hechos, situaciones y sucesos, que es la manera como nuestros sastres biográficos confeccionan para el expendio escolar la vida de un héroe. Nó. Fernando González va con seca intrepidez y fina bizarría a descubrir provincias psíquicas ignoradas, comarcas morales esquivas al ojo común y regiones del sér aún selváticas, espesas e inexploradas por los colonos elementales de la historia. Otros como Mi Simón Bolívar y Mi Compadre Juan Vicente no son meras copias notariales de existencias vitalmente repletas, sino verdaderas creaciones, descubrimientos, o mejor, redescubrimientos de vidas falsificadas, desfiguradas y desfacetadas por toda esa literatura de abarrote que ladran entre nosotros las imaginaciones de zona tórrida.
Fernando González, muy bien lo sabemos sus incontables lectores y admiradoresno es, ni ha sido, ni podría ser devoto del general Francisco de Paula Santander. Por el contrario, ha sido su más acre y corajudo instrumento de valoración crítica. Pero es que Fernando González se encuentra siempre al general Santander estorbando con parágrafos e incisos la marcha ecuménica al genio de Bolívar. El Libertador piensa, obra e intenta con su brazo la ciclópea plasmación de un nuevo universo en la nebulosa del mundo americano.
Para Fernando González, Santander, en cam bio, menudea fórmulas democráticas, verbaliza, parlamenta y delibera, esgrime el arma de la ley y afila la letra de los códigos para detener el puño creador del Héroe. Dentro del inmenso paisaje histórico del pensamiento y de la acción de Bolívar, es natural que la figura de Santander, un tanto leguleya, abogadil agirondina y locuaz, no logre alcanzar para un biógrafo de la causticidad de Fernando González el alto marco y cimero relieve que le asigna el común denador de los historiógrafos nacionales. iernando González no estudiará al general Francisco de Paula Santander con los mansos instrumentos de un historiador patrio, que necesita fabricar un (Viene de la página 78 Es esto, por el momento, mi querido amigo, lo que quería decirle. como expresión de lo que he sentido, de lo que he sufrido al leer en las páginas del Repertorio el proceso que, a propósito de la desaparición de Leopoldo Lugones y de Alfonsina Storni, le abre a la civilización de América la pluma vigorosa de Mauel Ugrie.
Un feliz año Su adicto amigo NIETO CABALLERO Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica