Fascism

REPERTORIO AMERICANO 77 Menéndez Pidal y el Imperio Español (En el Rep. Amer. a El hecho de que el insigne filólogo Ramón Menéndez Pidal traiga de nuevo a plena actualidad un tema cuya discusión se iniciara hace más de cuatro siglos y que se refiere la conquista española, no se debe a la casualidad, ni a un deseo o intención individual, ciertamente. En la España de hoy renacen múltiples ímpetus por demás visibles de expansión que parecían ya extinguidos; los jóvenes hablan de renovar los gloriosos días imperiales de Gonzalo de Córdoba, de Hernán Cortés y de Francisco Pizarro y se crea una atmósfera de ardoroso entusiasmo que, por lo visto, influye favorablemente hasta en sus Seo más altas expresiones espirituales de hoy. El artículo del maestro Menéndez Pidal publicado en la revista Escorial, transcrito por el En marcha el Consejo de Hispanidad Suplemento de El Mercurio (9 de enero. y (Por Seoane)
que en nombre de la conquista armada, condena al padre Bartolomé de las Casas, el más abnegado defensor de los indios, se debe, del sabio realista que se identifica con el es. Cómo puede decirse, ilustre maestro, que pues, a una intención y un deseo colectivos. píritu de la conquista armada?
un hombre animado de ternura y amor iliLa actitud el lenguaje del célebre polí El sabio realista no tendrá sino palabras mitados para el indio sea el hombre más grafo en este ensayo que se intitula ¿Codi de impío menosprecio para el que soporte el agriado del mundo. cómo puede decircia insaciable. Ilustres hazañas. se iden peso de la conquista; en el caso del insigne se que Las Casas era un asceta que no destifican claramente con la actitud y el len polígrafo, para aquellos isleños congregados preciaba el mundo sino que lo odiaba. cuanguaje de los conquistadores de ayer y de hoy. en manadas humanas para aquellos indios do sus sentimientos van fundados racionalPorque, en substancia dejando aquello de la de holgazanería y de incapacidad social mente en principios del Derecho de Gentes, con codicia insaciable nos dice que un pueblo quienes el fraile Bartolomé de Las Casas de trario a toda colonización armada?
de cultura superior tiene derechos sobrados fendía con todo el amor de su vida, y que Las Casas, no odiaba el mundo, ciertamenpara imponer, con el hierro y con el fuego in habían llegado a niveles avanzados de cultu te; sin salirse nunca de su concepción cristiaclusive, su concepción del mundo y su técni ra entre los aztecas y los quechuás, a pesar na de la vida, vivió indignado contra una parca a los pueblos salvajes o bárbaros.
de que el ensayo en referencia sólo nos hable te del mundo, contra unos hombres poderoLa España del siglo XVI impuso sus ideas de nefanda bestialidad y de Antropofagia. sos que vencían y dominaban por el hierro y y su técnica medievales a los aborígenes de ya en el camino de vilipendiar al abori por el fuego a otros hombres, muy holgazanes América recurriendo a veces al exterminio gue gen conquistado de América. qué juicio pue y muy retrasados. ciertamente, maestro. perrero, como fué el caso del Archipiélago An den merecer aquellos que se levantaron aira ro, para los ojos del cristiano militante, homtillano, o teniendo que afrontar el exterminio damente para defenderlo en nombre de la mi bres sufrientes y perecederos, prójimos al fin producido por el trabajo de la mina, al que sericordia cristiana; qué juicio puede mere y al cabo.
el indio, agrícola o pastor por excelencia, no cer un fraile que supo identificarse con él El padre Las Casas condenaba en bloque un estaba acostumbrado. Se trataba de traer a la hasta sentir en carne viva sus dolores y su sistema de conquista para oponerle otro sisAmérica el símbolo de la cruz por un lado, la tragedia y que, encendido en santa indigna tema. Al soldado armado, aunque se trate de herramienta de acero, el arma blanca, el cañón ción se levantó contra el hombre poderoso de un Colón o de un Hernán Cortés, opone el por otro. Era lo esencial. Y, de paso, llevar su raza para acusarlo y fustigarlo con el fue misionero inerme, el legitimo soldado de Cristodo el oro que hacía falta a una Europa de go de su verbo sin plomo y sin espada siem to. Por eso acusa a Balboa o a Fernández de lirante de riquezas, sensual con todos los ar pre como lo hiciera su Señor y su Maestro Oviedo cuando combaten ya se sabe que el dores desenfrenados del Renacimiento. En for en parecido trance con los fariseos. Qué combate era exterminio a una tribu tras otra, ma más o menos idéntica llevaron hace poco juicio puede merecer aquel que para conseguir alegando afeminamiento o bestialidad nelas falanges italianas de nuestros días las un mínimo de justicia para aquel que ya fanda.
ideas ultramodernas del fascismo y la técnica mordía el polvo ensangrentado de su propio No se trata de discutir ahora la superiorino menos moderna del avión y de los gases suelo, tiene que lanzarse al extremo límite, dad de uno u otro sistema de colonización. asfixiantes, exterminando negros bárbaros, re exagerar al máximo la palabra y el gesto, per es cierto que Las Casas fracasó desgraciadatrasados descendientes de los Reyes Magos, der a veces la ecuanimidad para acusar al mente, para dar pábulo a la ironía coetánea de al seno de Abisinia.
opresor, como le ocurre siempre al amante Gómara de Fernández de Oviedo, y al vaSon hechos al parecer incontrastables de verdadero. Qué juicio puede merecer sino puleo flamante del maestro Menéndez Pidal.
la historia humana, y la sensatez aconseja el menos honroso de todos. Pero, ese fracaso no dice nada en contra de comprenderlos y acatarlos. Así lo hace el Es que Las Casas era. nos dice Menén su generosa defensa del indio ni del sistema maestro español. el lenguaje de su ensayo dez Pidal, el más agriado hombre del mun de colonización que el propugnaba. lo prueba se acomoda enteramente a esa comprensión y do. Era un asceta que no había alcanza el hecho de que los primitivos jesuitas llegaa ese acatamiento.
do el don principal del Espíritu Santo, la be ron arealizar con todo éxito en Misiones, a Un lenguaje que puede lastimar cicrtamen nignidad. Por eso no despreciaba el mundo: las márgenes del Paraná. quién mejor que te el oído de alguno que otro romántico, de lo odiaba. El desastrado y trágico fracaso de el insigne historiador puede saberlo. un maalguno que otro cristiano, para quienes el Ama su ensayo colonial en la concesión de Cuma ravilloso ensayo de colonización basado estrica tu prójimo como a ti mismo y el No ma ná, reido y zaherido a satisfacción por Fer tamente en los mandamientos de la doctrina tarás no son simples frases escamoteables nández Oviedo y por Gómara, no es necesario cristiana.
en los laboriosos pases de mano de la teolo para explicar ese carácter odiador y penden Muy lejos estamos de negar nuestra admigía, sino mandatos fundamentales de la huma ciero; pero sin duda colmó la copa ración al empuje heroico, al genio organizador nidad, pensamientos hechos sangre, razón gota más tóxica.
de un Hernán Cortés o de un Valdivia, pero norte de su existir; un lenguaje que puede las El más agriado hombre de mundo siente sin esto no quiere decir que no sepamos también timar el oído del misionero que en nombre del embargo, como el mismo Menéndez Pidal lo apreciar hasta la devoción más exaltada a quieDios de amor, de su Cristo Rey, va en busafirma en el segundo párrafo de su ensayo, nes como el padre Bartolomé de Las Casas ca de la horda bárbara y hasta de la tribu sal una ternura y amor ilimitados para el indio vinieron con la palabra de amor hecha sangre vaje, al desierto o a la selva, con las únicas y sus sentimientos van fundados racionalmen para abrazar en América la causa del débil, armas de su palabra y de su fé. Pero. qué te en principios del Derecho de Gentes que del caído, del que tenía necesidad no sólo de puede importar un romántico, un misionero a él desarrolla a su manera, contrario a toda justicia sino de amor y de misericordia.
la acción del guerrero o a la consideración colonización armada.
El maestro Menéndez Pidal ha querido forcon la Este documento es propiedad de la Biblioteca electrónica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica