REPERTORIO AMERICANO 21 AHORRAR es condición sine qua non de una vida disciplinada DISCIPLINA es la más firme base del buen érito LA SECCION DE AHORROS DEL Banco Anglo Costarricense (el más antiguo del país)
está a la orden para que Ud.
realice este sano propósito: AHORRAR todo lo que se hace con timidez o por timidez, resulta torcido y maltrecho. No la merely cen porque han sido hombres de claro inte.
lecto que han comprendido perfectamente los problemas de la laceria y la urgentísima necesidad de buscarles pronta y eficaz resolución, pero que no actuaron porque su sensibilidad estaba embotada y por ende no sentían sino tibiamente el desbordante dolor de una inmensa parte de sus conciudadanos. Se alega con inteligible sentido realista que la pobreza es un mal necesario, cuya curación debe dejarse al tiempo. Quizá sea lo más cómodo aceptar que eso sea así, pero de ninguna maj nera puede predicarse lo propio de la abyecta miseria que es tan repugnante como fácil de remediar, y que si se ha enseñoreado del mundo desde los albores de la existencia es porque la especie de los hombres anda muy flaca en punto del elemento divinamente humano de la imaginación.
Una miseria escandalosa, exasperante y ruín ha sido siempre la más grande y difundida enfermedad del cuerpo y del alma de tan gran proporción de los costarricenses, que in tentar adentrarse en guarismos produce indescriptible desazón.
No se debe confundir la pobreza con la miseria, son cosas muy distintas y hay que da ferenciarlas cuidadosamente si se quiere comprender la enorme importancia de la Ley del Seguro Social Obligatorio. Holguémonos en pensar con intima fruición en lo que significaría trocar el hogar del miserable que es ne cesaria e invariablemente abyecto, por la honesta morada del pobre, dentro de la cual la dignidad y al alegría de vivir hallan cabida.
Vislumbramos al instante una patria grande, digna, noble.
Ya no se estiman como civilizados, y en efecto están muy lejos de serlo, los países que no han resuelto los problemas agudos de la extrema pobreza, que es lo que constituye la miseria En fechas cercanas el costarricense se sentía lastimado en sus sentimientos patrióticos cuando, ruborizándose, tenía que confesar a los extranjeros que, por absurdo que eso palreciera, carecíamos en absoluto aún de la más rudimentaria legislación social. En realidad la redentora medida se ha adoptado tan tardíamente que tal pareciera como si ese caballero de fina inteligencia y corazón entero, nuestro Presidente Calderón Guardia, hubiera sido predestinado para dictar la que bien puede llamarse Carta Magna de nuestra legislación social: el Seguro Social Obligatorio, que no cede de ninguna manera en importancia a nuestra avanzadísima Ley de Educación Ca mún, de la que estamos tan justamente ufanos. Habíamos organizado bien y oportuna mente las cosas del espíritu con pecaminosa omisión de las que atañen al pan.
La Ley del Seguro Social Obligatorio es tan vasta, tan comprensiva en sus alcances de bien público, que aun la contribución del patrono, ique a primera vista parece ser a título gratuito, redunda en su inmediato beneficio, porque a menos que no sea un monstruo, y el tipo medio del patrono no es un monstruo, dei bemos presumir que ha estado cumpliendo con la ineludible obligación moral de auxiliar pecuniariamente a su empleado, para ayudarlo a sobrellevar las más apremiantes y angustiosas vicisitudes del pasar, y que son taxati.
va y precisamente aquellas que contempla el seguro social obligatorio. Pero hay algo más importante y tangible: los patronos ipso facto quedan excherados de contribuir por muchos conceptos a la desdichada beneficencia or nizada, que es sin duda la forma más cruel y denigrante de socorrer a los menesterosos. La caridad planidera, llorosa y menguada, ha venido a ser reemplazada por una digna cooperación en que no habrá ni protectores ni protegidos: habrá justicia.
Hay una sola protección que no empequeñece, que no humilla, que no infama: la de Dios!
No es insensato que un hombre pueda pro)
teger a sus semejantes. Por ventura el Creador hizo dos hombres distintos, el protector y el protegido?
Es tan ciegamnete fanático el respeto por todo aquello que afecte o pareciera afectar en lo mínimo la riqueza de los costarricenses, sus sacratisimos, irrestrictos derechos de propiedad, su egoísmo de verdaderos campesinos normandos, que esta cuerda y benigna medida del Seguro Social, que nada tiene de revolu cionario, nos llega con medio siglo de retraso y ha sido presentada con notoria timidez, con mil prevenciones, y no es aventurado decir que casi ofreciendo excusas por la aparente osadía.
Afortunadamente al procedimiento cauteloso ha seguido la actuación decidida y firme del gobernante, y no se sabe qué alabar más en el Presidente Calderón Guardia: si la patemidad de esa sabia y humanitaria ley o su de terminación y gran tino al hacerla efectiva, como lo demuestra palpablemente la hermosa realidad de que la Gerencia y el Primer Directorio de la Caja del Seguro Social hayan sido integrados con maravilloso acierto con elementos de mayor valía en la República.
El capital grande o chico, de alma de conejo, pleno de suspicacias morbosas, con sus incontables proteiformes temores, ve con zol.
zobra mal disimulada la nueva legislación, que se le antoja que puede rozar las bases mismas de la institución de la propiedad. Que esto es absurdo? El miedo siempre es absurdo. Será pues, menester explicar con palabras al alcance de los niños, que se trata simple)
mente de un pequeño tributo rutinario como el aduanal, el comercial, los municipales, que en nada afecta las crueles prerrogativas de los menos, de poseer, de acaparar, de explotar sin tasa ni medida a los más, a la innúmera comparsa.
Hablando directamente al bolsillo del patrono, cabe recordarle que esta es una magnífica inversión, porque sus empleados trabajarán más y con mayores resultados cuando se hallen, dentro de lo posible, exentos de los temores que más incapacitan, los que corroen las energías como un ácido, los cuales son sin duda alguna los terribles que engendran la miseria, la enfermedad y la muerte.
Debe tenerse por descontado que a los trabajadores, que obviamente constituyen la in mensa mayoría de los habitantes del pais les parecerá mentira que sea verdad tanta belleza, y habrá que acostumbrarlos, poco a poco, a ideas tan nuevas, tan tremenda y espantosamente avanzadas, atrevidas y casi heroicas. humanidad puerca y mal oliente! como la de que si se enferman habrá quien los cure en vez de dejarlos perecer como perros; como la de que si se les quiebra un hueso que no se suelda, o las enfermedades los dejan baldados y ya no pueden ganarse el sustento, eso no significa fatal y necesariamente que tengan que sufrir infinitas miserias perdurables; como la idea de que la vejez trae por fuerza la muerte lenta en el más espantoso desamparo; como la de que cuando no haya quien compre lo único que pueden vender: la mercancía trabajo, porque ésta esté abarrotada, no por ello se les negará el derecho de comer para un simple existir. lo que es más. oh maravilla de maravillas! sus padres, sus hijos, sus compañeras podrán vivir, isantos cielos! podrán vivir como si realmente fueran seres humanos.
En razón de que el seguro viene a llenar positivas, agudísimas necesidades sufridas desde hace años incontables; y porque está llamado a llenar necesidades de orden rigurosar mente biológico, las gentes en muy poco tiempo se acostumbrarán a disfrutar de sus beos diciones como de la cosa más natural del mundo, como del aire que respiran, como del agua que beben, y se preguntarán azoradas si no era un sarcasmo macabro llamar civilizado a un país que ni siquiera garantizaba a sus habitantes un humilde pan cotidiano.
Un llamamiento al pueblo alemán (Es un recorte, texto inglés: envío de José Manuel Peralta, Grecia, Costa Rica. La Brithis radio trasmitió en alemán Ningún artista ha realizado su trabajo con este llamamiento de Thomas Mann. el intento de acrecentar la gloria de su país.
También lo registró el Columbia Broad La fuente de producción es conciencia indicasting System, en Hollywood. vidual. vosotros, alemanes, no os toca darme las gracias por mi obra, aun cuando lo Alemanes que me escucháis, quien hoy os deseárais. Así es. No se realizó a causa de voshabla, ha sido, en el curso de su larga vida, otros sino por intima necesidad, lo bastante afortunado para hacer algo por la Pero hay una cosa que sí se ha hecho a reputación intelectual de Alemania. De lo que causa de vosotros, que se ha desarrollado de estoy complacido, pero de lo que no tengo la conciencia social y no de la personal. Dia derecho a enorgullecerme, porque ha sido cosa a día estoy más y más convencido de que lledel destino y de mí no dependió.
gará el momento, y, en realidad, ya está a un Este documento es propiedad de la Biblioteca electrónica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica