REPERTORIO AMERICANO 275 Beba cervera SELECTA De malta y lúpulo. Después de la cena y al verir la noche oscura y lluviosa había en los ánimos una vaga sensación de miedo. La familia reunida en apretado grupo junto al fogón en llamaradas, comenzaron a conversar con ese tono peculiar de añoranza quejumbrosa en armonía con las sombras, la lluvia, el croar de los sapos y demás ruidos de bosques y quebradas repletas de agua. Era esta la hora de la narración, cuando los chiquillos son todo oídos, porque para ellos es la hora de los sueños de su rica fantasía. Uno de los cazadores, joven y fuerte, contó así: Ni me quisjera acordar de lo que me sucedió una vez que fui al monte con tío Nicomedes. La víspera había Movido como hoy, mucho, pero a la mañana siguiente alumbró el sol muy claro, entonces nos alistamos y nos fuimos derecho al cerro de Canelares. Esto sucedió al Oeste de Santa Cruz, en una rama de los cerros de Sardinal. Anduvimos como un perdido (expresión popular que quiere decir: anduvimos mucho) durante toda la mañana y sólo dos pavas habíamos podido cafui envainando la cutachita poquito a poco zar. eso de las doce descansamos un buen cuando me resolví a gritar a mi compañero, rato y como el tiempo era bueno, resolvimos sin quitarle ojo al gato, y tomándole punte di un grito y más bien me asusté, pues mi seguir en el monte, pero nos separamos para ría, le suelto el tiro, pero sólo sonó el pas voz no era la mía, la oí ronca y distinta.
ver la suerte de cada uno. Tío Nicomedes se del tubo y con la misma me cayó el animal Me empunché (hice Jesfuerzo) de nuevo llevó los perros, yo seguí solo con mi jua los pies, se fue retorciendo el monte otra y volví a gritar, ya con más claridad. Me sil (fusil. Me fuí por la orilla de una quevez alrededor mío y yo presentándole la cu fijé er: mi enemigo y lo vi quietecito, hecho brada entre los platanillales en busca de los tacha, hasta que, rascando, rascando de una pelota, como dormido. Entonces me dije: saínos. Los grandes espabeles y los mataparéculada volvió y se echó con la cara sobre ahora es tiempo y arranqué a correr pero el los hacían una sombra oscura como si ya las manos sin dejar de verme. Creo que me miedo me hizo volver a ver para atrás y veo fuera a entrar la noche, eso me gustaba porestaba guardando para la cena, pues no me venir al gato al trote, siguiéndom. Me paré que así me ocultaba mejor y podría cazar había querido comer.
de frente y le dije: Animal del diablo, que algo. Llegue a un clarete y wi huellas de Abrí la tubera y vi que aún me queda es lo que querés, comeme si te da la gana. venado fresquitas. Miré hacia adelante y vi ban dos tubos. era escopeta de las antiguas) dije a trozar monte con todas mis fuerzas como a cien varas a una venada en una fal volví a dispararle al overo y nada que hizo para darme valor. Vi er eso que el tigre leda con el pelo iricito, iricito. cricito, erifuego el chopo (fusil) y otra vez lo tengo wantó cuanto pudo la cabeza y se suspendió, cito) berreando y pateando, con el frente a mis pies para jugar la misma forma. Ay!
pero para atrás, mientras yo me quedé heponde yo (para donde mi. Entonces me amigos, para no cansarlos les digo que tres lao, pues creía que era mi útimo día cuando agaché para que no me viera y seguí el trillo veces disparé y sólo los malditos tubos reven lo ví saltar. El se alejó de mí a to to correr, para buscar donde hacerle tiro. En frente de taron. La última vez me afligi todo, porque al tiempo que con gran bulla pasaban junto yo (de mi) había un matapalo muy gael sol ya estaba bajito, caramba! tenía ca a mí los cuatro perros, y como corrían sm cho y en su tror. co una matorra (mata)
nillera. Saqué la cutacha y me puse a tro ladrar creí que sería otro tigre que me llede uvita bien tupida. Bueno, yo con el juzar monte de revés y derecho echando paso gaba por retaguardia. Yo me quedé politieso, sil en la mano caminé con mucho tiento y hacia atrás de vez en cuando y sin quitarle abrazado al jusil, cuando en eso oí el grito en lo que me agaché para pasar debajo del ojo al uñudo. Así logré pasar debajo del pade tío Nicomedes y el jai, jai, jai. de los palo oyi ñeeee. y doy un brir. co para lo, siempre cortando monte y procurando ha perros. Sentí un calor que me corría por las atrás buscando al mismo tiempo el animal cer bastarte ruido hasta que había caminado venas, al tiempo que vuelto en sí decía ijuque gruñía, pero no vi nada. Me paré un como unas cincuenta varas. Me detuve un le, jule, jule! atojando a los perros y grimomento, tiré pupila a la venada y ahí momento y me volví luego para echar a taba a todo pulmón. Al rato llegó tío Nicoestaba, siempre pateando y berreando, no correr, pero en eso vuelvo a ver para atrás medes y le dije: Sigamos tío, es el tigre que me había visto. Otra vez camiré para pasar y veo venir al tigre agazapado detrás de mí.
casi me come, seguro ya lo encajaron pordebajo del palo y volví a oyir el gruñido, Me volví y me puse otra vez a cortar monte que ladran en un lugar. Tío Nicomedes lleesta vez más feo. Me eché atrás buscando y a caminar para atrás. El animal se quedó vaba suficiente pertrecho y corrimos a y buscando, en la creencia de que sería al.
viér dome un rato, entonces yo me estuve en gún caucelo (caucel o tigrillo. pero nada un lugar. Cuando lo ví ir de reculada a su Déjemelo a mí, tiyito, le dije, porque me ivi, entonces me dentró (entro) cólera y nido, fuí de nuevo echando paso hacia atrás las debe este bandido. estaba acurrucado en dije. Carajo! yo soy hombre, esta vez paso pero poco a poco, pues el condenado me las ramas de un guabo, no le quise apuntar debajo del palo aunque me lleve el diahlo. veía por entre las cañas. Había ya una dis a la cabeza por temor de errar el tiro, me me susper. dí, amigo, y salgo en carreta atancia como de cien metros entre los dos, le hice un poco atrás y le apunté a codío bierta dispuesto a todo, pero cuando habría (codillo) ipáaaaa. y lo veo venir por el dao (dado) unos dos pasos al otro lao aire como una bola, se entrenzó con los pe(lado) del palo tenía contra mis pieses rros pero ya en agonía; tío Nicomedes lo (pies) un gran tigre, así de grande, parecía remató con un tiro en la pura jícara (cabeun toro. Jesucristo me valga! dije, y za. esas horas, ya casi de noche, lo amame quedé quini (como muerto. El tigre rramos en unas waras y lo trajimos a casa no me hizo tiro, se quedó con el pecho lede tío Nicomedes.
vartado viéndome y luego, con el lomo en Tabletas a base de cloro orgáTan grande fué mi susto que ni me volví arco fue metiéndole el hombro al monte y nico para desinfectar el agua de a acordar de la venada.
dando vuelta alrededor mío; yo entonces fui bebida. Ay! amigo, yo mejor me las doy con el sacando la cutachita filosa que llevaba y se hombre más hombre que me quieran echar Una o dos tabletas en un la préserté de punta, dando vuelta también en un litro y no con un tigre! No es chiche (fácil)
junto con él, pues yo decía, si te suspendís de agua la dejan estéril a la hallarse uno en un caso esos.
media hora de contacto.
sobre mí, me matarés, pero quedarés ensarY los hombres siguieron narrando hasta que tao en ella. Dimos la vuelta entera y luego el sueño los llamó al descanso.
En frascos de 50 tabletas para el tigre fue de reculada rascando como los esterilizar 50 25 litros.
toros hasta llegar al nido que tenía en las MARÍA DE NOGUERA matas de uvita. Ay, amigo! a esas horas Apartado 1351 San José, Costa Rica Santa Cruz de Guanacaste, de junio de 1942.
Ver los perros.
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