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232 REPERTORIO AMERICANO La actitud de Gandhi (De la revista Sur. Bs. Aires, abril de 1942)
Un artículo y una carta Escribe Fernando Ortiz Echagüe en La Nación (abril 12 de 1942. a lo todo género de bajezas, maniobras subterráneas, cobardias degradantes y traiciones Quisling.
Ahora bien: lo único de que se puede acilsar a Gandhi es de no querer tomar, en salsaguardia del Imperio Británico, las armas que no ha usado ni admitido para independizar su propia patria. Lo único que se le puede echar en cara no es haber renegado en momentos en que los intereses de Inglaterra lo exigen una fe por la que ha sufrido toda su existencia: la de las almas contra las armas.
Fernando Ortiz Echagüe y muchos otros (pues ha de estar en numerosa compañía) rueden sonreir irónicamente ante esa fe. Hasta pueden declararla inoperante y suicida, si tal es su punto de vista. Pero lo que juzgo inadmisible es el empleo de un tono despreciativo e insultante para hablar de aquel que deliberada voluntariamente se ha sacrificado a una doctrina (cuya nobleza no se discutc. arriesgando por ella, continuamente, su libertad y Su vida.
Por mi parte, y aunque siento por Inglaterra un cariño que jamás se ha desmentido, crec que sólo puede uno inclinarse con admiración y reverencia ante un hombre de ese temple.
incluso cuando las circunstancias hacen de él un temible adversario.
Saludo al señor Director muy atentamente, Entre tanto, Mahatma Gandhi, en su ntempestiva filosofía oriental, a lo Toistoi, dice en una entrevista, que parece celebrada en las nubes, que la India será mensajero de paz para el mundo, que la no violencia es la mejo: ac titud para la liberación nacional, que es inaterialmente in posible convertirse de pronto en una nación guerrera, y, en fin, que en el supuesto de que los japoneses invadan la India, aconseja al pueblo que no tome las armas y que oponga en cambio al invasor la resistencia de sus almas. Almas y no armas contra el agresor! El irreductible Gandhi que sera reducido poi las armas niponas da ciento y raya a todo lo conocido hasta hoy en materia de quinta coiuina.
Este artículo motivó a siguiente carta, dirigida al director del diario, Dr. Luis Mitre: Estimado señor: En La Nación de ayer, en primera página, bajo el tiulo de La India carece de espíritu guerrero, he leido las opiniones de su brillante corresponsal en Washington, Fernando Ortiz Echagüe. Me sorprende y me choca que un periodista tan inteligente como él pueda en tan lamentable error. Porque es un error, y grave, confundir al Mahatma Gandhi con la quinta columna. Basta, en efecto, pronunciar las palabras quinta columna para evocar El Mahatma Gandhi caer (fdo. VICTORIA OCAMPO Respuestas de Gandhi y Tagore al poeta japonés Yue Noguchi En 1939, si no me equivoco, hubo un cambio de cartas entre Yue Noguchi, poeta japonés y vocero oficial de su país y Rabindranath Tagore. Noguchi fue huésped de Tagore en Santiniketan. De regreso en el Japón, escribió al patriarca de la India unas páginas que les diarios se apresuraron a publicar. Basta citar algunas líneas de esa carta para conocer su espíritu: Se engaña usted si considera la presente guerra en China escribe el poeta japonés como efecto criminal de entrega (surrender) al Occidente, porque, en Jugar de ser una locura, es creo el medio inevitable, aunque terrible, de establecer en el continente asiático un gran mundo nuevo.
Créame, es la guerra de Asia para 4sia. Léase del Japón contra Europa. China continúa habría podido muy bien evitar la guerra si Chang Kai Shek se hubiera mostrado más comprensivo. pero Chang Kai Shek ha vendido por nada su país al Occidente y se ha manchado con el crimen de la occidentalización.
Una carta del mismo tono fue dirigida a una destaca, en el mensaje de Asia; pero nurra soñe que ese mensaje se identificara con acto semejantes a los que embriagaban a Tamerlán en sus matanzas. La doctrina de Asia para los asiáticos que preconiza ustoa como un medio de extorsión política tiene todas las virtudes de lo que hay de menos bueno en Europa y de lo que yo repudio, pero ninguna de las virtudes inherentes a una humanidad mejor que uniría a los pueblos por sobre los fosos de las divisiones políticas. Me ha hecho gracia leer la reciente afirmación de un político de Tokio: La alianza militar del Japón con Alemania e Italia tiene causas altamente espirituales y morales que no ocultan gun consideración material. Perfecto.
Lo gracioso es ver a pensadores adoptar estos sentimiento que disfrazan las bravatas militares en fanfarronadas espiritualistas.
La traición de los intelectuales, de que ha hablado un gran escritor francés después de la guerra europea, es uno de los más peligrosos síntomas de nuestra época. He conocido bien al pueblo japonés y no puede creer que participe deliberadamente en un envenenamiento organizado: se droga a los chinos, hombres y mujeres, con opio y heroina; el pueblo japonés lo ignora. Entre tanto, representantes de la cultura japonesa en China han emprendido esa tarea y se ejercitan en todos aquellos que se convierten en presa de esta vasta organización de derrumbe humano. Prucbas del forzado envenenamiento en Manchukuo y en China han sido presentadas por testimonios inobjetables.
Con profunda pena me dirijo a su pueblo. La carta de usted me ha herido hasta lo más hondo; sé que algún dia la desilusión de su pueblo será completa; se necesitarán siglos de trabajo para barrer los escombros de civilización destruida por los enloquecidos senores de la guerra. Su pueblo, entonces, comprenderá que esta agresión contra China es insignificante comparada con la destrucción de!
espiritu caballeresco japonés, destrucción que progresa con feroz violencia.
Gandhi. Gandhi contestó enviando una importante colecta a Chiang Kai Shek.
En cuanto a Tagore, he aquí algunos pasajes de su respuesta:. Es triste pensar que la pasiór del militarismo colectivo puede llegar a invadir hasta al artista creador; que la verdadera conciencia intelectual puede ser llevada a sacrificar su dignidad y su verdad propia en el altar de los siniestros dioses de la guerra.
No hay alegato que pueda cambiar el hecho de que, imponiendo una guerra feroz a los chinos con los métodos sanguinarios de Occidente, el Japón viola todas las leyes morales en que descansa la civilización. Protesta usted que el Japón está en una situación particular, olvidando que siempre ocurre lo mismo con las situaciones militares. Los piadosos provocadores guerras, convencidos de que sus atrocidades merecen justificación especial, nunca han dejado de sellar alianzas con la divinidad para permitirse aniquilar y torturar en masa. Habla usted de los medios terribles e inevitables para edificar un mundo nuevo en el continente asiático. Su concepción es la de una Asia que se levantara sobre un andamiaje de cráneos. Yo también he creído, como usted lo de SU. El lector curioso puede hallar dichas cartas, completas, en el Nº del tomo XXXVIII del Rep.
Amer.
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Como se ve, es difícil confundir la actitud que tuvieron siempre un Gandhi o un Tagore con la actitud de la quinta columna. a menos de poner buena voluntad en ello. En otros términos: a menos de hacerlo adrede. Pasa a la pág. 240. Este documento es propiedad de la Biblioteca electrónica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica