Manuel Mora

Repertorio Americano CUADERNOS DE CULTURA HISPANIC San José, Costa Rica 1942 Sábado 28 de Noviembre Año XXIII No. 951 Tomo XXXIX No. 23 Sumario: se De don Andrés Bello trata Dolor de Israel. Rusia.
ΕΙ otro Repertorio Nuevos sones de la lira costarricense Augusto Mijares León Gruszko Enrique Mora Salas, Alfredo Sánchez y Allen Pérez Chaverri e. y Fernando Alegria Marta Brunet La Universidad de Chile (Reseña)
Inés, la prima de Rubén Darío Roberto Rivas Beneficios del cultivo de las ciencias de las letras Andrés Bello Chile Mariano Picón Salus Noticia de libros Homenaje a don Blas Prieto Victor Lorz, Manuel Mora Testimonio Blas Prieto.
Los libros Una capilla literaria chilena: Los Diez.
De Don Andrés Bello se trata Por AUGUSTO MIJARES (Son fragmentos de los ensayos titulados: Andrés Bello y Andrés Bello y la Emancipación Americana, en el libro: Hombres e ideas en América. Ensayos. Caracas.
1940. Respecto a Bello existe, además, la facilidad de que, sin forzar mucho el símil, su vida y su obra parecen reproducir en el mundo intelectual la epopeya de los Libertadores. Las mismas virtudes, la misma ambición del ideal. Una audacia que lo hizo extender el dominio de su actividad simultáneamer te, a los campos más opuestos al parecer del arte y de la ciencia, de la abstracción pura y de la labor civilizadora pormenorizada y práctica. Valor infatigable, perseverancia. fanática. acumula hasta los 50 años de su vida los materiales de su obra, sin ningún estímulo exterior que lo aliente, sin otra perspectiva inmediata que la miseria de su vida en Londres el recuerdo casi desdeñoso de sus compatriotas. Cumplido ya el medio siglo, cuando ha llegado ya para los otros hombres la hora del reposo, se le presenta por primera vez la ocasión de comenzar la realización de sus propósitos; pero en país extraño, bajo un plan de vida y de trabajo absolutamente nuevo. No importa. ágil para la renovación total que se le exige, prueba que él también sabe dar, como en el verso con que cantó a los Libertadores, de te constante no excedido ejemplo! como la de aquéllos, su obra es en todo momento continental, porque siempre sus propósitos se mantienen por encima de cualquiera consideración oportunista o de mezquino na cionalismo No es aventurado afirmar que fue la poesía su primera actividad intelectual. El conocido soneto la victoria de Bailén y la oda AL nauco son quizás las mejores producciones de su juventud. Su obra más celebrada, y con justicia, la silva la Agricultura de la Zona Tórrida, la publicó por primera vel en Londres en 1823. Pero hasta los últimos años de su vida continuo constante en ese culto de la belleza poética, que era, por lo demás, una necesidad vital de su finísima sensibilidad. Incapaz, por señoril delicadeza, de permitirse manifestaciones ruidosas de sus sentimientos, sin duda necesitaba por eso mismo traducirlos en forma lírica; aunque en ella también, y por deliberada nerma estética, gustaba imponerles el comedimiento y la equilibrada armonía que era el ideal de su vida y de todas sus actividades.
Pero Bello no podia conformarse con ese copioso material inerte. Su penetración crítica se había enriquecido con multitud de pensamientos originales, que le indicaban la necesidad de una obra nueva; quería además que fuera una síntesis didáctica, y, sobre todo, que pudiera servir especialmente a los intereses americanos. El fue el primero, dice Irisarri, de quien tuve las pruebas de la deficiencia del Derecho de Gentes de Vattel en todas las cuestiones que interesaban a la causa de la América española, y él quien me hizo conocer la necesidad de estudiar los escritores más modernos.
Desde entonces este sabio patriarca americano se ocupaba en el estudio cuyo fruto tenemos a la vista, y desde entonces se proponía darnos unos principios que se hiciesen populares en estas repúblicas, y sirviesen a la ventilación de nuestros negocios con las demás naciones. Tal fue el programa de su Derecho de Gentes, publicado en 1833.
Por otra parte, aunque con cargo subalterno, fue el verdadero director de la política exterior de Chile, y su autoridad moral unida al prestigio de su ciencia le conquisto categoría de árbitro por encima de todas las fronteras. Así lo reconocieron en diferentes conflictos internacionales el Perú, el Ecuador, Colombia, y los propios Estados Unidos del Norte. En algunas cuestiones se adelantó tanto a su época que los principios establecidos por él el tratado chileno peruano de 1835, fueron los que adoptó en 1856 el Congreso de Paris.
Ni fue menos trascendental su influencia en el Derecho Civil de nuestro continente. El Código que dio a Chile fue el primero en América y base de todos los demás. Puede juzgarse lo que le deben las naciones americanas, cuya situación respecto a las leyes civiles era a la sazón una misma, con sólo recordar lo que significó para los chilenos la aparición de aquel monumento jurídico.
un Andrés Bello, Primer Rector de la Universidad de Chile. Caracas, 30 XI 1780. Santiago de Chile, 15 1865. en. Fué rector de la Universidad veinte dos años consecutivos, senador de la república, redactor del Código Civil.
Pero su tarea mas notable tuvo por campo la enseñanza de la juventud y la propagación de los conocimientos. este objeto consagró sus mejores dias de trabajo y escribió obras monumentales de saber de buen método. Su Gramática Castellana y sus Principios de ortolojia y métrica, para no hablar mas que de aquellos trabajos que tienen una relación mas intima con la literatura, suponen un estadio inmensu un talento de observacion de primer orden. Ninguna lengua ha sido estudiada con mas profundidad que la castellana en la obra de Bello. Sus teorias gramaticales, prosódicas métricas, por otra parte, se apartan de casi todo cuanto se había escrito sobre el particular. El autor no ha buscado el fundamento de nuestro idioma en la gramática latina, como lo habian hecho casi todos los preceptistas españo.
les, sino en su carácter propio jenuino, Diego Barros Arana (Manual de Composicion Literatia. Este documento es propiedad de la Biblioteca electrónica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica