Imperialism

100 REPERTORIO AMERICANO Martí, tema de América Por Guillermo CABRERA LEIVA (En Rep. Aner)
Plata hasta el Anáhuac. De los de la me la religión, la filosofía de la literatura y seta castellana, ya se dice repetida y alta del arte y la literatura en el sentido del mente en Europa.
arte literario filosófica no son campos Mas no se trata simplemente de que la que se dediquen a cultivar en forma capaz evolución de la filosofía en los últimos tiem de levantar en ellos cosecha original los pos mueva a revalorar a los pensadores jóvenes hispánicos que se vivan animados, hispánicos en un sentido mucho más favo no de una simple veleidad, sino de una aurable a su valor filosófico realzado por el téntica vocación filosófica, no hay, senciliterario. Lo más importante entre todo llamente, absolutamente, campo para la fi.
aquello de lo que se trata son las perspec. losofía de que se siente afán.
tivas abiertas por esa evolución al afán de menos que alguno de esos jóvenes una filosofía original de los pueblos hispá. no prefiera plantearse y estudiar el problenicos. los jóvenes para quienes única ma del que, en el fondo, en el último, en mente tal empresa futura está guardada, la raíz misma, depende todo lo anterior: parece que hay que decirles: Ha llegado porque esto de que la filosofía sea la flor la hora. Ahora, realmente, o nunca. Nun o el fruto culminante de la cultura, sin du ca llegarán los pueblos hispánicos a tener da muy recibido, pero ¿justo. Acaso la una filosofía original, si no llegan a tener mayor originalidad reservada a un futuro la ahora, justo la hora y punto de la his filosófico o hispánico fuera revisar de raíz toria en que la filosofía misma ha venido la valoración tradicional de la filosofía, lo a maridarse con las disciplinas, los secto que parece implicar una revisión no me res de la cultura, los objetos de la secular nos radical de la concepción misma de la vocación cultural de los pueblos hispánicos. filosofía.
Si la filosofía del hombre, la filosofía de México, 1953.
Paterna voz (Envío de en México, 1953)
Marmorino poema que el poeta eri.
ge en honor de su padre, don Ambro.
sio Ramírez, humanista potosino, traductor de clásicos, quien dejó claro renombre en las letras de San Luis Potosí. Nota de Hoy digo de tu sombra, que me sigue los pasos, prisionera del labio que te nombra, desde que tu postrera voz me ciñó como una enredadera.
Vive tu voz prendida, en frenesí de constrictores lazos, al árbol de la vida, como si tus abrazos no quisieran soltarme de tus brazos.
Fluvial abrazo el tuyo, que por todas las partes me circunda; que con un manso arrullo mi estéril vida inunda en rumor de consejo, y la fecunda.
No quiero desasirme de tu voz, que me lleva de la mano hábil de conducirmepor el camino llano cubierto de verdor siempre lozano.
Donde jamás se agota la vena pura del amor más alto; en el que no hay derrota, ni el Bien en sobresalto siéntese nunca, ni de fuerza falto.
Arribaré a la muerte de mano de tu voz, de tal manera que he de sentirme fuerte para dejar la era donde sus rosas da la primavera.
No abandono; desgarro será de mis cariños separarme; mas, al trizar mi barro la muerte, ha de otorgarme en tela de tu voz amortajarme.
Si ya no tu presencia es el mejor ornato sobre el globo; si ya de tu conciencia no disfruto el arrobo, iré a la muerte a reclamarle el robo.
Cual torreón cimero, que atalayaba mi horizonte oscuro, como roble altanero, cual elevado muro, viniste a tierra, en plenitud maduro.
Tu derrumbe derroche de tu propia encumbrada fortalezahizo en torno la noche, y al faltar, tu grandeza, midió la magnitud de mi tristeza.
Tu muerte fué cual fruto desprendido del tronco de tu vida, que minuto a minuto, fué acendrando la henchida poma que me donaste en tu caída.
Ninguna abeja labra más pura y grata miel que la que pude gustar en tu palabra, a la que el alma acude porque a impregnarse en su dulzor le ayude.
Mas ¿cómo medir puedo todo lo que perdí con tu partida. Cómo tuve denuedo para sufrir la herida y no dejar, en el sufrir, la vida!
Sólo tu voz penetra por cada poro de mi ser, me cubre con su cantada letra que el yerro me descubre y me aparta del légamo insalubre.
Cabal fué su enseñanza, a la que el ritmo del vivir ajusto: huir la destemplanza, de la envidia el regusto, y oír al sabio, y acatar al justo.
Nadie, sobre la tierra, puede darme mayor sabiduría.
Perfecto ciclo cierra tu voz, que persuadía de hallar en la pobreza la alegría.
No indujo en el engaño de que se halle la dicha en la bonanza; mas si la tierra es daño, la paz y el bien alcanza quien mantiene en vigilia la esperanza.
Pues tanto reverencio tu voz, que, enmudecida, más me nombra, cuando el final silencio tienda a mi pie su alfombra, tu voz me seguirá. como mi sombra!
Manuel RAMIREZ ARRIAGA.
Ahora se han cumplido noventa y ocho años del nacimiento de José Martí, como quien dice un siglo. Ya debíamos los americanos de iniciar los trabajos para conme.
morar una centenario de esta clase, como cuadra a tan alto exponente del pensamien.
to americano, y al genial y desinteresado escritor que diera su vida por la libertad y el decoro de su tierra.
Todavía no se han puesto de relieve, convenientemente, todas las facetas del gran cubano. Una de ellas, tal vez la más útil y necesaria en los días que corren, es su ma.
nifestación americanista. Es la veta más rica de cuantas forman su personalidad, porque es la mejor cultivada y la más aniplia y honda. Martí americanista, es decir Martí mismo. Tal vez no sea exageración agregar que fué tanto o más americanista que cubano, pese a que Cuba simbolizaba para él un bien sumo en lo más profundo de su espíritu.
Martí pasa la mayor parte de su vida fuera de Cuba. ésta es una de las más incomprensibles paradojas de aquel visionario. Hablaba y escribía de los motivos cubanos con un estilo y una gracia típicamente cubanos, aunque nadie en Cuba ha.
ya escrito como Martí hasta entonces. Había absorbido, tal parece, lo más legítimo del carácter cubano, y a ello añadía un se.
ñorío propio y una aristocracia en el decir que nadie ha superado hoy en América. Así podemos considerarlo como el inciador del sentimiento americanista en Cuba, puente que va a entrelazar los valores de la gran Antilla con las cosas del resto del continente, y a salpicar su lenguaje con giros tomados de todos los vocabularios americanos.
Su estancia en los Estados Unidos, que alcanza a tres lustros, es bastante para infiltrar en su cultura lo más alto de la lite ratura norteamericana. en este aspecto, como en lo que dejamos dicho, nada de lo norteamericano aminora en Martí su cepa cubana, ni detiene su inclinación hacia lo del terruño. veces confunde la persis.
tencia de Martí en lo cubano, y mucho más cuando lo vemos amar a toda la América con su solo corazón, derramando en sus artículos y discursos el alma entera de su América, y acercando al indio y al negro, y al norteño y al meridional, en un solo laz de sentimientos fraternales.
El americanismo de Martí, pese a ciertas manifestaciones en contrario, cubre todo el hemisferio occidental. Bien distinguía él, en medio de sus temores anti imperialistas, que la nueva civilización levantada del lado acá del Atlántico era el segundo refugio de la libertad, hollada y escarneci.
na en las naciones del viejo continente. si bien escribió párrafos amargos contra las pretensiones expansionistas de los politiqueros del Norte, también dejó en sus más finas páginas el respeto y la veneración hacia la herencia democrática norteamericana, y repitió mil veces su elogio de la educación y la tolerancia observadas por él en aquella tierra.
Un americanismo parcial no era del gusto de José Martí. Cómo había de serlo para un hombre de categoría superior, que amaba el alma de los hombres sobre todas las cosas, y no advertía en ellas ni sangre Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica