210 REPERTORIO AMERICANO Pájaros nuestros cacaen El soterré (Selección y envío del Prof. Sanuel Arguedas)
Poseido de un nerviosismo extraordinario, no se da un minuto de reposo; paYa tienen, los pájaros, y otros alados, El yigüirro reciera haber descubierto las leyes del mosu cantor. Cierto es que tenían a su estuvimiento continuo, y a veces creo que hasdioso profesor que los describía y clasiComo banderín de conquista agitado por ta dormido salta y canta.
ficaba; faltábales, las manos del viento, flameó la hoja del Su tamaño minúsculo no rima con la entre nosotros, un banano con el beso tenue del sol mañane música que su garganta emite, pues parece poeta.
ro, y se meció a manera de columpio, ba dotado de una fuerza sobrenatural para Los que revolotean en las páginas sijo la presión de dos patitas amarillo apa gritar desaforada y continuamente. El moguientes, no son pájaros académicos, mas ranjadas, volcando en el espacio el joye tivo mas insignificante, una ramita seca si ticos, muy nuestros. Viven en esas lelero repleto de líquidos brillantes, llanto que cruje y se quiebra, una ráfaga que tras, y si no tienen la acogida oficial, el de luna cuajado en el misterio de la no pasa silbando entre las banderolas del capoeta. Reinaldo Soto, o tú, lector ami. che sobre el manto verde de la gran Na ñaveral, u otro pájaro que zigzaguea en la go. en ellos se goza, y son agua en su turaleza; emergio, entonces, el preludio fronda, son para él felices oportunidades fuente.
de la sinfonia divina entre las brumas de para meter ruido.
El libertador abrió la jaula, volaron, la festiva mañana invernal.
Fabrica su nido bajo el alero mismo de aligeros, nuestros pájaros, en trinos por Después, lentamente, cual si el artista nuestra casa, ya sea en el fondo de un ca.
los campos; pero, como un milagro, que grandioso afinara sus ocarinas de cristal, charro cualquiera, o en un zapato viejo daron, para siempre, prendidos en la cá el yigüirro abombó el buche, diminuta ca colocado adrede.
mara lúcida del soñador.
ja musical, y entre crispaturas y escalo Sobre la caña blanca que sostiene las teUno de nuestros libros más bellos, Mi fríos, lanzó al aire la suave melodía de jas del rústico casón, va dando saltitos Pajarera, se ha publicado en San Ramón, sus trinos.
tras las arañas que caza para llevar a sus y es su autor Reinaldo Soto que no Así, serio, muy serio, con la seguridad polluelos ocultos en el cañón del viejo y del artista que sabe del divino tesoro y la es un literato: es un sensitivo, o más carcomido bambú, saliendo luego a bien, una placa sensible que recibe, con gama de arpegios que lleva en su gar rear su hazaña, en un cantar alegre, cual la luz, la imagen, y sabe, después, poganta, pulsó con manos invisibles las si en el saquito de su pequeño buche, las doradas llaves de mágicos flautines, y su manos de un artista estuvieran revolviennerla los renglones de sus páginas pequeña gaita sopló y sopló como un arru do los vidrios rotos de finas botellitas de bellas.
llo el instrumental embrujado y maravi cristal.
lloso del cantor carmelita.
Debe ser un pájaro de cuenta, porque San José, Costa Rica, junio de 1942.
Mientras tanto, abajo, sobre la blanca en todas partes se hace llamar de distinto 0constelación de las flores de café, su com modo. Aquí le decimos soterré; más allá, El majafierro pañera alisaba la modestia de su plumaje, curruchiche, y en el campo, esta mañana y calentaba sus polluelos con el amparo saturada con los azahares que reventaron Dicen que canta cuando el peligro nos tibio de sus alitas de seda.
bajo el cariñoso beso del primer aguacero, rodea o cuando nos acecha la muerte.
El cacique veranero el pequeño escolar me ha llamado para iCuentos de camino!
escuchar el canto de su maravilloso chinEn la penumbra de los amaneceres, Se vistió de sol y se llenó de calor; pa chirigui, que pude identificar con la miscuando la boca del sol empieza a soplar ra aplacar su sed tomó el jugo de una ma y alegre castañuela de nuestro cuento.
cintas rosadas y amarillas sobre los perfi. naranja que ha ido vaciando poco a poco, El comemaíz les de las montañas, oigo el repicar de su y, mientras su cabeza se oculta a medias campanita broncínea, que no es halo de picoteando dentro del cascarón, la fanta Chiquillo andariego, bullanguero y alemuerte, porque la Naturaleza toda canta a sía me está señalando un bello pájaro gre, se confunde con el color de la tierra mi alrededor su más bella estrofa de luz con sombrero amarillo.
en su eterno rodar a saltitos.
y de vida.
Seguramente lo han vestido de carmelita, En la noche, después del fuerte aguaEl pecho amarillo con delgados cordones eucarísticos, para cero que vino a bailar sus trompitos en el Bochinchero. Buen peleador, grita dulcificarle el carácter tan chichicaste, mal patio, escucho el argentado y rutinario insolencias a quien tenga la osadía de genio y buscapleitos; por un quítame allá diapasón de su canto, y me duermo penacercarse a su destartalado ranchito que esas pajas, asume posturas de gallito fino, sando en el herrero que al calor de su se imagina un palacio.
y hecho un nudo, rueda por el suelo con su fragua, está forjando sobre el yunque los Sin respetar plumas, color ni tamaño, contrincante, olvidando el peligro de ser pedacitos de acero de una dura y templavarias veces se ha reído del zopilote, ca atrapado, pues en tal actitud pareciera que dísima pletina.
balgando sobre su cuello como una amela vida le importara un comino.
Confianzudo, no teme a la maldad de los El cardenal Usa camiseta amarilla cubriendo un cohombres, y lo misno se mete entre las Caricia de flor roja luciendo sobre la razón bastante negro y una mala entraña, trampas que se le colocan, donde se suicida despeinada cabellera de la Naturaleza, es pues es cazador implacable que golpea a con altivez de quetzal, porque no soporta todo un derroche de subida escarlata colo sus víctimas. las mariposas. sobre los galcautiverios, o asalta el comedor en busca de granitos de arroz o pelotitas de masa reando la última estrofa, o el punto final vanizados hilos del telégrafo, y se comescrito por la mano de Dios con tinta car place luego en admirar el arco iris formacolocadas de antemano por el chiquillo curioso. Pienso que le dicen comemals per mesí, para cerrar el poema vivo de sus pá do por el polvo de oro de sus bellísiapodo, porque por su pico delicado apenas jaros, entre la divina sinfonía alada.
mas alas indefensas llevadas por la brisa.
caben pepitas minúsculas.
Una vez lleno, espulgándose bajo la sombra de la arboleda, debe sentirse muy valiente al deshacerse en gritos que parecen ANTONIO URBANO decir Aquí estoy yo. Algunas veces, en el silencio de la noche, produce un canto largo y nervioso; diríase que el chiquillo jugó mucho por la tarde y se desperto asustado, dando gritos incoherentes, para espantar el miedo. Madrugador y aseado, debe padecer de calor; por neral, no bien ha rayado el sol, cuando ya.
TELEFONO 2157 APARTADO 480 está erizo y abombado, zambulléndose en el agua estancada en las canoas del alero. Cuántas veces, secándose con los encajes de las brumas mañaneras, bajo la tibieza de los primeros rayos solares, nos ha participado de su ablución de altura, con el SAN JOSE, COSTA RICA salpique de una suave disolución de diamantes. REINALDO Soto baza.
EL GREMIO lo geAlmacén de Abarrotes por Mayor Este documento es propiedad de la Biblioteca electrónica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica