324 REPERTORIO AMERICANO a los nuos sus funda la preocupación de Don Pío por los peUna página perspicaz de Pío Víquez queños grandes problemas de nuestra socie(Fragmento del artículo El Heraldo está triste hasta la muerte, pág. 264, de Miscelánea dad, por los inveterados defectos de nuestra Prosa y verso. San José, Costa Rica, 1903. psicología nacional. Entre estos últimos ninguno repugnaba más a Don Pío que el de la susceptibilidad que manifiestan aquí gobierLos países pequeños, y sobre todo, cuando Alguna otra vez hablaré más despacio de apenas están en el crepúsculo de la civilización, éste mi admirado e ilustre coterráneo. Tranos, instituciones e individuos, a la crítisuelen andar con susceptibilidades que des taré de estudiar a fondo su estilo coloquial y ca. Somos en efecto demasiado sensibles a los conciertan al más decidido a no poner mientes de describirles a ustedes su personalidad encanreparos y a las observaciones que se hagan de en niñerías. todo depende, quizá, de lo ponosotros. Don Pio lo había observado a lo tadora. Baste por hoy decir que don co que los pueblos chiquillos hacen por conocer Pío Víquez es nuestro don Juan Valera: filargo de su carrera periodística, pues su espíel mundo grande, porque en su pequeñez se ritu eminentemente crítico le valió a veces reno, agudo, eutrapélico; de haber nacido en un primendas de los de arriba, molestias de los imaginan que su porte de gallo enano no cede medio más adelantado, habría llegado sin duni ceja ante el más zancón, crestudo, plumado da a las alturas intelectuales a que llegó el inde abajo y hasta palos de los más intolerantes.
y fuerte de las aves de corral; porque una de Para ilustrar esto que digo y terminar ya mi comparable autor de Pepita Jiménez. Por desdescosida charla, voy a leer una página de las primeras condiciones de los chicos es con gracia para él y para nosotros, su gran espísiderarse grandes; de los tontos, considerarse ritu vagó siempre perdido en medio de esta Víquez en que hace referencia a esa susceptidiscretos; de los pollinos, considerarse cababilidad nuestra y al afán de convertir en monnuestra menuda y prosaica realidad.
tañas lo que son sólo topineras. Es una pallos; de los politicastros, considerarse MeterM.
gina deliciosa que ya antes tuve el gusto de niches; de los monigotes, considerarse maes. Para esto último habrá que apelar al testimoenviársela a don Joaquin García Monge con tros de orquesta; de los pelagatos, considerarse nio de sus amigos, recoger las anécdotas que se cuentan barberos de la corona; de los bodegueros, conla siguiente carta: de él y sonsacar de la memoria de quienes le conocieron siderarse socios de la casa; de los archiveros, mejor, la visión personal, no la del hombre de letras considerarse ministros de Estado; de los malos propiamente hablando, sino la del hombre de carne y Carta alusiva escribientes, considerare buenos escritores; de hueso que vivió, amó, soño y sufrió por espacio de los porteros, considerarse señores de la oficicasi medio siglo. Cómo era don Pio. habrá que ir preguntando Don Joaquín: pocos contemporáneos suyos que na; del herrero, considerarse mecánico; del nos quedan. Ya uno, don Ricardo Fernández Guardia, Si en Costa Rica tuviéramos tradición mecánico, considerarse ingeniero constructor; ha absuelto esa pregunta en la forma siguiente: Don literaria, Pío Viquez seria sin duda, uno del rábula, considerarse abogado; del curandePío era un hombre de baja estatura. algo gordo en sus de nuestros clásicos más leídos. Yo alúltimos años; muy pulcro en el vestir, de modales finos ro, considerarse médico; y del zampatortas cancé a conocerle personalmente y entre y de lenguaje escogido pero sin afectación. Su fisonoconsiderarse zampalimones, etc. etc. De mo mia era netamente caucásica: tez muy blanca, el cabello mis reminiscencias de niño conservo muy do que en las villas, aunque lleven el nom y los bigotes entre castaños y rubios, ojos de un extraño viva su imagen de hombre locuaz y chis bre de ciudades, o en los caseríos, aunque se verde pálido, nariz aguileña, frente despejada. Le guspeante y la impresión penosa que produ apelliden poblaciones, hay abundancia de petaba llevar una flor en el ojal. Alegre y bromista se jo su repentina nuerte. Don Pío vivió queños grandes y de majaderos graves; allí es reia de todo y de todos, pero sin lastimar hondamente a nadie. Los que le conocían mal lo acusaban de cinismucho tiempo vecino de nosotros y era donde no se tiene conocimiento del oro, ni mo, pero era que se divertia escandalizando a los inge buen amigo de mi padre. veces en la del diamante, ni de la perla; pero allí es don con teorías y paradojas estrambóticas. Con tarde, cuando regresaba de San José, re.
de cualquier pelota jalde, cualquier cuenta de buenos amigos solía hablar de sus intimidades con una cuerdo que venía en busca de Pisconcita rosario y cualquier lágrima de San Pedro, es franqueza que a veces rayaba en desparpajo. Una de las características de Pio Viquez era que jugaba con nosotros, daba a la gensu sibaritismo.
oro, es brillante, es perla. Por eso abundan las Sentado a mesa cubierta de manjares suculentos te mayor las últimas noticias, y a la genpresunciones, las soberbias locas, y con todo y de vinos añejos, era cuando más brillaba su ingenio: te menuda dulces de los que traía de la esto falta de paciencia y de tolerancia. Allí su conversación siempre amena y chispeante, se concapital encontrará usted las epidermis más delicadas y vertia entonces en un fuego pirotécnico que deslumbraba Fué Pío Viquez periodista antes que a los oyentes. Si se me pidiera una definición de Pio los amores propios más sensibles.
Víquez concentrada en una frase, diria que era una planta nada, como tiene que ser en nuestro me.
peregrina y exótica, misteriosamente nacida en una prodio todo aquel que quiera medio vivir saica huerta.
de su pluma. Su obra se resiente, por lo tanto, de la premura a que obliga el oficio periodístico, pero con todo, quedan El testimonio de don Ricardo de él bastantes páginas definitivas reveladoras de madura teflexión y de extra(De La Tribuna, San José, Costa Rica, 25 VIII 42. ordinaria perspicacia. Esta que ahora le mando, por ejemplo. En ella don Pio iroEl primero de setiembre en el Colegio da labor y para el que escribió páginas niza contra nuestro afán de disimular de San Luis Gonzaga se va a inaugurar muy bellas y desde el que libró campañas inéste y el otro Flaco nacional con pala un monumento a la memoria de un gran teresantes en las que puso toda su fe y toda bras que suenen bien y que hagan parar periodista costarricense: Pío Víquez. su decisión, además de todo su fecundo ingenio.
al público, vibrátiles, nerviosas, sus pe riur. do de Cartago, los estudiantes del Periodista en primer término era Pío, pero adeludas orejas de asno, y hacerle suponer primer centro de enseñanza de la pro más, poeta y de los buenos. Su composición asnalmente que mudando el haz de una vincia ayudados por elementos destaca titulada La torcaz, que creo escribió en Descosa se muda también su sustancia y que dos de la misma, van a hacer este home amparados en donde fué maestro de escuela, basta la virtud de un nombre para que naje a un hijo ilustre de la ciudad y a encontró pronto una gran popularidad y no se convierta en templo de la música lo un representante del periodismo nacio había album de mujer que no la tuviera en que no es más que un pretencioso quios nal en la segunda mitad del siglo pasado. sus páginas y con frecuencia se oía recitar en co de mal gusto, y en notables juriscon Buen poeta, además, Pío Víquez dejó teatros, veladas o reuniones en aquellos días sultos aquellos que ni siquiera son regu grato recuerdo que ahora rememoran sus de finales del ochocientos y primeros del nolares abogados.
comprovincianos al consagrarle en pie vecientos, cuando había un espíritu delicado y dra este simbolo de perenne memoria. romántico tal vez un poco más sensible y fino MARIO SANCHO Uno de los redactores de este periódico que el que impera en nuestro días. Pio Víestuvo ayer a visitar a don Ricardo Ji quez nació en los aledaños del sur de CartaCartago. 12 de febrero de 1934.
ménez y se habló de este propósito que, go. Allá hizo sus primeros estudios y luego repetimos, es una realidad gracias al em se vino a Desamparados y de alli a San Jopeño de quienes han batallado por ello. sé en donde cursó los primeros años de DereY don Ricardo nos dijo: cho. Fué condiscípulo mío en la Universidad.
Poco a poco se metió en la política y llegó a Muy merecida es esta consagración; yo Subsecretario. en el, periodismo sentó sus la aplaudo y encuentro que se hace justicia reales desde el primer momento con buen éxia un hombre que cultivó su espíritu y supo to. Acompañó a don Bernardo Soto cuando brindarlo a sus compatriotas desde los perió su viaje a Nicaragua y dejó escrita una buena dicos de fines del siglo anterior, especialmen relación de los hechos y de esa expedicion te desde El Heraldo en que hizo su más fecun presidencial. Yo lo llevé de secretario en mi una ーー Este documento es propiedad de la Biblioteca electrónica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica