Repertorio Americano EDITOR: García MONGE.
CORREOS: LETRA TELEFONO 3754 En Costa Rica: Suscrición mensual 00 EXTERIOR: UN TOMO: 00 DOS TOMOS: 00 oro ere.
SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA El suelo nativo es la única propiedad plena del hombre, tesoro común que a todos iguala y enriquece, por lo que para dicha de la persona y calma pública, no se ha de ceder ni fiar a otro, ni bipotecar jamás. José Martí.
Giro bancario sobre Nueva York Documento vivo Carreta en el Chaco (En el Rep. Amer. Envío de José Pijoán, quien nos dice: Querido Don Joaquín: Le envío este documento para Ud. primero que sé le va a gustar y para los lectores del Repertorio si es que cabe. Se me imagina que será un consuelo para muchos. Suyo afmo. Primavera, Alto Paraguay. Junio de 1941.
Querido amigo: Han sucedido cosas maravillosas desde que le escribí la última vez y deseamos contarle todo lo que hay acerca de nuestra actual posición aquí en el Paraguay. Antes que nada deseamos agradecer a aquellos de ustedes de los que hemos recibido cartas de aliento, que nos han demostrado el gran interés que tienen en la aventura que estamos corriendo y en la calsa de fraternidad a la que deseamos servir.
Ha sido agradable recibir de ustedes noticias y esperamos que aquellos amigos con los que estuvimos en un contacto antes de nuestros últimos viajes aprovecharán esta oportunidad de mantenerse en comunicación con nosotros.
Deseamos saber lo que ustedes están haciendo y cómo están resolviendo los problemas que todos tienen, ahora que las nubes de la guerra se amontonan y se obscurecen sobre el mundo entero. Es posible que ustedes piensen que el trabajo aquí en la selva sudamericana nos ha aislado del resto del mundo. Pero no es así.
Oímos por la radio lo que está sucediendo en Rusia, en el Mediterráneo y en las ciudades bombardeadas de Inglaterra; nuestros corazones se angustian por los sufrimientos que se imponen los hombres de nuestros tiempos. Frecuentemente hemos sentido el anhelo de que precisamente estos dolores obligarán a afrontar la necesidad de una profunda revolución moral para que un nuevo orden pueda surgir de las ruinas de la guerra. Es un experimento práctico de este nuevo orden, que estamos trabajando aquí y ahora.
No pueden ustedes imaginarse con qué alegría les escribimos. En siete diferentes barcos, en grupos grandes y pequeños hicimos la travesía del Atlántico infestado de submarinos.
Parece un milagro y nos sentimos indeciblemente agradecidos y humildes por ello. El habernos podido reunir aquí en una familia grande, de 334 hombres, mujeres y niños, sólo pucde significar que tenemos una tarea verdadera y seria que realizar.
Ahora bien, qué queremos decir cuando escribimos aquí. Dónde estamos, precisamente. Recuerde que en nuestra carta de febrero relatábamos cómo habíamos enviado a hermanos desde Filadelfia para indagar dónde pudiésemos no solamente establecernos sino tener también la posibilidad de una expansión ilimitada. no solamente buscamos en el Chaco, sino también allende el Rio Paraguay, en el Alto Paraguay, pues ya habían apareciclaramente tres objeciones fatales para nuestro establecimiento en el Chaco mismo.
En primer lugar no consideramos nuestra tarea como la construcción de una bella Utopía sólo para nosotros mismos, sino como la experiencia viva y la proclamación de un modo de vida fraternal entre los hombres. Ahora bien; el Paraguay, debido a las terribles guerras que han diezmado su población masculina durante los últimos 70 años, no está densamente poblado en ninguna parte, con excepción de la capital, Asunción, y sus alrededores; pero donde se nota más esta despoblación es en el Chaco. La lo alto de los camiones, mientras que los espiúnica gente que allí hallamos fueron colonos nosos arbustos del Chaco desgarraban nuesalemanes menonitas de Rusia y del Canadá, tras camisas, arrancaban nuestros sombreros una escasa población de indios leguas y un como si pretendieran retenernos. Los baches gran destacamento del Ejército paraguayo. eran tan profundos que avanzábamos sacudiénEn segundo lugar la ausencia casi completa donos alocadamente. Después, como para vade posibilidades de transporte tornaba aún riar, llegábamos a una especie de canal, y éste más seria la situación, en dos sentidos. Sola había de ser cruzado por encima de gruesos mente con dificultad hubiésemos podido salir tablones que amenazaban a cada momento ceal encuentro de los hombres y a la gente le der bajo la inusitada carga.
hubiera sido prácticamente imposible encon Sin embargo, llegamos esa misma noche a trarnos. La falta de transportes hubiera sido tiempo a la estación del ferrocarril habiendo también fatal para el aspecto económico de cubierto en camión, en horas, la misma ruta nuestra vida; el flete, por ejemplo, para el al que habría requerido 40 horas en carreta. El godón que es prácticamente el único cultivo resto del viaje transcurrió bien hasta que lleen el Chaco, es exactamente cinco veces más gamos a Puerto Rosario, y entonces tuvimos gravoso desde el interior del Chaco hasta una sorpresa. Puerto. allí era más bien tísunción, que desde aquí donde ahora estamos tulo de cortesía que de descripción. De muelle hasta Asunción. Por esto no existe hoy día de desembarque no había ni trazas; solamente en el Ohaco ninguna colonia que esté colocada un simple banco alto de barro, en el cual alsobre una base económica sana.
guien había construído unos pocos escalones En tercer lugar, el Chaco, como se indicó de piedra. Subiendo esos escalones tuvimos que en nuestra última carta, es terrible desde el cargar, halar y arrastrar o rodar todos nuespunto de vista de la salubridad y de hecho no tros fondos y cacharos con un terrible calor.
es lugar en que sea fácil conservar la vida. Lo hicimos en horas y luego cargamos las Los meses de verano que pasamos en el Cha carretas que habían venido por nosotros y seco fueron una cruel e inolvidable experiencia, guimos lentamente hacia Primavera, nuestra especialmente las noches, que frecuentemente estancia recientemente adquirida, que se hallaeran tan calurosas que era enteramente impo ba a algo menos de 70 kilómetros al Este del sible dormir. Muchos nos debilitamos por el Rio Paraguay, cerca del pueblo de Itacurubi paludismo y nuestros niños adquirieron varias del Rosario. Ya desde el comienzo de esta úlenfermedades tropicales, de las cuales muchos tima etapa de nuestro viaje, notamos con alede ellos sufrieron después cruelmente.
gría la diferencia entre esta parte del ParaPor todas estas razones fué una verdadera guay y el inhospitalario Chaco del cual recienalegría recibir noticias de los hermanos que temente habíamos escapado. Para empezar, hahabíamos enviado al Alto Paraguay, en el sen bía más gente, mucha más. Esta vez verdadetido de que las condiciones allá eran muy di ros paraguayos a quienes nunca vimos en el ferentes. Habían encontrado una región, lla Chaco, en absoluto.
mada Primavera, de la que se consideraba que Algunos estaban conduciendo sus carretas, en todos los aspectos era apropiada a nuestros los grandes carretones de bueyes que ellos upropósitos. Era la primera semana de marzo y san para el transporte de troncos de árbol. Esuna vez más hicimos nuestros petates y nos tos tienen dos grandes ruedas con un diámepreparamos para otro largo viaje.
tro como de dos metros. Los troncos son izaSalimos del Chaco a más de prisa de como dos y equilibrados, colgando del eje de hierro, entramos. Alquilamos todos los camiones dis y todo el artefacto es conducido por una treponibles en la vecindad, y anduvimos 170 kiló menda suma de entusiasmo y con una alharametros dando tumbos por un pésimo camino. ca indescriptible, una especie de versión sudFué este un viaje lleno de emocioones. Estába americana del yodel suizo!
mos sentados, encaramados precariamente, en (Pasa a la pág. anterior)
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