Kidnapping

REPERTORIO AMERICANO 251 El encanto Con solemnidad de patriarca movía sus de los polluelos debajo del tronco de sauce.
ramas un sauce enorme, de tronco carcomido así, otros curiosos se dedicaron a observar por los años, en la orilla de la curva que el y fué así como oyeron más de una vez el miszanjón hacía al bordear el Cerro de Belén, mo pío pío debajo del tronco del árbol, cuyas para seguir después en dirección al mar. raíces parecían moverse como revuelta cabeEn dicha curva, las aguas tranquilas, silen llera porque hacían temblar la tierra que los ciosas, invitaban al descanso y la sombra del cubría como si se hubiera tratado de un sismo.
árbol colaboraba en el hacer que el caminante Algo sucede allí.
o el curioso, al cruzar el puente, se detuviese El Encanto a contemplar el cielo reflejado o a que bajase Una media noche, los gritos de un cerdo por la gradería cavada en la misma orilla, has llenaron de cortes la tranquila pesadez de la ta tocar con sus manos el líquido cristal. hora. Al día siguiente, el cerdo no fué hallado un lado del grueso tronco terminaba un y como huellas no había otras que los borpuente y como ese llamado puente, los hubo des de complejos surcos.
muchos sobre el zanjón y no eran otra cosa Meses después se difundió la noticia de la que dos o tres troncos de árboles juntos, uni desaparición de un lactante.
dos por cuerdas, tendidos de borde a borde y La madre, como de costumbre había ido a como la gradería las hubo muchas también lavar al borde del zanjón y al niño lo haporque hombres y animales bebían, unos en bía dejado en lugar cercano, sobre sus pañales, baldes y bateas y los otros en el mismo cauce, libre de todo previsible peligro.
las claras aguas que el zanjón recogía de los De esta última pérdida ni siquiera indicios múltiples desangraderos de las buertas.
hubo.
El instinto de conservación fué tomando Cundió el terror. Mas nadie imaginaba lo respeto y temor a ese remanso de las aguas y que aún sucedería.
a la acogedora sombra del árbol. Algo raro Julio, la adorada, la acosada Julia.
había en esa natural comodidad. Para nombrar Crecidos con el mismo sentir, en el mismo a dicho sitio con la innata precisión del pue ambiente, más que amor de carne hubo coblo surgió el nombre de El Encanto. Sin rrespondencia y esperanza espiritual entre amobservaciones pronto se hizo general el tal bos muchachos. Se encontraban y querían que nombre. quien lo pronunciaba, lo hacía por se siguieran encontrando y así frecuentes fue.
necesidad y sentía entonces que un árbol frío ron los momentos que juntos pasaban Julia, le crecía en toda la piel y una inesperada ti la admiradora e inocente amiga, con Pedro, rantez se le prendía del cuero cabelludo. su Pedro, en quien no había dejado de pensar. No vayáis por agua al Encanto. Como desde que, cuando pequeños aún, el miedo de para deshacerse de algo, quien así había ha ser mordidos por un perro rabioso, los había blado, terminaba haciéndose la señal de la cruz. juntado, identificado en la auto defensa y en Sin novedad alguna todo había ido transcu quien no sólo encontraba palabras que le eran rriendo, hasta que se produjo la desaparición agradables, sino también, otras que le transde una camada de polluelos. En un agujero portaban a un mundo distinto y posible de de las leñosas raíces, anidó una de las pone ser real porque era Pedro quien las decía.
doras del criadero de Sacramento. Vecinos y Den Jesús desde que viera a la Julia, cualamigos veían a diario que la orgullosa hem quier pretexto le era bastante para visitar la bra del pato con las plumas erizadas movía casa de Sacramento. El día del cumpleaños el cuello en todas direcciones al sentirse es del jefe del hogar, no podía faltar. así fué.
piada en su maternal misión dentro del nido. Desde días antes de la esperada fecha, ya se El día que debió salir con sus polluelos, de había hecho anunciar con unos barrilitos de jaron de verla.
vino y otros de pisco encargados con anticiSacramento y los suyos preguntaron por el pación de Calango y de Lunahuaná.
animal. Nadie supo responder por el paradero. Manuela conocía la táctica, sabía el por qué Desde entonces, los enterados de la inex de las atenciones del patrón. Cuidaba por ello, plicable desaparición, pues ni el nido había oportuna siempre, para que don Jesús no se quedado, principiaron a mirar con desconfian acercara tanto a la muchacha, y ésta, advertiza al viejo árbol. No faltó alguno de los ve da de lo que le pudiera suceder, sabía tamcinos que afirmara haber escuchado el pío pío bién huír a tiempo.
Llegadas las 12 de la noche, cuando don Jesús creyó que era esa la oportunidad, para estar seguro de no ser interrumpido, pidió que cesara el baile. ver, Manuela, pues, el pisco en la fiesta y el agua bendita en la Iglesia.
Don Jesús no dejaba de recorrer con la mirada mientras bebía, los rostros y los rincones de la casa. ya resuelto, reinició el asedio sobre la Julia. Esquiva la china una y otra vez supo escapársele entre la escasa atención que permitía un valse o una marinera. Julia. Juliaaa.
Salió gritando Manuela al no encontrar a la hija dentro de la casa. Julia. Julia.
También llegó gritando Pedro, con voz entrecortada sin poder explicarse del todo. Qué había visto. Había sido Julia a la que viera o había sido otra cosa. Una visión. Una pesadilla. Un aparecido, un fantasma?
Pedro creyó distinguir, en la oscuridad, el cuerpo de su Julia, que con la cabellera revuelta, quizá por el efecto del vino o de la trabajada excitación, miraba hacia el lado por donde él llegaría, mas, antes de llegar allí, al sitio donde se habían citado, vió también, antes de haber llegado, con tal rapidez, una movible espiral que luego se hizo un ovillo y oyó un grito agudo y también escuchó que las aguas del zanjón sonaron como chicoteadas por algo que en ellas se deslizara. gritó esperando volver a verla.
Julia. Julia.
Narró, interrumpiéndose, lo que había visto o creía haber visto.
Don Jesús que sabía de las preferencias de la Julia, y que mal quería a Pedro por esa y otras razones como la de creer que tenía malas ideas, acusó de farsante, de secuestrador al indefenso y atribulado competidor. Patrañas. para tapar el rapto Dijo después de escuchar el relato.
De Julia y para Julia no hubo más que comentarios y lágrimas.
El pánico se hizo general. Nadie se sentía seguro.
Una madrugada que Sacramento llegaba a su casa, al pasar cerca del Encanto, el caballo ore jeó seguido y hasta quiso retroceder. Fijó Sacramento sus ojos en el viejo sauce y vio que al rededor del tronco un bulto como espiral se deslizaba hacia la copa con el consiguiente movimiento. Llamó a su mujer y a otros vecinos y cuando llegaron al Encanto, la tranquilidad y el silencio les salieron al encuentro. El Encanto. Jesús. Qué será, Sacramento?
Sacramento estaba seguro de lo que había visto. Quería probarlo. Pero. cómo? Pensó que haciendo guardia podía descubrir lo que había de cierto en dicho sauce. Así fué. Varios vecinos acordaron hacer guardia permanente.
día y noche, hasta saber qué era aquello. En grupos de tres fueron turnándose. la segunda noche de sitio vieron que del tronco salía un enorme cuerpo a ras de suelo y que luego se perdió entre las sombras. La noticia alarmó a las mujeres y hombres y al día si guiente gran gentío armado de palos y de lampas esperaba al rededor del sauce la salida del reptil homicida. Si voláramos el sauce con dinamita?
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