322 REPERTORIO AMERICANO sobreviviente insigne de las generaciones que Santiago Pérez educó en su colegio y adoctrino en su ejemplo. Cada año que pasa ha hecho más clara la inteligencia, mejor templado el ánimo, más diciente y fino el lenguaje de este noble repúblico, que tan honda huella de su personalidad excepcional viene dejando en la vida jurídica, política, social, de la nación.
Un tanto retirado ahora, en su atardecer vigoroso, de la profesión del derecho, que lo cuenta entre sus más grandes cultores, el doctor Rodríguez Piñeres ha vuelto sus actividades a la evocación y presentación de la grande época radical, cuyos últimos fulgores alcanzaron a irradiar sobre la adolescencia del historiador, y cuya savia doctrinaria y moral ha benchido de noble significación su vida de hombre público, escritor y jurisconsulto. Rodríguez Piñeres ha hecho anteceder esta representativa selección de escritos de Santiago Pérez, de una admirable estampa del maestro, trazada con esa precisión y esa sobriedad que le son pro.
pias, y que constituyen la elegancia de las letras.
De los variados aspectos de la personalidad intelectual y política de Santiago Pérez supo el compilador extraer, entre una inmensa mole de labor escrita, las páginas más representati.
vas y las que tienen un mayor valor de permanencia histórica, doctrinaria, estética. Ya se hizo mención del viaje de reconocimiento científico, hecho a pie o a lomo de hombre, por el Chocó de hace cien años, que es objeto del estudio del joven Pérez como relator de la Comisión Corográfica. Otra parte de la compilación está ocupada por ensayos de literatura, de moral, de derecho público interno, de derecho internacional, que no pierden actualidad, pasados los problemas contemporáneos que los suscitaron, por la solidez y universalidad de la doctrina. Después aparecen los tres magnos discursos de don Santiago, en el entierro de Murillo Toro, en la inauguración del Ateneo y en una distribución de premios universitarios, que figuran en toda antología nacional. Pero la parte más interesante del volumen, la constituyen los documentos políticos de Santiago Pérez, como periodista, como parlamentario, como jefe de partido, como primer magistrado de la nación, como anciano desterrado y proscrito. Contienen ellos tal sustancia de doctrina, revelan tan luminosa equidad, están animados de fe tan profunda e inalterable en el poder vivificante de las ideas, aparecen todos tan estrechamente ligados, al través de apartadas épocas y antipódicas circunstancias por una coherencia intangible de principios, que su lectura puede recomendarse hoy con más provecho acaso que en las épocas en que fueron escritos.
QUÉ HORA ES. Lecturas para maestros: Nuevos he.
chos, nuevas ideas, sugestiones, incitaciones, perspectivas y rumbos, noticias, revisiones, antipedagogía.
apego instintivo y natural, que pronto se convierte en amor. Amor incipiente, pero amor, del varón por la hembra. amor quiere decir admiración, necesidad de posesión del objeto amado.
Los estudios de antropología social demuestran que, en efecto, es amor lo que el infante siente por la madre. La psicoanáisis lo ha comprobado también con innumerables experimentos. Uno de los ejemplos más comunes que se da para ilustrar este fenómeno es el atractivo que el seno de la mujer ejerce en el hombre, el cual proviene del placer bucal derivado de este órgano en la época de la lactancia.
Este primer amor del hijo por la madre, experiencia ontológica del ser primitivo, predomina hasta que se pierden los primeros dientes de leche, entre los cinco y los seis años.
Como consecuencia natural a su amor, el niño siente celos hacia el otro hombre que comparte las atenciones y el cariño del ser amado, que es el padre, su rival, un rival muy superior en fuerzas, en destreza, en inteligencia. Enfren.
tado con una rivalidad tan desproporcionada, no le queda al niño otro recurso que imitar a este rival a fin de adquirir sus cualidades, a fin de igualarlo, de llegar a ser como él es.
El hijo se convierte por eso en émulo del padre.
Esta época de imitación del niño es, según la psicología, la segunda etapa en el complejo de Edipo. El niño se aparta ahora de la madre en cierta medida y concentra su atención en observar y en imitar a su progenitor. En la normalidad de los casos, el afán de imitar al padre, obliga al niño a admirarlo en todos sus rasgos y lo induce a imitar las características deseables, lo mismo que las que no lo son, las socialmente inaceptables, o personalmente represensibles.
La segunda etapa en el complejo de Edipo constituye el aprendizaje del niño en su carrera de hombre. Lógico es, pues, que la manera de ser del padre, sus ideas, sus conceptos, sus prejuicios, sus actitudes tengan mucho que ver con la formación del niño, el gran imitador.
Según lo expuesto, el complejo de Edipo es un fenómeno básico en el desarrollo del carácter y de las ideas del hombre. Sus afectos, sus preferencias, sus gustos, sus repulsiones estarán condicionados por lo que vió, oyo y experimento en esta época de su vida.
Esto no impide por cierto que más tarde el hijo se convierta en severo juez del padre, sobre todo si el hijo ha superado al padre en sus virtudes o rasgos de carácter, o en sus conceptos intelectuales. Es decir, que el complejo de Edipo, aunque fundamentalmente es el gran modelador de nuestras ideas y de nuestros sen.
timientos, no evita que éstos puedan alterarse, positiva o negativamente, por virtud de las propias cualidades o defectos atributivos del hijo.
Todo lo indicado es lugar común en cualquier texto de psicologia infantil. Bien sabido es también que los psicólogos modernos, en su rama especializada de la psicoanálisis, se valen de la teoría del complejo de Edipo para desenterrar impresiones o experiencias infantiles escondidas en el subconsciente que puedan explicar anormalidades de la conducta y que ellos corrigen haciendo comprender el error, lo absurdo, la inutilidad o lo inofensivo de la experiencia infantil, culpable de la anormalidad.
03:11 Edipo, la Esfinge y el mestizaje en América Por Antonio REBOLLEDO (En Rep. Amer. una Esquilo primero, Sofocles y Eurípides después interpretaron en el drama de la antigüedad clásica una vieja e inquietadora experiencia humana: el sentimiento erótico que el hijo siente por la madre. La leyenda que inspiró a estos poetas a escribir la tragedia de Edipo pertenece a la mitología griega, la cual, con su aguda perspicacia en los problemas humanos, no deja de advertirnos que Yocasta, madre y luego esposa inadvertida de Edipo, era mujer de señalada belleza. Cabe recordar también que, según lo menciona Homero varias veces, antes de consumarse el incesto, Edipo dió muerte a Layo, su padre.
El conflicto moral que plantean en estas obras los clásicos de la antigüedad con el tema inaceptable del amor de Edipo se resuelve, como es natural, en tragedia. No otra solución sería posible para censurar esta conducta, resabio instintivo del hombre primitivo, por parte, sobre todo, de escritores como los griegos, tan constante y tan profundamente preocupados con la ética social. Significativa es, sin embargo, la insistencia con que estos dramaturgos se ocuparon de este tema, insistencia que se debe en parte, sin duda, a que el asunto se presta admirablemente para la técnica del drama, ya que contiene de antemano germen de tragedia.
Pero no es de suponer que la historia de Edipo hubiera seguido interesando la curiosidad literaria y científica del mundo, si sólo se tratara de un entretenido y adecuado recurso literario, y no de un problema humano como lo es, universalmente sentido. De ahí que no solamente los trágicos griegos de la antigüedad, sino que escritores modernos como Corneille y Voltaire, para no citar sino los ejempios más conocidos, se ocupan también de este mismo tema. no diremos nada de la psicología contemporánea, que lo estudia prolijamente como una experiencia humana fundamental. En la actualidad existe una extensa literatura científica acerca de lo que ha dado en llamarse el complejo de Edipo. es que este tema que disgusta y causa horror al hombre civilizado en sus monstruo.
sas manifestaciones primitivas, constituye, en sus aspectos normales, como inicial motivación humana, no sólo una superación de atavismos ancestrales, sisno un modelador de actitudes sociales deseables. Examinemos brevemente lo que los estudios de psicología nos revelan sobre el complejo de Edipo, que consta de dos etapas distintas bien definidas.
Una de las primeras experiencias agradables del ser humano, luego de haber sido arrojado a este mundo hostil y frío, es el cuidado el sustento que el niño recibe de la ma.
dre, para quien, por estas razones, siente un Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica