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REPERTORIO AMERICANO 25 Respuesta al discurso de Stalin Una Canción por EMMA PÉREZ (Envío de la autora. Es un recorte del Magazine de Hoy, La Habana. Tu voz viene a tirar de la esperanza humana como tiran las lluvias del arpa de la selva, como tira del mar la luna desgarrada, como tiran del sol las auroras inmensas.
Eres el que de pronto puede plegar en arcos como estratos de rocas en montañas inmensaslos tórax de los peones que, en los surcos sembrados, propulsan el vigor de negadas cosechas.
Eres el que de súbito puede lanzar el grito. Ensayen corazones gozosos los humildes.
y ser obedecido por millones. iQuerido, voluntarioso, grande, perfecto, puro, libre. Llamándonos amigos, camaradas, hermanos y transido de amor. hermanos nuevamente, libertas, sobre montes y océanos incendiados, águilas y palomas que buscan nuestras frentes. pensamos en ti con fuerza y con ternura, en la erguida alegría que en tu anuncio nos llega, en las limpias faenas que a los hombres procuras, en la risa sin años que a los niños te acerca.
Tus palabras les dan a las islas que rasgan la túnica del mar, donde todo se quema, el mismo aliento vivo de salud y esperanza que a las tierras sin árboles dor de todo se hiela.
Tu mensaje navega en los juncos manchados por el loss amarillo, o en las balsas con miedo que penetran los ríos de los bosques trenzados de lianas, de reptiles y de oscuros esfuerzos ¡Ah, cómo recoger estos fraternos coros de canciones confiadas que buscándote crecen. cómo traducir la respuesta de todos. Sólo en la voz total mi palabra engrandece. No intento trabajar espacios solitarios: desde que con el fuego de tu voz me abrasaste, integro multitudes que regresan despacio de tiempos no girados por la tierra incansable. que a la vez ital es la voluntad que fundes! anegan bosques de horas, inundan cielos falsos, hallándose a sí mismas como a agua que discurre de la mar hacia un río que ya la va alcanzando.
Stalin! te nombran con la misma dulzura el hombre de la mina a quien la luz no besa, el de la embarcación, fustigado de espumas, y el de la plantación al que el trópico ciega Stalin entrañable. Voluntad. Energia!
Tu mensaje inmortal se nutre de lo eterno: viene de siglos y por siglos guía. Salud a ti por tierra, mar y cielo. Oh, vigoroso amigo. Oh, hermano y compañero. Cómo desnudaré la pureza sencilla que me permita dar sin aristas el canto tan madurado ya por tu voz en mi vida?
Yo sé que el montañés del Daguestán te ha dicho con vocablos apenas su canción estrenada iy mira qué caudal de voces necesito para ni balbucear lo que mi sueño te ama!
Nosotros te leemos y después nos mitamos con los rostros cambiados, casi desconocidos; pero como jamás nos decimos hermanos, pero como jamás nos sentimos amigos. Sabemos impulsar un empeño de alas!
Sabemos acudir a tu llamada unidos. Sabemos sostener la voluntad de marcha violenta e inmortal que de tu voz nos vino!
Oh Stalin. Oh querido, oh poderoso amigo!
Eres el que levanta designios de belleza cuando llega tu voz por todos los caminos y el hombre fraterniza con el hombre bajo ella. somos la mujer que en las auroras plancha, la que cose su noche a cada nuevo día, la que niños enseña, la que canciones canta, unidas a los hombres de la vega y la ría.
Lenin conversa, en el jardín de su residencia, con Stalin. Este documento es propiedad de la Biblioteca electrónica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica