Hitler

REPERTORIO AMERICANO 179 En San Juan de Puerto Rico consigue Ud. la suscripción a este semanario con: VICENTE Co. Box 241 En Caracas, la consigue con: Doña CELIA DE MADURO Porque hay que confiar en que el hombre para los césares de argamasa y albayalde puees accidente y célula en el devenir de la Cul dan faltar los Vercingetórix o los Brutos.
tura y que sólo es la colectividad consciente la La primera blitzkrieg que registran los que perdura sobre el lomo de los siglos. Esa anales militares del mundo guerreador no la colectividad consciente, cuando se torna deli hizo, ciertamente, cualquier degenerado nórdirante y es capaz de crítica y reparo es temible co, bermejo o castaño, con o sin bigotes poy fatal para extirpar las tiranías. Ese múlti Pulares. El veni, vidi, vici del César venple sér, dotado de emociones y pensamientos, ciendo al hijo de Mitridates en el Bósforo, de instintos y voluntad, sufre pero se acendra. aunque no tuvo el estigma de la felonía ausLlora en la madre mutilada del hijo, pero pro triaca, fue no obstante la victoria relámpago testa en la boca blasmemante del obrero y del que más exultara las pasiones del oligarga imsoldado. su protesta se alza, lenta pero fir perator. Pero es parte integrante de la guerra me, hasta el firmamento de la libertad, como actual interpretar la historia de una manera un puño que amenaza hurdir al mundo. Ese alemana y con un sentir completamente alepuño se alzó con Espartaco, allá en la infan mán. El hotentote uniformado del Rhin cree cia de los derechos consagrados. Si el tracio que sus máquinas pueden servir incluso para dió el puntapié en el vientre de las oligarquías, desvirtuar la Historia; y Hitler, pintor imbéno vamos a creer que en este siglo el de los cil, cree ingenuamente haberla inventado. su impúdicos amos que alzó al Poder en Europa olimpo de rudos generalotes o de lugartenienla crisis de hombres del 18 no pueda repetir tes morfinómanos es el crisol donde se funde se la Historia. No hay por qué no esperarlo. la nueva mitología de la bestialidad hecha poeLa colisión imperialista nos lo anuncia. Aun ma que ya pueden cantar los megalomanos a que el gran Capital no lo crea, pero ha llega lo Pemán, los homo sexuales a lo Pancho Frando la hora de su suicidio. Porque nadie lo ma CO, o los canallas integrales a lo Felipe Sa.
ta: es él, él solo, decrépito y lacrado, histérico ssone. Es ese Olimpo de caníbales bermejos e incapaz de aceptar la muerte, que se pone el que quisiera que no haya antigüedad gloal pecho canalla y perverso la boca de los ca riosa que no sea germana. Pero es lástima: ya ñones. No hay por qué no creer ahora que César y Pompeyo guerrearon cubriéndose de Apartado 481.
ca.
Compañía General Editora, Apartado 8626. México, México)
Algunas de sus ediciones: Mark Twain: La celebrada rana sal José María Roa Bárcena: Notarina. 75.
che al Raso (Cuentos)
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En rústica 00 En rústica: 00.
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Doctor, su esposa y el reloj 75 Schlumberger: La paternidad inConde León Tolstoi: Sergio, quieta: Trad. de José Carner.
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métodos del Derecho CompaEn rústica 75 rado 75 50 Joseph Conrad: El Conde.
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dán: La introducción de la En rústica 90 quina en terapéutica.
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gloria para la Roma Antigua, incluso con las novedades de la guerra relámpago que entonces no se detuvo como ahora frente al entrecejo de John Bull. Frente a los frisos de los viejos monumentos heroicos, el nubarrón. del conflicto actual es ignominia, ferocidad inmunda, cobardía flagrante. Sólo el griego vuelve por su inmarcesible renombre; el pelea pecho a pecho, él hunde la bayoneta, él cae sobre el tanque y le siembra una bomba, él trepa o salta o descuaja o rompe o quiebra o descuartiza con sus manos. Los demás luchan mecanizados. Tras el blindaje de acero, metal de las cobardías que avergonzarán al Mundo en esta edad de niebla y lodo. Así obra el Jefe, así obra el soldado. Tapándose, cubriéndose, acechándose entre los manómetros, las agujas magnéticas y los nervios en punta. Porque César nunca durmió en ataúdes blindados de acero como el ex albañil del Palazzo Chiggi; ni se dirigió a las multitudes teniendo detrás un cuerpo de motociclistas que le aseguraran contra las acechanzas del puñal de Bruto.
La caverna uniformada mastica los huesos de la cadaverina propia y ajena. En el Senegal deben caminar las Walkyrias, mientras a las orillas del Rhin deambula una tribusiniestra. La cruz gammada, la cruz de la dislocación, troncha para su imagen las tibias de las mujeres hermosas de Francia, los fémures de los ancianos de Polonia, las costillas de los niños ingleses. la raza mesiánica, cuya triste ingenuidad y cuyo romántico delirio de grandeza condenara el insigne Goethe, sigue merendando cadáveres con la blancura aria de los sepulcros. Dilatado el horizonte de fuego, el incendio alumbra la figura semita de David hiriendo en la frente a los filisteos: en efecto, Grecia hace morder el polvo a los hombres dell Impero para quienes la lección americana de Garibaldi fue improbada por la chusma idiotizante del fascio. Corre el bachiche, desbocado como un potro en pánico. al borde de las Islas Británicas se detiene la garra del ladrón. Sobre la tiniebla encendida de rojo, le han salido al paso las grandes sombras de Alfredo el Grande, de Eduardo el Confesor, de los Arturos y los Guillermos que en las costas y en los hinterlands dan caza a las comadrejas apocalípticas, a las zorras incendiarias que tratan de asolar ciudades florecidas allá en el tiempo heroico.
En pasta Cesar ANDRADE y CORDERO.
Cuenca, Az, Ecuador, 1941.
En pasta En la ciudad de México, consigue Ud. este Semanario con Juan Luis Campos Villalobos Correos: Apartado 10428 Este documento es propiedad de la Biblioteca electrónica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica