Democracy

250 REPERTORIO AMERICANO La estrella y la rosa hoja marchita y por arte de magia, hace eterno Amauta dedica este último un número de su su relieve con solo verter en su superficie el ex: revista a la poesía de Eguren los que hicieron traño lenguaje del héroe anónimo.
familiar entre un selecto núcleo de admiradores, Su esqueleto de amarga arquitectura, que fué el nombre del poeta.
como un invisible Furtidor de imágenes, será El caso Eguren sin precedentes insólito siempre una metáfora inconfundible, porque Cé por tal, sin estridencia ni apego terrenales, es por sar Vallejo como hombre y como poeta, siempre su perenne evasiva, el del ángel intranquilo que será visto de pie.
sin poder dejar de ser humano, vaga con otros extraños seres, en el sutil espacio de su propia Fué José Maria Eguren el creador en el Perú creación.
de la poesía pura, pura en la acepción poética En 1911, debido, más que a su propia vodel término. Fué el primero por consiguiente, luntad a la insistencia de voces fraternas puen la historia de la poesía nacional, en reac blica su primer libro de poemas, simbólicas; años cionar contra el retoricismo imperante; por ello, después aparecen La canción de las figurds, Sompor algunos años, su nombre y sus libros pasaron bra y Rondinelas.
inadvertidos, hasta que espíritus comprensivos y desinteresados dijeron de su valía. Pedro ZuALEJANDRO MANCO CAMPOS len, fué el primero en apreciarlo. fueron después los grupos Contemporáneos. y Colónida Lima, Perú. Abril, 1942. Una estrella ha caido del cielo. Una estrella ha roto el cristal de la fuente! la rosa ha llorado y está por llorar acongojada. Salvad a la estrella. exclama la Luna en sollozos de plata. Salvadla!
implora en el huerto una voz cercana.
Ahogada la estrella la rosa sin alma morirá de pena.
CARLOS ALBERTO GONZÁLEZ Lima, Perú.
La política internacional del Perú los Estados americanos con las potencias del Eje.
El sistema de beligerancia encubierta dentro de los Estados pacíficos reforzaba nuestro punto de vista. El Perú siguió desde el comienzo del conflicto, por eso, una política de control de restricción en materia de extranjeros, y hoy, aclarada la verdadera posición del Estado, de abierta colaboración con los Estados Unidos. Ha quedado demostrado que en ciertas circunstancias, ni la neutralidad como estado de abstención, ni la presencia de ciertos derechos que se creen adquiridos, pueden oponerse a los intereses fundamentales del Estado. La política del momento impone una conducta de restricción para cerrar las puertas de las infiltraciones extrañas dirigidas, quién sabe, si a eventual dominación extra continental.
La acción de la propaganda extranjera y la penetración de ciertas ideas políticas que no son las que, precisamente, convienen al medio americano, debían determinar la necesaria reacción.
una La política internacional del Perú fué siempre de paz y de colaboración especialmente con los Estados americanos. Esta intensificación de las relaciones respecto de las repúblicas del Continente, deriva de un orden de ideas surgido en la lucha por la independencia. El propósito de unidad bolivariano no fué desplazado nunca por el imperio de las circunstancias. La unidad continental es un ideal que, la experiencia demuestra, se puede ir alcanzando parcialmente. Hay afinidades que se deben ir canalizando en el sentido de la reglamentación común. La codificación del Derecho Internacional ha alcanzado éxitos notables que superan, por cierto, a los de Europa donde tanta resistencia encierra cada derecho territorial. Las instituciones que no estaban maduras debieron ser desplazadas del debate. La codificación no puede alcanzarse por la sugestión de las reglas dispositivas ni por la imposición de los sistemas jurídicos. Significa más bien un proceso de selección en la conciencia de los Estados. La unificación de las legislaciones civiles emprendida por virtud de un llamado de la VII Conferencia Panamericana puede producir la igualdad de ciertos institutos jurídicos, análogos en todas partes, pero que viven separados por elementos de detalle. esta gestión está vinculado, también, el nombre del Perú propiciando desde la Conferencia de La Habana, en 1928, la organización de las reglas de procedimiento.
En los casos de instituciones panamericanas llamadas a tener vigorosa vitalidad por razón de las aplicaciones, la gestión peruana asoció su voto a la defensa del arbitraje obligatorio desde las primeras conferencias internacionales.
Fué precisamente una proposición peruana la que determinó la reunión de la Conferencia de Conciliación y Arbitraje de Washington, en 1929, que elaboró los tratados orgánicos de materia y, asimismo, una intervención peruana Ja que sirvió de antecedente a la Conferencia de Paz para resolver el conflicto boliviano paraguayo del Chaco. Estas ideas no tuvieron en ninguna parte una aplicación más nutrida. El Perú convino en someter al arbitraje la cuestión de Tacna y Arica, como ya lo había hecho para resolver el pleito de límites con Bolivia y por conciliación se resolvió pacíficamente el incidente de Leticia y hoy el secular litigio de límites con el Ecuador.
En la hora actual, las circunstancias de la guerra han reavivado la unidad de los propósitos políticos interamericanos. La política de neutralidad sufriendo tantos quebrantos por la acción de los beligerantes no podia mantenerse estática. Debía evolucionar, como ha sucedido, por las formas nuevas que adopta la beligerancia respecto de los neutrales, con ágil dinamismo que ascendiera hasta la no beligerancia y finalmente a la ruptura de las relaciones diplomáticas con los opositores de la democracia. La aplicación del sistema de la consulta estaba llamada a coordinar más estrechamente las medidas de urgencia continentales. En Panamá y en la Habana la participación peruana estuvo de parte de una política de activa preparación para la defensa. En Rio de Janeiro, destruida la posibilidad de convivir en un sistema de relación internacional ante los quebrantos de la neutralidad, el Perú fué el primero en producir su voto de ruptura de las relaciones diplomáticas y económicas de El Protocolo de Rio de Janeiro El último problema limítrofe del Perú quedo cancelado en Río de Janeiro. Allí, se suscribió un Protocolo de Paz, Amistad y Limites que constituye para la política panamericana la demostración de una premisa sostenida por los gobiernos del Perú, consistente en la compatibilidad de los intereses de los Estados y los ideales de la unidad continental. No estuvo nunca en los propósitos de la política peruana, turbar la paz del Continente con una cuestión particular con otro Estado. Los antecedentes de la gestión de Río de Janeiro han revivido simplemente, el espíritu de las viejas campañas libradas por la diplomacia peruana para que cada cuestión o problema halle siempre en el espíritu de los hombres de Estado el grado de justificación que haga posible el imperio de la justicia. Con tanta razón se ha llamado al Protocolo de Rio de Janeiro un documento de paz permanente que, sin comportar utilización contractual, no consagra conquistas territoriales pero afirma, sí, la soberanía de los Estados.
ANTONIO URBANO MANUEL FÉLIX MAURTUA EL GREMIO Lima, Perú.
TELEFONO 2157 APARTADO 480 Con ALEJANDRO MANCO CAMPOS Almacén de Abarrotes al por Mayor EN LIMA, PERU, Santa Catalina 632, consigue Usted la suscrición a este Semanario SAN JOSE, COSTA RICA Este documento es propiedad de la Biblioteca electrónica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica