AntifascismHitlerJoaquín García MongeMarx

REPERTORIO AMERICANO 37 QC Distinguida y fina es siempre la Cerveza GAMBRINUS LUUPUN UJJJJJJJJJ en constante cambio, el ambiente era tenso, estaba electrizado; reconocernos, saludarnos y despedirnos, fue cosa de unos pocos segundos; sin embargo, esta despedida, que iba a ser la última, fue de manera poco común: un fuerte apretón de manos. Dos días después supe que morías gloriosamente. Moristeis sin darte cuenta de que la muerte era tu gloria! Honor a todos aquellos, que al igual que tú, dieron su vida luchando por una España mejor. La patria de este valiente fue la misma que la de Goethe, que la de Marx, que la de Wagner.
Gloria a aquellos héroes que, no pudiendo vivir tranquilos en sus tierras natales ante el crimen que se estaba cometiendo con España, supieron con su gesta dar ejemplo de honradez e hidalguía.
De todos los voluntarios de la libertad, resta hecha de los que se quedaron en España para nunca más volver, así como de aquellos pocos que lograron salvarse, los demás yacen en los campos de concentración sufriendo las inclemencias de una Europa en guerra.
Poco dsipuesto ya a escribir sobre temas que pueden ser utilizados con fines de propaganda partidista, reconozco que al redactar estas lineas cumplo con un deber: dar a conocer a la intelectualidad ame cana actuaciones tan limpias sobre las cuales se ha pretendido echar lodo e infamias, cuando esas actuaciones bien pueden servir como ejemplo de hombría a la vez que como ejemplo de caballerosidad. LLUBERE ZúñIGA.
la que acostumbraba recibir, y en la que se oía su palabra pausada y grave, la voz sin cambios, un poco metálica, acompañando el medido ademán, sólo de tanto en tanto, la conversación. Pero lo evoco, sobre todo, en la tertulia de redacción, tal cual vez inclinado sobre las cuartillas, o entrando en aquel recinto hasta el cual trascendía el olor del antimonio, y llegaba el ruido de las máquinas; el paso largo, sin que él lo apresurase; despreocupado, aunque solemne en el vestir, con su chaqué fatigado; los brazos caídos, como colgantes; erguida la cabeza; alta la noble frente pensadora; y, detrás de los cristales de sus anteojos, la mirada vaga, lejana, como perdida en una lontananza.
Costa Rica, enero del 42.
Simbad. mi temperamento de Simbad literario es un gran curioso de sensaciones. José Enrique Rodó. Jocelyn propició, bajo la umbria fronda vernal, mis ocios soñadores (Exploremos, el campo es dilatado, muy interesante. ver qué ballamos, qué aprendemos)
En el tomo XXVI del año XI del mensuario Nosotros, Buenos Aires, 1917, número extraordinario, en homenaje a Rodó, nos hallamos estos versos: Luego el bronce hugoniano arma y escuda al corazón, que austeridad entraña.
Cuando avanzaba en mi heredad el frío, amé a Cervantes. Sensación más ruda busqué luego en Balzac. y hoy icosa extraña!
vuelvo a Perrault, me reconcentro y RODO rio.
Un jardin geométrico, una clara mansión, un camino de arena, dorado bajo el sol.
Un nido y una copa, un junco y una flor.
El niño: José Enrique, su copa: el corazón.
1917.
FERNANDEZ MORENO Hugo Barbagelata, en el libro Rodó y sus críticos, Paris, 1920, reproduce este soneto, mucho nos ha gustado, de Rodó: Héctor Villagrán Bustamante, en el cuaderno José Enrique Rodó, a propósito de Los últimos Motivos de Proteo (Montevideo, 1933. recuerda a Rodó en estos términos: Como ahora, siempre escribí con simpatia, de José Enrique Rodó. Al igual que todos los hombres de mi generación, recibí de él la palabra de estímulo que fluía constantemente de sus libros y de sus labios. Tocóme ser, si no su conmilitón, partícipe con él en una campaña de prensa, cuando el talento y el espíritu cordial de don Antonio Bachini presidían al grupo batallador. El también fue parte a fijar en mí esa idea de la tolerancia que si es dón de la naturaleza es, asimismo, cosa capaz de desenvolverse y de afirmarse por la sugestión de la lectura. Lo evoco, a veces, en su casa de la calle Cerrito, no en su biblioteca, en su estudio, en su taller, donde nunca penetré, sino en aquella sala siempre envuelta en una semioscuridad en En un libro de páginas sumamente animadas, interesantes, que debe leer todo escritor americano preocupado: Balance y liquidaciones del 900 (Ediciones Ercilla, Santiago de Chile, 1941. dice su autor, Luis Alberto Sánchez, en las páginas 130 31: Animador permanente de la pasión indoamericana, el primero de todos, por la amplitud de su tarea, por su efectividad de obrero tenaz, por la modestia de su servicio no servidumbre aparece don Joaquín García Monge 1881. Si fuera a hacerse el balance del novecientos según el número de volúmenes publicados por cada autor, García Monge apenas sí tendría derecho a figurar en el inventario, porque toda su obra es de acogimiento, anchurosidad de corazón hostelero, sabiduría de cicerone, agilidad de telefonista, comprensión de consejero, resignación de consueta, limpieza de apóstol. Pocos hombres existen en el continente con mayor talento y sapiencia, con más fina sensibilidad y más aguda intuición del derrotero nuestro. pocos demuestran más acuciosidad para servir a una causa a costa de cualquier sacrificio, salvo la de la propia dignidad. Repertorio Americano, semana a semana, conecta a los hombres de Indoamérica y les muestra senderos.
Ahí almacena García Monge dato; precisos.
informaciones indispensables, sugerencias siempre nobles. Antiimperialista, antifascista, devoto de la cultura, fervoroso de la libertad, adversario de la tiranía, creyente en América, tefugio de perseguidos. lo mismo alemanes arrojados por Hitler que venezolanos deportados, o que apristas peruanos perseguidos por Leguía, Sánchez Cerro y Benavides o que abc cedarios tundidos por Machado, etc. Repertorio Americano, cuerpo del alma de Garcia Monge, es la enciclopedia de dos décadas dramáticas. Sus veinte y tantos volúmenes sirven de pasaporte a uno de los hombres mejor do tados para la acción y el pensamiento que ha parido Centroamérica, después de Martí y Hostos. García Monge, novecentista por la ubica.
ción cronológica de su natalicio y por su amor al idealismo rodoniano, revela en su curva ideológica la armoniosa belleza de un pensador sin apetitos, ejemplo permanente y alto de maestros sin tacha.
La documentalidad de García Monge es ante todo, documentalidad de hechos. Documentalidad humana, vital.
De la dichosa edad en los albores amó a Perrault mi ingenua fantasia, mago que en torno de mi sien tendia, gasas de luz y flecos de colores Del sol de adolescencia en los ardores fue Lamartine mi cariñoso guia.
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IBRERIA EMMANN SAN JOSE COSTA RICA Cuer ecco Este documento es propiedad de la Biblioteca electrónica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica