Sandino

150 REPERTORIO AMERICANO Clorocid manos.
grano intos.
Sin notarlo, este Maradiaga de ahora, sin es ella. Tan juntas eran las sombras que se tocaban pada, sin chupas ni collarines, sintió una ligera y se fundian.
confusión. Pensó que era el lastre de la Demo. Mira la sombra, dijo.
cracia. Uno de los suyos, señores de altas voces, Ella miró y se puso encendida: La estaba no se confundió, de seguro, porque tomaba a las besando.
hembras con derecho de señorío. Pero él, ya civi El pensó que a la abuela no se le veia el ribor Tabletas a base de cloro orgálizado y a pesar suyo, democratizado, tenía una y tuvo una sonrisa para el hipotético viejo Manico para desinfectar el agua de confusión de tú a tú con su propia sirvienta. radiaga.
bebida.
Ella adivinó instin rivamente. Bajó los ojos y Había un extraño perfume. La tomo de las Una o dos tabletas en un litro cogió con sus delgados dedos el delantal. El se de agua la dejan estéril a la incorporó reaccionando. Era el amor tomado así Esta cosecha no se perdería y la raza seguiría media hora de contacto.
en una noche de soledad, sin refinamientos ni aclarándose palabras.
Afuera, la noche estaba cargada de sagrados En frascos de 50 tabletas para Su figura se proyectó en la pared al lado de pólenes, esterilizar 50 25 litros.
Horizonte quebrado Apartado 1351. San José, Costa Rica Cuando murió Sandino decidió venirse a las diluido en el campo, con las aletas abiertas de la afilada de grillos. Al extremo, contra el horillanuras; era distinto el paisaje de su tierra se nariz como la bestia sin pareja, como potro rezonte, un filito de luna sobre la cabaña de pajas goviana. Aquel, un horizonte hecho a dentella pleto de ausencias.
era pico de garza peinándose las plumas. Para das; éste, tirado a cordel. Le sorprendió aquí la Algunas tardes se atrevía visitando a la niña.
quien tuviera entre sus duros brazos aquella mupereza de los caminos tendidos en el llano, tan Discretamente le daba a entender que todo aquel chacha color de milpa madura!
diferentes, y en el infinito su mirada perdida en afanarse bajo el sol, encorvarse a la tierra hasta De repente, ruido de pasos tímidos triscando en el lomo plateado del mar.
desfallecer, era para que, algún día, le llenara ella el camino. Sombra que se acerca cautelosa.
Su instinto quería lavar la pólvora de tantos el hueco de su tapexco de varas de guasimo en Vió cómo el hombre se inclinaba levantando años terribles; vida como el horizonte de aquellos las noches calladas y truncas.
cuidadosamente el hilo alto del cercado y pasaba.
paisajes; había que lima los en el llano, tender El año que viene sembraré, también frijoSu corazón, mucho tiempo descansado, salto den.
al sol su conciencia, desgastar la voluntad de les.
tro del pecho como pájaro en la jaula.
guerrear; olvidarse. Ojalá no le venga el chapulin agora.
Creyó que el hombre se llevaría el Se deslizó de la cordillera por el camino pol. la por qué? Ya verá después. Si alguien ternándose en la huerta. Pero no, se vino por voriento; para sus piernas de potro no era menes quiere venirse conmigo, hasta yunta propia y ronda a la sombra de los tigüilotes del cerco, se ter el potro; para eso subió muchos repechos en cuajada de mis vacas tendrá.
llegó a la huerta vecina y silbó ligeramente. Fué las largas jornadas y se hizo de una salud sal La milpa se estaba poniendo rubia; era rubia una sorpresa trágica para su corazón alicaído.
vaje.
la tierra con el vello de todos los maizales huerAquella sombra sujetaba la estrecha cintura de la Su juventud primera quedó diseminada en las tancs inclinándose uavemente con la brisa, mano niña de suave piel de fruta rubia.
brumas de la noche segoviana rendida en la dis de mujer sobre la piel de la tierra. Rubia bajo Ni lo supo ni se dio cuenta como. Brasa tancia; su manta no cobijó mujer alguna; apenas el sol de agosto, bajo este claro cielo sin secreprendida, su corazón quemándole la vida, Brasa el fusil caña que le sopló la vida calentó los encendida su mano sobre la cabaña y la milpa.
sueños ingrávidos. El amor talvez se desplomó La milpa granada estaba ya de dobla; había Pero rabigacho torno al paisaje quebrado mientras violento en cualquier hembra conmovida de miedo. que cuidarla del animal del del la noche azul se teñia de rojo en el incendio.
anda que Ahora era distinto.
en dos patas, no fuera a ser que el mapachín Managua, Nicaragua, 1942.
Camino. Bajo el alero de paja de una cabaña vestido se la llevara.
encontró sombra en hilachas.
Recorría el sembrado. Un día observó que alCómo ser rico Buenos días dijo con ligero canto guien había desflorado unas mazorcas y decidió De George Santayana, en el 29 tomo ronil.
espiarlo; las huellas del pie desnudo se perdian de su novela El último puritano. Edi Dios lo bendiga.
en el trajín del camino; de seguro en cada viaje. torial Sudamericana, Bs. Aires, 1940: La muchacha, hecha de barro, agazapó instin cargaba un zurrón. Es cierto lo que dicen, de que tu padre tivamente su sonrisa; le dió de beber de comer.
Era necesario hacerlo de noche.
dejó diez millones de dólares?
El podia haberse relamido luego con la presa Apercibió su escopeta y tras una mata esperó. Oh! no; ni la mitad siquiera; bastante enfrente; pero había una suave voz en la niña se le venía a los labios una sonrisa maligna de menos de la mitad.
de piel de color de níspero que dulcificó los ojos; recuerdo allá en la tierra lejana, cuando en ace.
un balanceado andar que meció su celo. cho, durante muchas noches, sin que se le ace Pero, aún así. siempre te habrán quedado dos o tres millones?
Se quedó. Un huertero viejo le vendió el lerara el corazón por la costumbre, esperaba al¿Tremendo, verdad? murmuro Oliver predio lindante. Se anudaron a su cuello de fo guna patrulla para sorprenderla y despojarla. SinEs tan arbitrario el poder heredar una rastero las miradas desconfiadas de los vecinos; cronismo de ametralladoras agujereando el claro suma así, y tan difícil el saber como emplear estas gentes siempre temen algo porque la expe cielo, tiro de fusil perdido en la noche.
ese dinero. Actualmente, no gasto más que riencia les advierte en el hombre extraño al gavi Pero aquí, no. Asustar al ladrón nada más; una pequeña parte de la renta, y el dinero se lán sobre la pollada.
no volvería. Almacenaba muchas ilusiones para va acumulando, y aumentando la responsabiPero había que trabajar; arregló el alambrado voltearlas sobre el pasado. De lejos había venido lidad. Estas palabras, apenas pronunciadas.
de la huerta, empajó la casa, removió la tierra al llano para tenderse suavemente en la vida apale sonaron mal a sus propios oídos. qué con las yuntas alquiladas, repartió el maiz en cible amando a la pareja. No era un animal mosexhibir de ese modo sus escrúpulos y hablar los surcos.
trenco sujeto al lazo del campista.
esa pedantería? Como pretendiendo boY en las noches tibias y húmedas de la puber Tendió la mirada sobre la huerta. Sus ojos rrar la desagradable impresión, añadió en voz tad de la tierra, aspiraba nostálgico el perfume complacidos se extasiaron en la noche diáfana alta. Cuánto mejor se las compondría Mario, si estuviera en mi lugar. Mario tiene por el momento todo lo que debe; pero, más adelante, no me cabe duda que sabría cómo ser rico. El ser rico es un arte o una tradición. No vayas a imaginarte que uno cumple con su deber distribuyendo ELECTROCARDIOGRAMAS su dinero entre los necesitados, a ochavo por METABOLISMO BASAL cabeza, y dejando el mundo tan menesteroso y desolado como si no hubiera riqueza alguRADIOSCOPÍA na. La misión de los ricos no es dispersar las CORAZÓN APARATO CIRCULATORIO riquezas, sino cultivar el arte de vivir, crear casa, bonitas y corfortables, buenos modales, Consultorio: 100 varas al Oeste de la Botica Francesa buenas palabras, buenas obras de caridad. Uno no puede, individualmente, clevar el más baTELÉFONOS: 4328 y 3754 jo nivel de la vida, pero sí puede elevar el nivel más alto.
monte vaу con Dr. GARCIA CARRILLO Este documento es propiedad de la Biblioteca electrónica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica