REPERTORIO AMERICANO 205 Paul Gauguin: OTAHI En saldos de fresco nácar, incorporados al rubio color de arena fira yace aislada masa bruna, de pensamientos que muelen desconsuelo en sutil abandono.
Caracola de carnes verdi cobrizas, cuyas iridiscencias forman esplendente complejo con sentimientos de amargo desespero.
Horas de cansinas ausencias para este bello cuerpo primitivo, insensible a salvajes palmadas de sol y a glisandos de la brisa marina.
Sueño (Por Salvador Dalí)
Siguen playa y mar recogiendo las tibias gotas de su diáfana pena, y el dolor. brillante pareo. se ata a su carne y a su deseo a manera de recia venda.
en dos patas hacen equilibrio ei cauce de poesía, y sus cuellos aprisionan aire gris y halagueño.
Líricas pieles relumbrantes, en el fósil doliente de una tarde de ceniza fría y sol ausente.
Dos seres que desgarran las claras balustradas del vivir y estilizan formas entrañables en su constante erguir.
Pablo Picasso: Los AMANTES Diego Rivera: LA VACUNACIÓN Irradiante vino por escanciar, en la paridad exquisita de sustancia amiga.
Acción de gozo inefable, consumada sin lindes, dispuesta en bullente delicia.
Espíritus victoriosos con ramas y lucientes hojas aun sin nombres, retenedoras de concretas nubes armoniosas rutas. no conocidas de todos los hombres.
Seres transparentes, mantenedores de votivas lámparas que gastan ensueños, amores, deseos. vividos temas que motivan sus gargantas combustiones todas dadoras de resplandores imperecederos.
Para gozar; para decir; para esculpir este amor infinito; este amor seráfico; este amor maravilloso de dos seres, ineludible refugio impregnado de roseas luces joyel de cuerpos y espíritus diamantinosungidor del aceite luminoso.
Espiga de sangre, tibia carne de nardo, estirpe eternamente creadora, ritmo pulido de buena levadura.
Puente musical de rebosantes conyunturas.
No de humilde portal, ávido de sombras laca, ni en añoso pesebre de pajas desvanecidas.
Sí de tres hombres magos cabalgadores de ciencia, con altivos microscopios doman útil antitoxina.
No de sucedió hace dos mil años cuando lejano manto fue extendido; ni hay estrella oriental de crestada luz, manada de un nido.
Sí de inoculado niño que gime sobre trío de carneros hechos árbol, amparado en escuadras de médico y nurse, seres insolubles con batones helados.
No de catarata con antiguas ofrendas oro saltarín, cigarros de incienso y mira. ni llenan el programa querubines de vidrio en raudos giros de cromo, yendo de abajo a arriba.
Sí de tejido por vaca de cuerpos dormidos; moja su figura caballo de rítmicas crines; sugestiones convergentes, dúctiles yunques viyos, forjas evitadoras de males que desventurados gimen.
Salvador Dalí: SUEÑO Giorgio de Chirico: CAVALLI Dos arcos con finales de casco y calavera, en avance fantasioso de plástica de seda.
Verdad de límites y formas posibles que a las insomnes alas de Cosmos causa heridas.
Misterio deslumbrador de saltos mujados blanco y siena, que se quiebran volteando los costados.
Guía de emoción que se da y se estrena, empapada de voz interior suavemente se quema.
Dos garañones con gusto de ironía galopan por un mar de crujientes sueños, Hora medrosa, amanecer de playa sin mar, Vaga canción de luz entonada sin minutos; memorioso tiempo de claridad sin par.
Iuna mañanera (pupila quebrada)
avanza por la vaguedad nacarada.
Playa sin melodías dadas por vuelos de marinas aves, sin contrapunto por mar y palmeras.
Playa tempranera de pálida lupa ulcerada instiladora de azur en calma desvelada.
Silencio subconsciente.
regazo que muerde la miga del villorrio de sueños, la membruda embarcación. Este documento es propiedad de la Biblioteca electrónica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica