REPERTORIO AMERICANO 45 Tú, que mi lamparilla inagotable eres, Innominada mía, y Cadenciosa. una pequeña estrella por almohada hasta el amanecer. que al despertar dijera. Dios, qué hermoso es todo eso que oí que le decía la golondrina al granillo de trigo que nacía!
voló hasta los cielos y se sentó a la diestra de la angustia infinita. la vida, con esto, fuésele convirtiendo en una sola, inefable sonrisa. ti la gracia debo de no ballarme nunca solo conmigo, inhabitado.
Pues de ti en silenciosos vendavales me visitan las horas que saben conversar y tienen rostro de noches de verano claras y estrelladas. ti la gracia debo de no ser exactamente ciego, completamente huérfano de ríos subterráneos, y dueño ser de un límpido trigal donde germinan estremecidas voces, gozos desconocidos, Lan iguales, por bondos, a la angustia.
Y, como le estorbase, cierto día cogió su corazón e hizo de él infinita bandada de gorriones. como le pesara demasiado, la voz se le fué yendo en manantial de rosas. cambió su mirada por un sorbo de vino de esperanza. entonces la mirada no fué triste sino como una vela desplegada en mar de inesperadas lejanías.
Un año nuevo, sin percatarse de cómo, No; nadie pudo nunca decir: locura, ah, se ha extraviado de sí, y señalar la sien.
Porque él, sencilalmente, pasaba por la calle. como hacía todo eso, y más cosas hacía, sin palabra decir, sin pronunciar un gesto, rasi como si siempre estuviese dormido, nadie sabía que por las mañanas podía conversar con el rocío como conversa el padre con su hijo, o reír de esas cosas dolces, llenas, que le contara el viento.
En San José de Costa Rica. 1949. ti la gracia, Innominada, debo de poseer un nombre humilde entre las flores, de que por mi apellido de agua me llamen las estrellas, y para mí fabriquen las abejas del sueño sa inagotable, inmarcesible miel.
La fiesta en Aspen Te estoy, por eso, agradecido. hasta de que me ignores abismáticamente.
Porque de abismos soy, y puedo así llenarme de ti, Innominada, Cadenciosa.
Cadenciosa de mí.
Innominada, siempre, del ensueño.
Mi corazón ya es hombre.
Alta fronda en el viento, raíz honda que escucha desde debajo el eco más puro y soterrano, habla con el silencio.
Mi corazón ya es hombre.
Ahora que siente el miedo de escuchar, porque tiene conciencia del recuerdo, sabe que está sembrado sobre oscuro terreno como arca infinita de verdades y sueño.
Mi corazón ya es hombre.
Se le ha hecho el dolor tan familiar y dueño de su eterna vigilia, que es un dolor sin tiempo, acerado y filoso como brasa en el fuego.
Por Arturo USLAR PIETRI (En El Nacional de Caracas. 20 Julio 1949)
Mientras en varias capitales de Europa se de Fausto. Pero no llegándole a su lengua alereunen comisiones y congresos para estudiar la mana sé que no le he llegado ni a la piel ni dramática situación del mundo, en Aspen, una al alma.
alta y pequeña ciudad de Colorado en los Es Pero con todo ello algo poseo de su imatados Unidos se reunen algunos de los intelec gen. esa imagen es en gran parte como él tuales mayores, artistas, profesores y estudian la quería. La de una superior serenidad feliz tes para celebrar el segundo centenario del na y casi divina. Como en el retrato que le pinto cimiento de Goethe. Es una simbólica fiesta de Tiebeschen en la madurez de su viaje italiano, intenciones de esperanzas. Un banquete pla donde reposa reclinado en una campiña del tónico. Un simposio para hablar, aprender y Giorgione, centro de los valores y de las fordescubrir laces. El mundo vive una hora noc mas, rodeado de los despojos de la civilización turna, oscura y tempestuosa, y los que van a antigua.
Aspen buscan las luces en aquel hombre del Esa imagen era la forma de su victoria siglo XVIII que pareció haber encontrado el se contra lo demoníaco. Mefistófeles subía tocreto de la sabiduría y de la serenidad. En das las tardes a su torre de apetito y de orguaquel sublime cuerdo.
llo, pero él había sabido conocerlo y dialogar Han ido a Aspen a llevar su mensaje al con él. La tentación del diablo no podía vengunas extraordinarias figuras de esta hora. Es cerlo pero lo seguía poniendo en peligro para tá allí Albert Schwaitzer el alsaciano evan hermosear su vida y darle un tono heroico a gélico, sabio en Goethe y en Bach, gran orga sus sentimientos.
nista y gran teólogo, que desde hace cuarenta Porque él que es un hombre del racionalisaños vive santamente en Africa entregado a mo va a buscarle la esencia secreta al mito la caridad sirviendo de médico a los negros de alemán medieval. El sabe que el caso del Docla zona ecuatorial. Está allí también Ernest tor Fausto no es sólo una conseja y un tema Curtius, el más fino doctor en letras y en es de baladas. Sabe que es riesgo vivo y verdapíritu alemán. Está también el asendereado dero de toda alma grande. Siente que hay en Ortega y Gasset con sus nieblas alemanas hi ella un símbolo profundamente revelador del ladas a la luz del Escorial sin poder represen alma alemana y logra transformarlo además tar la rota unidad moral del mundo hispánico. en uno de los grandes mitos fundamentales de Están otros ilustres hombres de pensamiento, la cultura occidental. El es quien aisla lo deEn la pequeña ciudad hay un ambiente de moníaco y lo faústico en la esencia del hombre fiesta de la cultura. De las conferencias se pa de Occidente.
sa a las discusiones, de las discusiones a los Es sin duda Goethe un hombre universal.
conciertos al aire libre. La más noble música Acaso sea el último hombre universal que ha alienta las angustias del espíritu. Es la feria dado Europa. El hombre verdadero para quien espiritual abierta a todos. En las vitrinas de nada de lo humano es ajeno. Todo le incumlas agencias de viajes junto a la silueta del be. Todo parece pertenecerle. ésta es preciPuente de la Puerta Dorada, está el perfil de samente una de las formas de la tentación deGoethe invitando a una breve y profunda aven moníaca. Pero esta condición de universalidad no le viene de lo abstracto. Es fundamentalEs revelador este fervor que reune a tan mente un alemán arraigado en lo alemán. Fuetas gentes venidas de tanta distancia para ce ra del viaje de aprendizaje a Italia, en toda su lebrar el nombre de un alemán que nació ha larga vida no sale de Alemania. Vive en Frankce doscientos años. Algo debe de haber en ese fort, en Leipzig, en Estrasburgo, en Weimar.
hombre que el mundo de hoy no tiene y ne Se enamora de alemanas. Trágicamente de jócesita, o que cree no tener y necesitar.
venes alemanas en su juventud, serenamente Poco sé yo de Goethe. No sé siquiera su de jóvenes alemanas en su vejez. Pinta los pailengua, y él, antes que nada, es un poeta ale sajes que lo rodean. Estudia las plantas que mán. Es un hombre que sacado de su lengua, encuentra en sus paseos. todas las cosas del se muere como un pez sacado del agua. Lo he mundo, como un mar que rodea una isla, vieleído en traducciones, y lo he leído por mu nen a alcanzarlo en su diminuta y risueña corcho tiempo, por años viví bajo la fascinación te de Weimar. Todo lo que tiene lo tiene en Mi corazón ya es hombre.
Cuando mira, tan ciego a lo que sobra y sólo a lo que falta atento, sabe que no hay más ciencia que quedarse perplejo, tiernamente asombrado, y abierto, siempre abierto.
tura.
Mi corazón, quizá, comienza a hacerse bueno.
Solía, por las mañanas conversar con las gotas del rocío. en las tardes, a veces, reír de cualquier cosa que le contara el viento.
Podía suceder que en mitad de la noche se durmiera Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica