Joaquín García Monge

Repertorio Americano EDITOR: GARCÍA MONGE.
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En Costa Rica: Suscrición mensual 00 EXTERIOR: UN TOMO: 00 DOS TOMOS: 00 oro e SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA El suelo nativo es la única propiedad plena del hombre, tesoro común que a todos iguala y enriquece, por lo que para dicha de la persona y calma pública, no se ha de sedec ni fiar a otro, ni hipotecar jamás. José Martí.
Giro bancario sobre Nueva York Correo de La Habana La voz monitora de Rodó (En el Rep. Amer. Servicio de Prensa Atlántida. La Habana. de las libertades y el líder de la cultura, para rendir tributo ninguna voz es débil. todos debemos evocar el primero de mayo a la figura ejemplar del autor de Motivos de Proteo.
Una de las cosas más bellas que Rodó quiso enseñar a los americanos es la tolerancia. decimos quiso, porque los hechos nos están demostrando que no aprendimos la lección del maestro. Bien dijo él, entre otras cosas: un adversario no quiere decir un enemigo. para demostrar que la disparidad de criterios en asuntos públicos no signiifca que persigamos o encarcelemos al que no piensa o sienta como nosotros. Esta sabia lección del maestro uniguayo merece ser esculpida para que sea perdurable en el futuro de la vida de nuestros pueblos, que tiene que ser mejor que el presente, cuando ruede decapitada y agonizante, entre estertores terribles, la bestia totalitaria que estamos combatiendo todos los hombres libres de la tierra.
Evoquemos pues, para guardar fresco su recuerdo vivo su ejempio, todos los años, la vida de los grandes americanos: la gloria de San Martín y de Sucre y el ideal de Bolivar y Miranda, el verbo de Montalvo de Rodó y el esfuerzo de Morazán y de Barrios, la palabra encendida de Martí y de Hostos y la tenacidad de Juárez y de Máximo Gómez, evoquemos a todos los grandes de América y en esa forma habremos prestado un gran servicio a la libertad y a la cultura de nuestro Continente, porque cuando se engrandece exalta a los que son positivamente grandes, se nota la diferencia que hay con los que intentan ser grandes por el servilismo y la adu.
lonería de sus favorecidos. son aquellos, los manes tutelares de nuestra historia, los que ofrecen vida ejemplar de abnegación, heroicidad y sacrificio, los que están señalando el sendero de la juventud.
JOSE CASTRO.
Habana, abril, 1942.
responsabilidad intelectual y como un orientador de nuestra juventud, sino como un hombre de vida ejemplar dentro de sus actividades públicas y privadas, digna de ser imitada por los que en estos instantes estamos luchando en favor de una América libre y de un mundo mejor.
Un año antes de la muerte de Rodó ocurrió la de Dario. Después de muerto, el admira.
ble poeta ha sufrido el ataque de quienes hubieran querido que toda su grandeza poética hubiera estado al servicio de la libertad en lugar de servir únicamente a la belleza y la cultura. Pero nosotros creemos que quien sirve a la cultura sirve a la libertad, porque no puede haber un pueblo libre que sea inculto.
El autor de Ariel, en cambio, luchó con su prosa de oro y de diamantes, por una América mejor, por un mundo espiritual, cuando perpetuó el simbolismo magnífico de quien destrozaría el ciego impulso de Calibán, la personificación de las fuerzas del materialismo triunfante. sus parábolas nos enseñaron, de maravillosa manera, que es posible sembrar hasta sobre la roca dura, con dolor y con lágrimas, y nos dió fuerza para los empeños y esperanza para nuestras luchas, en estos momentos tan aciagos, cuando parece que el mal derrota siempre al bien y el canaila ocupa el puesto que debe ocupar el bueno, el esforzado y el inteligente.
No intentamos en estos párrafos escritos a la diabla, enfocar la personalidad prodigiosa del gran uruguayo, solamente queremos unir nuestra débil voz a la de García Monge, para que todos los buenos americanos se sumen también a ella. como dijera Martí, el apóstol RODC Hilda Chen Apuy (En el Rep. Amer)
El primero de mayo del presente año se cumple el 250 aniversario de la muerte de uno de los combatientes e intelectuales más liustres de nuestra América: José Enrique Rodó, el gran uruguayo cuya voz orientadora y resp! andeciente ha quedado flotando en los ámbitos continentales con resonancias de una vigencia extraordinaria.
Debería ser Repertorio Americano, de custa Rica, es decir, don Joaquín García Monge, ese noble luchador de nuestro Continente, el primero que levantara su palabra fervorosa convocando a todos los buenos americanos a sumarse en un esfuerzo elevado por evocar las glorias de uno de los hombres mas útiles al desarrollo cultural y moral de la americanidad. la llamada del costarricense ilustre, estamos seguros de ello, ha de tener eco extraordinario en todo el Hemisferio.
Las vidas ejemplares de los grandes hombres son como faros que alumbran el sendero de las generaciones presentes y futuras. Estos varones forman, por decirlo así, la tradición hermosa y prócer de un pueblo. pueblos sin tradición son entidades vacías de sentido humano, porque cuando el caminante falla no encuentra ante quién volver la mirada. Así Cuba vuelve los ojos angustiosos, en períodos diversos de su historia, hacia la figura magnifica de Martí. casi todos los países tienen una sombra tutelar necesaria para el progreso de su moral y el desarrollo de su cultura.
Un país que no enaltece sus grandes figuras pierde la ejemplaridad de estas vidas y ceruna maraviasa tradición, utilísima para la orientación del futuro. Por eso los buenos americanos estamos obligados a evocar y ennoblecer las figuras epónimas de nuestro continente.
Una de estas figuras fué José Enrique Rodó: porque el grande uruguayo no puede evocarse únicamente como un gran literato, como magnífico dominador de la prosa, con gran ¡Es un eco del Oriente!
Tienen sus prosas la fragancia de una remota edad; un ancestro de misterio como el que se siente al inclinarse en el brocal de un pozo donde se refleja la noche.
La vi una tarde cuando vestía uniforme de colegiala. fué en Radio Athenea; un grupo de alumnas venía a la radio a hacer una campaña en pro de la paz. Su figura grácil como la hoja del cerezo se destacó entre todas. Más tarde la vi en un Acto Final recibir todos los premios del colegio; no hubo asignatura que ofreciera un premio que Hilda Chen Apuy no lo ganara.
Luego, una a una, las revistas nos van trayendo en vaso azul el agua clara de sus prosas. en Agua Clara nos evoca los misterios del Yang Tse Kiang o Rio Azul, donde los pájaros vuelan a ras de onda bajo los bosques de bambúes. se advierte en sus últimas maravillosas páginas un eco de Wuan Tsi y de LiTai Po. En Mariposa Blanca nos lleva por jardines azulosos de luna como en el Nocturno de Wan Tchang Ling. Shen soi, lo doncellita pálida de ojos dormidos, nos deja evocadora su figura frágil bajo los ciruelos florecidos de un Shanghai de leyenda.
En su Anfora Divina la música del aire es expresión de su vida subjetiva y es el Amor el que canta cuando en otra de sus prosas dice: con el rostro hacia el cielo miras pasar las barcas grávidas de ensueños.
Hilda Chen Apuy es un eco de misterio como el nenúfar de sus tierras ancestrales y llevan sus prosas rumor de aguas profundas como el que se oirá bajo las ondas azules del Yang TseKiang.
AMALIA DE SOTELA gesaa un San José, Costa Rica, junio de 1942 Este documento es propiedad de la Biblioteca electrónica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica