280 REPERTORIO AMERICANO Pinturas murales de José Clemente Orozco en la Universidad de Guadalajara, Jalisco, México (De la monografía del mismo nombre. Imp. Mundial. México. 1937. Envío de Laporte Soto. vir quien no le sea dado conocer la riqueza de esta orquestación enla obra realizada en los Estados Uni vuelve en virtuosismo la pureza que dos por José Clemente Orozco, pos antaño nos presentó desnuda. Pero cerior a sus frescos en los muros de nunca hay retórica en tal capacidad la Escuela Nacional Preparatoria de juego trascendente: todo es refiGuadalajara ofrece, en su plenitud, el namiento de gloria y reciedumbre.
talento de nuestro gran pintor. No es menos acendrada la obra de Cerca de quince años separan esGuadalajara. La actual opulencia entas obras capitales. Entre ellas la cierra la misma sencilla seguridad pridiferencia es manifiesta. Una transmera: Orozco es sobrio en medio de formación profunda ha experimentado su esplendor.
el artista, no sólo en sus medios de En los cuatro espacios en que la expresión, sino en su expresión mis cúpula queda dividida por dos ejes ma. Si bien es cierto que desde sus perpendiculares el uno al otro, hay primeros trabajos logra decir lo que verdadera composición, y no sólo un México había callado en el transprimario arreglo simétrico. Toda esta curso de siglos, la obra mural en la pintura fue concebida esféricamente, Preparatoria carece de la complejidad y no como simple prolongación de y riqueza que posee la de Guadala los muros sobre los cuales descansa jara.
la bóveda. en este diáfano ordeImaginación y memoria son arrasnamiento, el pintor engendra un estradas al mismo tiempo hacia una pacio vastísimo, multiplica la superEl hombre visión simultánea de estas dos etapas.
ficie vertiginosa de la cúpula. La creaEn la Preparatoria, el pintor es de cón de este espacio, peculiar en Oroz(Por José Clemente Orozco. una sencillez hermosa, enemiga de to. co y respirable en esta cúpula, es uno da simplicidad. Su voz es pura y de los elementos reales que nos emEl arte cristiano fue al principio esfuerzos, conocimientos, experiencias.
dueña de no sé qué carácter elemen barga con mayor impetu. Dentro de una glosa directa del arte pagano. una enorme figura, ahorcada, emtal que a veces nos inclina a preferir esta realidad concreta, rescatada por Algo semejante ocurre en el presen puñando un lienzo rojo. fuego, la voz primera, en vez de esta com el arte, viven las cuatro figuras fun te con el arte revolucionario que no sangre concentra la tragedia del plejísima con la cual se expresa sobre damentales. El movimiento de este posee aún capacidad de invención hombre la exalta imagen de relos muros de la Universidad de Gua mundo preciso, la gravitación de este necesaria. Los cambios logrados son beldía.
dalajara. No es que haya perdido firmamento es tal, que se diría un apenas los más externos y sin raíces, Se dice a veces de José Clemente la original pureza, la preciosa so vórtice perpetuamente alzado hacia el como aconteció al incipiente arte cris Orozco que es confuso en su ideobriedad exacta de los frescos aque espacio propio y que dentro de su tiano. Alegorías con carácter religioso logía y en su composición. Qué nellos. Después de una instrumentación propio espacio se restituye perpetua nos representan la ciencia, el trabajo, cio resulta juicio semejante frente a justa y sencilla acaso por ello más mente a sí mismo.
la lucha, la vida, ayudándose para una concepción tan precisa, tan cladifícil sostener su intensidad. José José Clemente Orozco quiso realiello con una imaginería ritual en ramente resuelta, no obstante la inClemente Orozco ha pasado a esta zar una obra materialista. Lo con que no se manifiesta, con exactitud, ensa complejidad que entraña tal blecer orquestaciones sinfónicas sin siguió. Ya no es ésta una tentativa, la transformación total que signi representación. Ni microscopios, caprecedentes en el arte de América. sino una representación clara y prefica el pensamiento revolucionario. duceos, overoles, martillos, máquiTal vez en su obra más reciente nas. Las alegorías pobres que se cisa. Qué pintar. Cómo pintar? Apenas hay un tinte nuevo sobre la mitologia burguesa repudiada. Oroz juzgan como nada confusas, fueron ce se planteó el problema por la base, desechadas por Orozco. El tema enory lo resolvió con su estilo carac me del hombre frente a sí mismo, terístico. El tema tornó a ser el tema ya sin dioses: he allí lo que este gran eterno del arte, variable y eterno: pintor anima y recrea en la cúpula el hombre, su expresión plástica den de la Universidad de Guadalajara.
tro del concepto materialista, aban El muro del fondo integra con la donando los procedimientos trillados cúpula un organismo perfecto. La y pueriles, las alegorías fáciles y impresión que nos causa estar rogastadas. El hombre: principio y fin. deados por el mundo de Orozco es Ya no hay dioses, mitos, esperanzas tan fuerte que hasta el visitante más o temores. Todo debe ser concreto: cmpedernido y profano, siente que la tema, formas, color, composición, es obra le está particularmente dedicar pacio para cantar el tema. Qué dis da. Es la obra más luminosa de tante el símbolo hierático de los bi Orozco. Sus dimensiones adquieren zantinos, el mundo teológico de los signiifcación mayor no sólo por el Primitivos. En cuatro figuras fun movimiento, sino también por el codamentales resume el pintor la filo lor entero rojos, negros, verdes, osofia materialista. En una de ellas cresque canta en apogeo.
vemos al hombre, pentafásico, inqui. Quién tiene la osadía de expliricndo, escrutando en toda dirección. car la pintura?
En otra, con una regla y un compás Aquí hay algo más que rebasa el en la mano comparación y medida. tema. Sentimos que nos subyuga una Frente a él, un cadáver de estudio, presencia noble alta. Nos sumerniorado abierto: el hombre sir gimos en la vida de Orozco. Estaviendo al hombre para su investimos inundados por todas partes por gación. entre el cadáver y el hom! frenesi razonado de su poesia perbre que mide, compara y medita, hay sonalísima, cálculos y figuras geométricas. Lue Guadalajara es dueña de los fres go la imagen del que aplica esos cos más hermosos de América. Por José Clemente Orozco. ILUIS CARDOZA ARAGÓN y Este documento es propiedad de la Biblioteca electrónica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica