DemocracySyndicalism

REPERTORIO AMERICANO 339 Beba cervera SELECTA De malta y lúpulo.
El Patronato Nacional de Presos y Egresados (En el Rep. Amer. en dignidad hasta la altura que armonice con su técnica, su cultura, su carácter y su voluntad.
No habría entonces ocasión de amasar grandes capitales con el hambre de quienes nacieron desposeídos y con la ignorancia de quienes en la desposesión no hubieron medios de cultivarse y capacitarse. El gran negocio del siglo en el seno de nuestras democracias incipientes es que haya honbres sin tierra y hombres sin alfabeto. Con ellos se acumulan las grandes fortunas. Con ellos se comentan las más horribles tiranías. En ellas descansan los fanatismos y la mezquindad de toda opresión.
Democracia no es cosa santa simplemente por ser cosa del pueblo. Democracia es cosa santa porque ella implica no privilegio, porque ella implica justicia, porque ella quiere decir igualdad. nosotros sabemos que cuando hay justicia todo viene por añadidura. Habrá libertad porque entre los iguales no es posible tiranía. Habrá cultura porque la cultura es la florescencia inmortal de la libertad. El conocimiento y el saber arrancan de la vida, de la acción, de la lucha, del trabajo, del ir y venir, del actuar y realizar. La experier. cia del hombre en la libertad es la más constructiva porque es la más libre, la más rica. a fuerza de libertad los hombres se hacen mas justos, nás sabios, más buenos, más poderosos para engrandecerse y desplazarse en todas las direcciones de la temporalidad universal, en los planos físicos del mundo y en los planos del espíritu.
Es verdad que un pueblo pervertido o desviado puede legislar con crueldad sobre las minorías vencidas y en caso así legitimar a éstas en preferir el absolutismo que les de la libertad a la democracia que los priva de ella. Pero una democracia así no dura, tiene que cambiar cuanto antes, pues la doctrina, la filosofía de la democracia es la igualdad de los hombres, la hermandad de todos los hombres en un Padre Universal, y si bien el criterio de las mayorías puede regular las relaciones sociales conforme el interés de los más, en ningún caso se podría creer a una democracia dentro del marco de su filozof a pol tica si en su seno hubiese una clase social que por carecer de la fuerza del número fuese privada de los atributos inalienables de la ciudadanía. La mayoría podrá decirme si debo o no consumir fuerza eléctrica en vez de gas, construir mi casa de ladrillo y no Jodo, hospitalizarme en la clínica privala o en la casa de salud común: pero no podrà privarme jamás del derecho de creer en Dios a mi modo, de pensar y decir lo que pienso, de asociarme, trabajar, comerciar, moverme; ni podrá esa minoría triunfante justificar o mantener de hecho un sistema en que la felicidad de los más. descanse sobre la desdicha de los menos, ya que esto no sería otra cosa que el crimen invertido de hoy en que vemos la felicidad de los menos sobre el infortunio de los más.
Cooperativismo, sindicalismo, minifundismo, sufragio, seguro contra el paro y la enfermedad y la muerte, socialización de los monopolios industriales y de los servicios públicos, librecambio o proteccionismo, moneda regulada moneda anárquica, laicismo o clericalismo, nada de eso dará asiento a la verdadera democracia y completará la transformación social si no se enmienda ese error tremendo de que la tierra creada por Dios para todos venga a ser obieto de patrimonio privado, venga a entrar dentro del comercio humano. La apropiación gradual por parte del Estado de la renta social de! Suels constituye el instrumento verdadero de la justicia económica y una piedra angular para la democracia.
San Salvador. El Salvador, octubre de 1942.
un de Corrían los últimos meses del año de 1940 en los cerros que se divisaban por la ventana, cuando yo desempeñaba las modestas funciones a un hombre que hacía una chapia en un de Alcalde del cantóón de Mora, con sede terreno sin labrar: sólo veía la mancha blanca Villa Colón. Hube de conocer entonces a un de su camisa coronada por el rayo intermicampesino simpático y de genio alegre, llama tente de su cuchillo herido por el sol. aquel do Ramón Cubillo, Moncho para sus amigos: rayo de luz aparecía y desaparecía ante mis cayó en manos de la justicia después de haber ojos con regularidad cronométrica. poco dessostenido un duelo a machete con otro vecino pués el calor de mediodía se baño en los gotedel caserío en que vivía. Fue uno de esos en rones de un aguacero que tamborileó ferozmencuentros, desgraciadamente tan frecuentes entre te en el zinc de mi casita: ya el sol no brinuestra población rural, en cuyo origen no hay llaba sobre la hoja del cuchillo, pero todavía añejas rencillas ni tampoco una mujer de por pude ver, sobre el fondo verde del cerro, la medio; uno de esos lances que sólo se explican, mancha blanca de la camisa que se movía al a mi modo de ver, por el abuso del licor y la ritmo de los filazos. Más tarde mi homcostumbre que tienen nuestros campesinos de bre pasó por el frente de la oficina, entre otros llevar siempre el machete al cinto. Precisamen. que volvían también del trabajo: no sé cuál de te la frecuencia con que esos asuntos llegaban ellos era. es lo mismo. todos eran igua.
a mi conocimiento en esa región, me movió a les; todos tenían la camisa pegada al cuerpo presentar a la Corte Suprema de Justicia por el agua y el sudor; todos venían sicios, estudio etiológico de los mismos en el cual, cansados. y yo, que había pasado el calor luego de puntualizar mi idea sobre las dos cau sentado en una silla a la sombra y que cuando sas que los originaban, pasaba a exponer que llovió tuve un techo que me cobijara, compala primera de ellas, o sea el licor, no podia ré una manera de vivir con otra y los miré paser sustraída de las necesidades del hombre sar convertidos en una procesión de gigantes.
del campo, a menos que se le buscara un sus por eso es que los domingos tienen que beber tituto adecuado. Consideraba yo en aquel tra porque tienen que olvidar; porque sin un pabajo que, después de haber visto de cerca lo réntesis de olvido, el lunes no tendría razón que constituía la vida diaria de un trabajador de existir. Esto era lo que decía, en términos rural, comprendía y explicaba perfectamente jurídicos, mi estudio sobre la delincuencia de dentro de mí mismo la necesidad de hacer del sangre en nuestros campos y terminaba propodomingo un medio de olvidar la semana. Des niendo que, mientras el licor no fuera elimide mi oficina estuve contemplando una tarde, nado mediante la creación de otras aspiraciones más nobles, al tiempo que se le daban al campesino los medios de llenarlas, lo único fac.
tible era hacer cumplir en forma estricta la ley de armas, que prohibía usar el cuchillo fuera de las horas de trabajo, para no dar lugar así que a un borrachera se convirtiera en una tragedia.
Ese fué el caso de Moncho Cubillo: con unos Tabletas a base de cloro orgá tragos adentro y enardecido por la fama que nico para desinfectar el agua de bebida.
siempre tuvo de ser bueno al cuchillo. lo Una o dos tabletas en un litro que en el campo es sinónimo de hombría, estaba planeand su chingo un día frente a de agua la dejan estéril a la una cantina cuando otro decidió convertirse media hora de contacto.
En frascos de 50 tabletas para en su rival y Moncho lo cortó. Hay que comprender lo que en el alma campesina sigesterilizar 50 25 litros.
nifica el tanteo. dos hombres armados de Laboratorios PAN ANDINOS. machete se miden, se demuestran el uno al otro Director CUSI, farmacéutico su habilidad, se tantean. Esto no puede ni San José, Costa Rica deber ser confundido con los casos en que existe el deseo de herir o de matar: es una traApartado 1351 Teléfono 2250 vesura ingenua, como la de los muchachos de Clorocid Este documento es propiedad de la Biblioteca electrónica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica